Bloomberg — Joe Biden visitó al Papa Francisco el viernes en el Vaticano, en momentos en que jerarcas de la Iglesia Católica en Estados Unidos buscan castigarlo por sus creencias políticas negándole la comunión.
Los dos líderes conversaron sobre los esfuerzos globales para contrarrestar el cambio climático y la pandemia de Covid-19, dijo la Casa Blanca. La conexión entre ellos fue cálida, y hubo risas durante la reunión, dijo un funcionario de la Casa Blanca.
Biden, el segundo presidente estadounidense católico, y la primera dama Jill Biden fueron recibidos por monseñor Leonardo Sapienza, el jefe de la casa papal. “Es bueno estar de vuelta”, dijo Biden a una de las personas que lo recibió en el Vaticano. A otra de las personas se presentó como “el esposo de Jill”.
Biden se reunió previamente con Francisco en el Vaticano como vicepresidente en 2016.
Ante la insistencia del Vaticano, la reunión del viernes estuvo cerrada a los reporteros estadounidenses que viajaban con el presidente.
Al término del encuentro Biden dijo a periodistas que el tema del aborto no surgió durante la reunión. Cuando se le preguntó si discutió la presión de los obispos con el Papa, Biden dijo que se trató de una conversación privada.
“Sólo hablamos del hecho de que él estaba contento de que yo fuera un buen católico y que debería seguir recibiendo la comunión”, dijo Biden.
Si bien el primer presidente católico, John F. Kennedy, enfrentó prejuicios anticatólicos entre los votantes durante la campaña de 1960, las dificultades religiosas de Biden han venido de dentro de la iglesia. La Conferencia de Obispos Católicos de Estados Unidos ha sopesado si negarle la comunión por su apoyo al derecho al aborto, aunque Biden ha dicho durante mucho tiempo que se opone personalmente al procedimiento.
Biden ha dicho que duda de que los obispos estadounidenses le nieguen el sacramento, y el Vaticano les ha advertido contra la medida, argumentando que la iglesia debería mantenerse al margen de los asuntos políticos.
“Si miramos la historia de la Iglesia, veremos que cada vez que los obispos no han manejado un problema como pastores, han tomado una postura política sobre un problema político”, dijo el Papa en septiembre.
Biden y Francisco comparten puntos de vista similares sobre la lucha contra el cambio climático y la pobreza, aunque divergen en temas como el aborto y los derechos de los homosexuales.
Su anterior reunión en el Vaticano, menos de un año después de que el hijo de Biden, Beau, muriera de cáncer cerebral, llegó con un compromiso compartido con el tratamiento y la investigación del cáncer. Una foto de esa reunión se encuentra detrás del escritorio Resolute en la Oficina Oval junto con fotos de la familia de Biden.
Los obispos conservadores de EE.UU. votaron en junio un borrador de directrices sobre la Eucaristía, o la sagrada comunión, que podría utilizarse como justificación para negar el rito a Biden y a otros políticos liberales. Los obispos han indicado que el documento, que será considerado en una reunión en noviembre, no mencionará a Biden aunque aún podría hacer una clara declaración política.
Los sacerdotes pueden tomar sus propias decisiones sobre negar la Eucaristía, como hizo un sacerdote de Carolina del Sur cuando Biden asistió a misa en su iglesia mientras estaba en campaña en 2019.
La política y la religión de Biden están entretejidas, desarrolladas en comunidades industriales de clase media en sus ciudades natales de Scranton y Wilmington. El mandatario ha dicho que su fe lo ha ayudado a superar tragedias, incluida la muerte de su primera esposa e hija en un accidente automovilístico en 1972 y la muerte de Beau Biden en 2015.
Biden lleva alrededor de su muñeca un rosario que perteneció a Beau y rara vez pasa un fin de semana sin asistir a misa. Repite sus citas favoritas de la liturgia y ocasionalmente hace la señal de la cruz para un efecto dramático o cómico.