Bloomberg — Un compromiso histórico asumido por los países hace menos de dos años —triplicar la capacidad renovable global para 2030— ya corre serio riesgo de no cumplirse, según revela un nuevo informe.
Ver más: El potencial y los obstáculos de América Latina en la transición energética
Los objetivos presentados por los gobiernos nacionales para expandir tecnologías como la eólica y la solar dejarían al mundo muy por debajo de lo prometido en la cumbre climática COP28 de las Naciones Unidas en 2023, según el centro de estudios climático Ember. El objetivo de triplicar las renovables se acordó en Dubái como parte de un acuerdo arduamente negociado para avanzar hacia una transición energética libre de combustibles fósiles.
Según cálculos de Ember, el mundo alcanzaría solo 7,4 teravatios (TW) de capacidad renovable instalada para 2030, apenas más del doble de los 3,4 TW registrados en 2022. No obstante, se requieren 11 TW para cumplir con la meta.
“Existe una desconexión real entre los compromisos de alto nivel que se firman en las COP y la forma en que realmente se planifica el sistema eléctrico”, advirtió Katye Altieri, analista global de electricidad en Ember. “Los objetivos nacionales envían señales clave al mercado, y creo que los países han perdido de vista esa función”.

Los hallazgos subrayan un desafío estructural de las negociaciones climáticas internacionales, y uno que probablemente dominará la cumbre COP30 en la ciudad brasileña de Belém este noviembre: los países son expertos en formular promesas anuales, pero muy deficientes en ejecutarlas.
Desde Dubái en 2023, hay pocas señales de que el mundo esté abandonando los combustibles fósiles. Aumentar la capacidad renovable debía ser parte esencial de la solución: cuanta más energía provenga del viento y el sol, menos necesidad habría de explotar carbón, petróleo y gas.
El análisis de Ember reveló que solo 22 países han actualizado sus metas de renovables desde la COP28, la mayoría pertenecientes a la Unión Europea, que fue una de las impulsoras del compromiso y ha legislado para reducir sus emisiones en 55% para 2030 respecto a 1990.
Ver más: La esperanza de Pemex en energías renovables recae en un Instituto sin presupuesto federal
Algunas economías del G20, como China y Sudáfrica, aún podrían presentar objetivos climáticos más ambiciosos este año. Pero otras, como Canadá, Rusia y Turquía, no lo han hecho y probablemente no lo harán antes de la cumbre en Belém, señala Ember.
Estados Unidos, que no ha presentado una meta específica de renovables para 2030, es muy poco probable que lo haga. El presidente Donald Trump está retirando al país del Acuerdo de París y desmantelando varias de las políticas de energía limpia establecidas por Joe Biden, como la Ley de Reducción de la Inflación.
Altieri advirtió que, aunque China por sí sola podría generar un avance sustancial hacia la meta global, eso no bastaría para compensar los rezagos de otras regiones.

Entre algunas señales alentadoras: India no ha actualizado su ambición formal, pero su meta de 500 gigavatios (GW) de energía sin combustibles fósiles para 2030 sí está alineada con el objetivo global. Sorprendentemente, Arabia Saudita también estaría en camino de cumplir su parte, según el informe.
La cumbre COP30 en Brasil será la primera tras una década del Acuerdo de París y se espera que marque una nueva era en la diplomacia climática, enfocada no en redactar reglas, sino en cumplir compromisos. Pocos días antes de la conferencia, la ONU publicará una síntesis de los planes climáticos nacionales y cuán lejos está el mundo del objetivo de limitar el calentamiento a 1,5°C. Será responsabilidad de Brasil guiar las negociaciones para cerrar esa brecha, lo que incluirá una mayor expansión de las energías limpias.
Para Altieri, lograr un efecto multiplicador en la transición energética no requeriría mucho, pero sí metas claras que obliguen a los países a planificar no solo dónde ubicar sus fuentes renovables, sino también qué tipo de infraestructura, como redes eléctricas y baterías, necesitan.
“No se trata de fijar metas por fijarlas”, concluyó. “La viabilidad económica ya existe en todos los países del mundo”.
Lea más en Bloomberg.com