Buenos Aires — Este jueves el Gobierno argentino llevó adelante un canje de deuda en el que buscó postergar vencimientos por $7,6 billones, de los cuales logró renovar $4,3 billones, un 57% de adhesión. S&P Global Ratings resolvió rebajar la calificación de la deuda en moneda local de Argentina a “default selectivo”. Fitch Ratings, a su vez, consideró que la operación “no constituyó un ‘canje de deuda en dificultades’”.
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Según Fitch, “la operación no era necesaria para evitar un incumplimiento de pago tradicional en los próximos vencimientos”. La agencia afirma que “la capacidad de repago del soberano sigue siendo débil”, pero el Gobierno “ha demostrado voluntad de mantenerse al día con sus obligaciones de deuda en pesos a través de un fuerte apoyo de liquidez del Banco Central (BCRA)”.
¿Riesgo de default?
Fitch remarca el antecedente del 2019, cuando la administración de Mauricio Macri resolvió “reperfilar” la deuda en pesos, lo que se indicó como un default. Según la agencia, en este caso “los incentivos para una maniobra similar son menores en el contexto actual de controles de capital estrictos y una mayor proporción de tenencias de entidades nacionales reguladas (como bancos) frente a no residentes”. Aún así, la calificación de la moneda local de Argentina se mantiene en un bajo “CCC-”.

Los números del canje
La licitación convocada por el Ministerio de Economía fue por US$37.500 millones (o 6% del PBI) y representó cerca del 10% de la deuda total del Gobierno nacional. La participación ascendió al 57% e incluyó “a una gran mayoría de acreedores del sector público y una minoría de acreedores del sector privado”, precisó Fitch.
“La operación liquida la mayor parte de los reembolsos que vencían hasta junio, aunque queda pendiente una parte sustancial a las contrapartes del sector privado”, dijo la calificadora.