Luego de que la delegación chavista, encabezada por Jorge Rodríguez, presidente de la Asamblea Nacional, anunciara que no asistiría al cuarto encuentro en la más reciente ronda de negociación con la oposición venezolana, el diálogo que inició entre ambas partes, en agosto, quedó suspendido hasta nuevo aviso. Sin embargo, una serie de acontecimientos en los últimos días, bien podría significar un cambio en esta decisión o un cierre definitivo del nuevo intento de acuerdo por el país.
Con la extradición del empresario colombiano Álex Saab, acusado por lavado de dinero y enriquecimiento ilícito, a Estados Unidos, el 17 de octubre, mismo día en que ambas representaciones de las dos corrientes políticas en Venezuela se presentaban en México, el chavismo decidió no acudir a la reunión pautada. Una de sus exigencias semanas atrás era incluir en las conversaciones a Saab -preso en Cabo Verde- como diplomático y delegado del oficialismo.
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Desde la Plataforma Unitaria opositora, representada en este diálogo por Gerardo Blyde, se aclaró en ese momento que la incorporación era una simple estrategia de defensa por parte del chavismo ante un proceso de extradición que estaba en curso, entre dos países con separación de poderes, y que por su parte, continuarían en la mesa de diálogo. Al retirarse el chavismo, ya efectuada la extradición del presunto testaferro de Nicolás Maduro, la oposición emitió un comunicado expresando su rechazo a la relevancia que le daba la delegación del oficialismo a una persona, por encima de los venezolanos.
Desde el tercer encuentro, ya el chavismo había intentado abandonar la negociación en la capital mexicana, con la mediación de Noruega, a raíz de una declaración en la Organización de Naciones Unidas (ONU), por parte de la primera ministra de ese país, Erna Solberg, en su discurso durante la Asamblea Anual, que incomodó a la representación del chavismo.
La decisión histórica de la Corte Penal Internacional (CPI) sobre el pase a una fase de investigación en Venezuela por crímenes de lesa humanidad, que anunció el fiscal Karim Khan desde el Palacio de Miraflores, en el último día de su viaje al país, despertó aún más las expectativas sobre un posible próximo encuentro, o no, en México.
El diputado de la Asamblea Nacional electa en 2015, Freddy Guevara, integrante de la delegación opositora, quien se incorporó en la misma para el segundo encuentro al ser liberado tras una detención por las autoridades venezolanas, ausado de traición a la patria, dijo a Bloomberg Línea que hasta ahora la mesa continuaba suspendida, sin fecha formal.
El dirigente del partido Voluntad Popular prefirió no ofrecer mayores detalles sobre la posibilidad de un próximo encuentro hasta no ser oficializado.
El presidente del partido Copei, Roberto Enríquez, también representante de la oposición en el diálogo, explicó a BL que aunque no existe una decisión final, no se descarta, por el bienestar y el objetivo de darle respuesta a la crisis socio-política venezolana, regresar a una ronda final antes de que culmine el año y luego del proceso electoral pautado en el país para el 21 de noviembre.
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La influencia en ese paso vendría de la mano de la decisión del fiscal de la CPI. Como lo han comentado algunos analistas, el Estado venezolano, vigilado y en fase de investigación, se vería obligado a una mayor cooperación y una búsqueda de opciones, así sea bajo presión, para dar con soluciones reales a la brevedad.
Las conversaciones que iniciaron el 15 de agosto, y cuya primera lista de acuerdos se estableció entre el 3 y 6 de septiembre, contempla el respeto a los derechos políticos, un cronograma electoral con garantías, respeto al estado de Derecho, levantamiento de sanciones, renuncia a la violencia, medidas de protección social y garantías de implementación de lo acordado.
