Bloomberg — El cambio climático y los fenómenos meteorológicos cada vez más extremos están afectando el suministro global de sangre, poniendo en peligro la vida de personas con lesiones o condiciones médicas graves, según un nuevo estudio.
Eventos climáticos extremos y desastres naturales como incendios forestales e inundaciones, impulsados por el aumento de las temperaturas globales, están dificultando las tareas de los profesionales de la salud para recolectar, analizar, transportar y almacenar sangre, de acuerdo con un estudio publicado esta semana en The Lancet Planetary Health. Estos eventos complican el traslado de posibles donantes a los centros de donación y retrasan el transporte de productos sanguíneos, que tienen una vida útil corta y son altamente sensibles a las variaciones de temperatura.
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El ciclón tropical Alfred ejemplifica el impacto de este tipo de fenómenos climáticos, ya que el mes pasado provocó daños graves e inundaciones generalizadas en Queensland y Nueva Gales del Sur, en Australia. Más de 3.500 turnos de donación de sangre fueron cancelados debido al evento, lo que provocó una fuerte caída en las reservas de sangre del país, según el equipo de investigación del Australian Red Cross Lifeblood y la Universidad de Sunshine Coast.
“Por primera vez aquí en Australia vimos que un fenómeno climático tuvo un impacto sin precedentes en las donaciones”, dijo Elvina Viennet, investigadora de Lifeblood y coautora del estudio. “Esta investigación es importante porque el suministro de sangre y productos sanguíneos es crucial para tratamientos médicos y salva vidas en situaciones de emergencia”.
El estudio es el primero a nivel mundial en analizar cómo el cambio climático puede afectar cada etapa de la cadena de suministro de sangre, basado en una revisión de estudios internacionales.
El cambio climático también implica que muchas enfermedades transmitidas por la sangre —como el dengue, el virus del Nilo Occidental y la malaria— se expandirán a más regiones, ya que los insectos que las propagan encontrarán nuevos territorios con temperaturas aptas para vivir. La propagación de estas enfermedades también podría impedir que las personas donen sangre, lo que plantea un nuevo desafío para el sistema de bancos de sangre, con un posible aumento en la transmisión de dichas enfermedades a través de transfusiones.
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Los sistemas de bancos de sangre deben “garantizar que sigan siendo adaptables a riesgos en evolución” y requerirán una “evaluación continua de la carga regional de enfermedades, los recursos disponibles y las tecnologías emergentes”, señala el estudio, ya que el cambio climático está generando amenazas nuevas y cambiantes por enfermedades transmitidas por insectos y de origen animal.
El clima extremo —incluidas temperaturas altas o bajas y otras fluctuaciones— también puede tener una influencia indirecta en la cadena de sangre, al aumentar la demanda de transfusiones, especialmente en personas con complicaciones en el embarazo, enfermedades cardiovasculares, anemia falciforme, enfermedades renales o lesiones traumáticas.
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