Bloomberg — El presidente Joe Biden aprovechará su último discurso ante los líderes mundiales reunidos en la Asamblea General de las Naciones Unidas para defender una vez más el valor de la construcción de alianzas, incluso cuando los esfuerzos colectivos se han visto tensados por la cruenta guerra en Ucrania y un conflicto en Oriente Próximo que amenaza con envolver la región.
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Aun así, el presidente estadounidense lanzará la acción colectiva como la solución a las preocupaciones emergentes, desde el cambio climático hasta la inteligencia artificial y las drogas sintéticas, según altos funcionarios de la administración que solicitaron el anonimato para detallar sus planes.
Biden pedirá que se refuercen y amplíen las instituciones internacionales -incluido el Consejo de Seguridad de la ONU- y dirá a los Estados miembros que los grandes retos, desde el desarrollo hasta las crisis de refugiados, se resuelven mejor juntos.
Hacer que ese mensaje resuene a través de las profundas divisiones presentes entre los delegados en la sala de asambleas - o un electorado estadounidense a sólo seis semanas del día de las elecciones - será un gran reto para un presidente disminuido.
Biden se dirigirá a los líderes de naciones europeas agotadas por dos años y medio de conflicto en Ucrania, y a los países de Oriente Próximo que se preparan para una guerra total mientras las Fuerzas de Defensa de Israel y Hezbolá en Líbano intercambian ataques transfronterizos. En Gaza, un acuerdo de alto el fuego y de liberación de rehenes entre Israel y Hamás mediado por Estados Unidos también parece esquivo, sin que ninguna de las partes muestre suficiente voluntad de compromiso.
En el plano interno, Biden se ha convertido en una ocurrencia política de última hora tras su decisión durante el verano de abandonar la carrera presidencial, en medio de una creciente preocupación sobre su agudeza. Aliados y competidores por igual están a la expectativa de con qué tipo de Estados Unidos podrían tratar en la cumbre del próximo año.
Con ese telón de fondo, los ayudantes de Biden dicen que buscará adeptos a la causa de su presidencia: apoyar y hacer crecer las instituciones democráticas, las alianzas multilaterales y preservar el Estado de derecho.
La diplomacia intensa ha sido una prioridad para la administración Biden-Harris, que dedicó gran parte de su tiempo y esfuerzo a conseguir que países afines contrarrestaran los regímenes autoritarios y su influencia. Biden se siente especialmente orgulloso de haber gestionado con éxito la competitiva relación con China, dijo uno de los altos funcionarios de la administración.
El presidente aprovechará el discurso para promocionar una coalición mundial internacional que ha trabajado para hacer frente a la fabricación ilícita de drogas sintéticas. Los funcionarios estadounidenses tratarán de reunir a otras naciones en torno a los esfuerzos para hacer frente a la subida del nivel del mar, la asistencia antimicrobiana y la garantía de los derechos LGBTQ+, así como para proporcionar a África dos puestos permanentes en el Consejo de Seguridad.
Sin embargo, incluso mientras Biden adapta sus comentarios para una audiencia global, sus intenciones domésticas parecen claras. La visión de la política exterior de su administración contrasta implícitamente con la del candidato presidencial republicano, Donald Trump, cuya presidencia estuvo teñida por una política exterior aislacionista y una voluntad declarada de retirar a EE.UU. de los acuerdos de defensa e iniciar guerras comerciales con otras naciones.
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Trump se ha negado a decir si quiere que Ucrania gane la guerra, limitándose a decir que el conflicto debe terminar y que trabajaría para ello incluso antes de entrar en funciones, si gana en noviembre.
Aún así, los límites de la doctrina de política exterior de Biden se han hecho evidentes a medida que las guerras han puesto a prueba el apoyo popular a algunas de las alianzas críticas de Biden.
La vicepresidenta Kamala Harris, candidata demócrata, prometió mantener el apoyo estadounidense a Ucrania si resulta elegida, pero ha intentado distanciarse ligeramente de Biden en lo que respecta a la guerra de Gaza, mencionando con frecuencia el sufrimiento del pueblo palestino y recordando a Israel que su conducta bélica es importante.
No está previsto que Biden se reúna con el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, que también tiene previsto estar en Nueva York esta semana, aunque sus ayudantes señalaron que los acercamientos informales suelen producirse al margen de las reuniones más importantes.
Plan de victoria
La cruenta invasión de Ucrania por parte del presidente ruso Vladimir Putin también ha dividido a los votantes estadounidenses, y algunos republicanos cuestionan cada vez más los casi US$175.000 millones en ayuda que el Congreso ha aprobado hasta ahora para Kiev.
El presidente ucraniano, Volodymyr Zelenskiy, presentará el jueves a Biden y Harris un “plan de victoria” para poner fin a la guerra. Su propuesta viene acompañada de algunas exigencias, entre ellas otro empujón para entrar en la OTAN y el compromiso de Biden de un suministro sostenido de armamento avanzado.
El líder ucraniano ha descrito el plan como un anteproyecto de cómo forzar a Putin a buscar la paz. A Kiev también le ha preocupado que un alto el fuego sin garantías claras deje a Rusia en libertad de volver a atacar tras rearmarse.
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La Casa Blanca se ha mostrado recelosa de proporcionar -o permitir el uso de- armas de largo alcance para que Ucrania ataque dentro de Rusia, por temor a que la guerra se intensifique y atraiga directamente a los países de la OTAN.
Zelenskiy recorrió el domingo un depósito de municiones en Scranton, Pensilvania -donde nació Biden- en un esfuerzo diplomático por atraer más apoyos.
El presidente ucraniano ha criticado repetidamente a sus socios occidentales por los retrasos en la ayuda militar prometida. La planta de Scranton produce proyectiles de artillería de 155 mm utilizados en los sistemas de armas obús, algunas de las municiones más necesarias para la lucha de Ucrania para disuadir a las tropas rusas.
Zelenskiy dijo a los periodistas que también presentaría su plan a Trump, pero el candidato republicano no ha confirmado hasta ahora que ambos vayan a reunirse.
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