Bloomberg Línea — Centroamérica avanza en su desempeño macroeconómico y fiscal, lo que ha llevado a mejoras recientes en las calificaciones soberanas de varios países, según un informe de Fitch Ratings.
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Costa Rica, Guatemala y República Dominicana mantienen calificaciones en el rango BB con perspectivas positivas, mientras que El Salvador y Nicaragua, con B- y B, respectivamente, con perspectivas estables.
Este impulso crediticio ha sido respaldado por el sólido desempeño económico y la mejora de las finanzas públicas y externas. La fuerte demanda estadounidense de exportaciones, así como el incremento en el flujo de remesas de trabajadores migrantes en los Estados Unidos, ha sido clave en este desempeño.
Sin embargo, Fitch advierte que la alta dependencia de la región respecto al mercado de EE.UU. podría convertirse en un punto vulnerable, especialmente ante los cambios en las políticas comerciales y migratorias bajo una eventual administración Trump.
El comercio en la era de los aranceles
Estados Unidos es el principal destino de exportaciones para El Salvador, Costa Rica, Guatemala, Honduras, Nicaragua y República Dominicana, con quienes mantiene el Cafta-DR.
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Con la excepción de Nicaragua, todos los países involucrados tienen déficits comerciales con EE.UU. Según Fitch, esto podría ayudarlos a lograr un trato arancelario estadounidense más favorable, como se vio en los anuncios arancelarios de Trump a principios de abril.
A diferencia de México, no son grandes exportadores de bienes políticamente sensibles sujetos a los aranceles más altos de la Sección 232, como automóviles y acero.
Las exportaciones clave de Centroamérica a Estados Unidos son productos manufacturados básicos como prendas de vestir y bienes más sofisticados como dispositivos médicos.
Si bien estas exportaciones podrían enfrentar desafíos por los aranceles estadounidenses, podrían obtener una ventaja sobre los competidores asiáticos que han sido amenazados con aranceles aún más altos.
Además, el Cafta-DR no se enfrenta a tanta incertidumbre como el acuerdo T-MEC entre Estados Unidos, Canadá y México, que está sujeto a revisión en 2026.
Esto está ayudando a Centroamérica a evitar la caída de la confianza empresarial que afecta a México.
Panorama migratorio de la región
En el frente migratorio, el panorama es más incierto. Aunque las deportaciones desde Estados Unidos no han repuntado de forma significativa, sí lo han hecho las detenciones en frontera, lo que podría anticipar un endurecimiento de las políticas migratorias.
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Las remesas, una fuente crítica de ingresos para los países, representan entre el 9% y el 25% del PIB en la región, con excepción de Costa Rica. Su crecimiento en los últimos años ha sido clave para sostener la expansión económica y mejorar la posición fiscal.
Fitch advierte que una reducción sostenida de estos flujos impactaría directamente en el crecimiento y la estabilidad de las finanzas públicas. De hecho, el repunte registrado a comienzos de 2025 podría haber sido un efecto anticipado ante posibles restricciones más severas desde EE.UU.
A esto se suma el nuevo impuesto del 1% a las remesas aprobado por el Congreso estadounidense en julio, una medida que, si bien es menos agresiva que la propuesta original del 3,5%, marca un cambio en el tono fiscal hacia los migrantes y genera incertidumbre.
Además, la caída en los intentos de cruce sugiere que la migración está disminuyendo, lo que podría enfriar el crecimiento de las remesas en los próximos trimestres. En paralelo, una menor emigración podría reforzar la fuerza laboral interna, aunque el efecto positivo dependerá de la capacidad de los países para absorber a estos trabajadores en actividades productivas.
Riesgos latentes, pero con margen
Pese a estos desafíos, Fitch mantiene perspectivas estables o positivas para todos los soberanos centroamericanos. Esto sugiere que, al menos por ahora, las calificaciones tienen margen para absorber los riesgos derivados de una política exterior más dura por parte de Washington.
El crecimiento económico se ha mantenido relativamente estable en lo que va de 2025, aunque con una desaceleración más marcada en República Dominicana.
Aun así, Fitch considera que la combinación de fundamentos macroeconómicos sólidos y reformas fiscales da a la región un grado de resiliencia.
La calificadora concluye que el impacto real de los cambios en política migratoria y comercial dependerá tanto de su intensidad como de las respuestas que adopten los gobiernos del istmo. En ese equilibrio se definirá si las perspectivas positivas pueden sostenerse en el mediano plazo.