Bloomberg — Los inversores privados en infraestructuras se están haciendo con gangas ecológicas en lo que se ha convertido en un mercado de compradores de proyectos eólicos, solares y de baterías.
Los movimientos se producen tras una caída de los valores de energías limpias, ya que el llamamiento del presidente de EE.UU., Donald Trump, a favor de una mayor generación de energía a partir de combustibles fósiles ha enfriado el sector y ha impulsado los planes de las grandes petroleras de volver a centrarse en su negocio principal.
“Creemos que los fundamentos de la energía renovable son tan fuertes como siempre lo han sido”, dijo Ignacio Paz-Ares, socio gerente y subdirector de inversiones en el grupo de energía renovable y transición de Brookfield Asset Management. “Siempre que vemos una dislocación entre lo que es el ruido del mercado y los fundamentos, eso crea una muy buena oportunidad para que hagamos adquisiciones a precios de entrada muy atractivos”.
Brookfield se encuentra entre los gestores de activos que apuestan por que el aumento del consumo de energía y la economía competitiva de las renovables seguirán impulsando la demanda del sector.
En los últimos meses, Brookfield ha realizado una serie de grandes operaciones ecológicas, incluida una operación de 1.700 millones de dólares para comprar un negocio de energías renovables en tierra a National Grid Plc, la compra de una participación de 1.750 millones de libras (2.300 millones de dólares) en parques eólicos marinos del Reino Unido a Orsted A/S y la adquisición por 6.100 millones de euros (6.600 millones de dólares) del promotor francés Neoen SA, propietario de activos solares, eólicos y de almacenamiento de energía. Paz-Ares dijo que la empresa está pensando en comprar más mientras sigue recaudando dinero para su segundo fondo de transición energética.
La adquisición de Neoen fue especialmente oportuna para Brookfield. El gestor de activos alternativos y sus coinversores compraron por primera vez una participación de control en diciembre por 39,85 euros la acción, un tercio menos que el máximo de Neoen a principios de 2021.
Con todas estas operaciones, Brookfield llevó activos del mercado público al privado. Destacan un momento oportuno para los inversores con dinero para gastar en el sector. Una burbuja bursátil para todo lo verde alcanzó su punto máximo a principios de 2021 y ahora ha dejado las valoraciones de las empresas de energía limpia que cotizan en bolsa en torno al nivel más bajo en unos cinco años.
“Los precios de las acciones no han ido bien en los últimos años, pero en la economía real las energías limpias están en auge”, afirma Aniket Shah, responsable de estrategia de sostenibilidad y transición de Jefferies. “Cuando el sentimiento en torno a algo es bajo, es un buen momento para ser comprador”.
Vincent Policard, codirector de infraestructuras europeas de KKR & Co., que busca recaudar hasta 7.000 millones de dólares para su primer fondo Global Climate, afirmó que los factores geopolíticos que presionan las valoraciones están “creando una oportunidad convincente para que los inversores a largo plazo como nosotros se inclinen y apoyen la transición energética".
El gestor de fondos de cobertura Trium Capital declaró a principios de este mes que la retirada generalizada de las grandes petroleras de los proyectos de energías renovables ha hecho que el mercado de las inversiones en bajas emisiones de carbono parezca menos concurrido y más atractivo.
Esto ya parece estar ocurriendo en la energía eólica marina frente a las costas del Reino Unido, donde BP Plc hizo algunas de sus mayores apuestas hace unos años, lo que elevó los precios de los proyectos.
Copenhagen Infrastructure Partners, que cerró este mes el mayor fondo de renovables de su historia con 12.000 millones de euros, dijo que ahora está empezando a volver a entrar en esas aguas.
“Nos mantuvimos al margen del gran baño de sangre del Mar del Norte”, dijo Jakob Baruel Poulsen, socio gerente y cofundador de CIP, pero la empresa compró recientemente un proyecto de 480 megavatios en Morecambe, frente a la costa occidental del Reino Unido, en el Mar de Irlanda, en “condiciones muy atractivas”.
CIP comunicó el mes pasado que adquiría el control total de sus actuales propietarios, Cobra y Flotation Energy. En un comunicado de prensa sobre el anuncio se decía que Flotation Energy seguirá participando tras la transacción como socio promotor del proyecto.
Los propietarios de proyectos de energías renovables en Europa también se están beneficiando de unos precios de la electricidad que siguen en niveles históricamente altos después de que el suministro de gas natural de Rusia a Europa disminuyera en los últimos años.
“Los precios de la electricidad son increíblemente buenos en estos momentos”, afirma Baruel Poulsen. “En Europa, los precios de la energía a largo plazo son al menos el doble de altos” de lo que eran antes de la guerra en Ucrania, dijo.
Más allá de Europa, Baruel Poulsen afirmó que el nuevo fondo invertirá en EE.UU. y Australia, mercados en los que las energías renovables terrestres y las baterías están llamadas a desempeñar un papel cada vez más importante para satisfacer la demanda del sistema eléctrico.
La eólica y la solar son las fuentes de electricidad de más rápido crecimiento en todo el mundo, en un momento en que el consumo de energía se disparará con nuevas fuentes de demanda, como los centros de datos. Según BloombergNEF, en EE.UU. se espera que la construcción anual de parques eólicos aumente un 40% este año en comparación con 2024, mientras que la energía solar aumentará un 10% hasta alcanzar la cifra récord de 54,4 gigavatios de nueva capacidad.
A pesar de la difícil situación política en EE.UU., “seguimos siendo optimistas respecto a la transición energética”, declaró Bianca Ziccarelli, Directora General de Canada Pension Plan Investments, en una mesa redonda de la Cumbre Mundial de Inversores en Infraestructuras celebrada el jueves en Berlín. “Hemos estado bastante ocupados y seguimos encontrando buenas oportunidades en renovables”.
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