Bloomberg — El primer ministro de Haití, Ariel Henry, sufrió una deserción de su gabinete de alto nivel y nuevos desafíos a su control del poder después de que un fiscal lo acusara de estar implicado en el asesinato del presidente en julio.
El miércoles, Renal Luberice, secretario general del Consejo de Ministros, dimitió afirmando que no seguiría sirviendo a un dirigente al que se había vinculado con el “vil asesinato” del presidente Jovenel Moïse en julio, y que se negaba a cooperar con la justicia.
El anuncio a través de Twitter se produjo un día después de que el fiscal de Puerto Príncipe, Bed-Ford Claude, pidió a un juez que acusara a Henry por su supuesta implicación en el plan de asesinato de Moïse. Aunque la oficina del Primer Ministro no se ha referido directamente a las acusaciones, anunció que Claude había sido despedido horas después.
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Aunque algunos medios de comunicación locales han informado de que Henry podría haber despedido ya a Luberice antes de que éste renunciara, se trata de otra señal de una lucha de poder en curso en el conflictivo país caribeño.
La oficina de Henry no respondió a las solicitudes de comentarios.
El martes, Joseph Lambert, el presidente del Senado de Haití, que no se ha reunido desde hace más de un año y medio, intentó jurar como presidente. El plan se desbarató después de que se produjeran disparos en los alrededores del edificio del parlamento, según The New York Times.
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Henry se convirtió en primer ministro el 20 de julio, dos semanas después de la muerte de Moise, y tras arrebatarle el puesto al primer ministro interino Claude Joseph. Henry, antiguo médico y ministro de Salud, ha tratado de conseguir apoyo político para mantenerse en el poder hasta que se celebren nuevas elecciones presidenciales y legislativas, probablemente en algún momento del próximo año.
