Bogotá — Un viaje personal de ejecutivos del sector energético a la Sierra Nevada de Santa Marta, en el Caribe colombiano, les permitió descubrir las oportunidades para desplegar la energía solar que existen en ese territorio, denominado por las poblaciones indígenas de la zona como “el corazón del mundo”.
Tras un encuentro con las comunidades indígenas arhuacas, protectoras de este territorio, se avanzó en el diseño de un proyecto de energía solar a gran escala que se hará en asociación con las poblaciones nativas.
La planta que se prevé construir en la Sierra Nevada, denominada por los indígenas arhuacos como “el corazón de la Tierra”, tendrá una capacidad de 144 megavatios en energía solar que, en parte, será vendida a comercializadoras eléctricas en el país.
Las plantas solares se van a instalar adentro del territorio ancestral arhuaco, en donde ningún otro proyecto de este tipo ha sido avalado hasta la fecha ante la falta de la aprobación de la consulta previa con la comunidad.
Terra, como se ha denominado a esta iniciativa, ya fue avalado por las máximas autoridades de las comunidades, conocidos como los mamos, y ahora deberá sortear varios procesos administrativos antes de que sea avalada.
El futuro de las plantas
Se tiene previsto que en el año 25 los indígenas de esa comunidad sean los propietarios de esa infraestructura, para lo cual los jóvenes arhuacos serán entrenados para encargarse del mantenimiento futuro de las plantas.
Cuando se acerque el ciclo final en el año 25 se prevé también que de la mano de las autoridades indígenas se generen los conocimientos necesarios en aspectos clave como la parte legal, contable y administrativa de una planta solar.
Se calcula que la vida útil de los paneles solares es de unos 35 a 40 años con una producción aceptable, antes de que estos comiencen a degradarse.
“Inicialmente el proyecto ha sido discutido por los mamos, hemos conversado con ellos muy ampliamente, pero la única amenaza es de nuestra misma gente, de nuestra misma gente envidiosa, que finalmente no hacen nada. Pero si miramos en el lado positivo, ambientalmente es amigable con el territorio, con la zona”, dijo en entrevista con Bloomberg Línea el líder indígena Noel Torres.
Agregó que el proyecto tiene el respaldo de los mamos, por lo que restó importancia a los reparos de algunos miembros de la comunidad acerca de que este no ha cumplido con los requisitos de la consulta previa como derecho fundamental de los pueblos indígenas al no ser tenidos en cuenta, según argumentan.
“Dentro del territorio de la línea negra, en la jurisdicción del territorio arhuaco, los que deciden sobre un proyecto, sobre si avanza o no, son los mamos, son los que consultan a nivel espiritual sobre el impacto cultural, ambiental o social que pueda generar cualquier proyecto. Este proyecto tiene las condiciones que realmente el pueblo arhuaco está persiguiendo que es la defensa del territorio y la protección de los recursos minerales que están en las partes bajas”, añadió.
Noel Torres ahondó que este territorio ha sido identificado como zona con oportunidad de explotación minera, por lo que esta iniciativa “en vez de explorar y explotar lo que está en el subsuelo, aprovecha el sol para la producción de energía para la sociedad. Es ventajoso porque permite que la sociedad conozca también las otras formas de producción de energía y de riqueza y no solo el carbón”.
¿Cuánto valdrá?
El proyecto tiene prevista una inversión de US$120 millones y se espera realizar progresivamente, según lo contó a Bloomberg Línea Guido Patrignani, CEO de Greenwood Energy, firma encargada del proyecto.
Añadió que las primeras plantas se planean construir a finales de este 2022, pero que su entrada en operación se daría en el 2023. “Posiblemente durante el cuarto trimestre del 2023 ya tengamos las primeras plantas funcionando”, dijo el ejecutivo.
Patrignani contó que el proyecto ya superó la consulta previa, una de las etapas que considera más difíciles, gracias a que contó desde un principio con el visto bueno de la Confederación Indígena Tayrona (CIT), la organización del pueblo arhuaco.
La consulta previa, dijo, ha frenado en el pasado proyectos del sector que incluso contaban con punto de conexión, financiación o un contrato de venta de energía, por lo que destaca que la iniciativa en la Sierra Nevada de Santa Marta haya iniciado justamente por ahí.
“Es una manera de estructurar las cosas en la que la comunidad no es un checklist, es socia en el proyecto. La figura más difícil en Colombia es la consulta previa, es por donde nosotros empezamos. Y es la que menos nos ocupa porque la consulta previa la realizan ellos mismos (los indígenas)”, dijo.
Según el ejecutivo, la obra se encuentra ahora en una etapa de licenciamiento, a punto de iniciar la llamada fase dos, por lo que pidió que se le dé un tratamiento prioritario.
¿Cómo se verá la obra en el futuro?
La iniciativa contempla que, por cada planta solar que se despliega en este territorio, se construirá un pueblo arhuaco, denominado como talanquera, que serán diseñados y distribuidos respetando la cosmología de las comunidades. Una de estos, por ejemplo, tendrá la temática de la estrella del amanecer.
Los pueblos van a tener 137 construcciones en total, entras las cuales se incluyen 50 viviendas para las familias, cocinas comunitarias, un centro de salud (con sala de primeros auxilios) y una escuela tradicional, entre otras.
Sumado a lo anterior, se espera que la Confederación Indígena Tayrona sea remunerada por cada kilovatio-hora generado por las plantas solares y dichos fondos se destinarán a la preservación del mediambiente.
Asimismo, se espera conservar 119.000 hectáreas de tierra nueva en la Sierra Nevada de Santa Marta durante la vida útil del proyecto y una compensación de energía de más de un millón de toneladas de dióxido de carbono (CO2).
División arhuaca
El pueblo arhuaco afrontó una crisis de gobernabilidad luego de la elección del cabildo gobernador, Zarwawiko Torres, señalado de presuntos abusos sexuales por algunas mujeres de su comunidad, así como de otro tipo agresiones físicas e irregularidades en su nombramiento.
Debido a estas denuncias, según informaron medios locales, la Fiscalía le imputó cargos de fraude procesal y la Corte Constitucional ordenó su suspensión mientras se estudia una tutela respecto a las supuestas irregularidades durante su elección.
La figura de Zarwawiko Torres ha dividido a la comunidad, por lo que algunos miembros de la Comisión de Autoridades Arhuacas en Bogotá expuso en días pasados ante organismos internacionales la situación frente a la gobernabilidad de la comunidad y los presuntos intereses económicos que se mueven detrás de esto.