Bloomberg — El clima extremo del año pasado, que incluyó tifones, olas de calor e inundaciones, provocó el mayor desplazamiento de personas desde 2008 y exacerbó una crisis alimentaria en más de una docena de países, según un informe.
Los ciclones tropicales fueron responsables de muchos de los fenómenos más graves, como el supertifón Yagi en septiembre, según indicó el miércoles la Organización Meteorológica Mundial en su informe anual sobre el estado del clima mundial. La mortífera tormenta mató a cientos de personas mientras arrasaba Filipinas, China y Vietnam, anegando hogares y arrasando cultivos, y causando daños por valor de miles de millones de dólares.
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La OMM, una agencia de las Naciones Unidas, enumeró 151 fenómenos meteorológicos extremos “sin precedentes” en 2024, que fue el más cálido registrado.
Ocho países registraron al menos un millón más de personas en situación de inseguridad alimentaria aguda que durante el pico de 2023, mientras que las sequías contribuyeron a reducir la cosecha mundial de cereales.
Un estudio publicado el año pasado en proyectaba que los daños climáticos podrían costar a la economía mundial US$38 billones al año (en dólares de 2005), a mediados de siglo.
Los sistemas de alerta temprana y los servicios climáticos que aumentan la concienciación son cruciales para reducir los costes futuros y salvar vidas, afirmó la OMM en su informe.
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Los devastadores efectos que los fenómenos meteorológicos extremos están teniendo en la economía mundial se acelerarán si siguen aumentando las emisiones de dióxido de carbono, metano y dióxido nitroso. Las concentraciones de los tres gases en la atmósfera aumentaron en 2024, según la OMM.
Entre los fenómenos meteorológicos extremos más significativos del año pasado enumerados por la agencia se encuentra la ola de calor de junio en Arabia Saudita. Las temperaturas cerca de La Meca alcanzaron los 50C (122F) durante la peregrinación del Hajj, y se registraron muchas muertes.
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