Bloomberg Línea — “Es una operación de guerra”.
Así es como el CEO de Aegea, Radamés Casseb, califica la estrategia adoptada por la empresa y sus homólogos, tanto públicos como privados, para hacer frente a las inundaciones de Rio Grande do Sul, Brasil, a finales de abril de 2024.
La fuerza del agua dejó ciudades enteras sumergidas en la mayor catástrofe climática de la historia del estado brasileño. Mientras miles de habitantes de varios municipios luchaban por sobrevivir, la infraestructura local quedó prácticamente cubierta por el agua, lo que incluía los equipos que garantizan la distribución del suministro.
Aegea tuvo casi la mitad de sus clientes del área de concesión de Corsan (Companhia Riograndense de Saneamento, vendida a Aegea en 2022) afectados por la tragedia. Casseb relata que la empresa tuvo que trabajar con numerosas estructuras para mitigar los daños de la tragedia.
Una de las soluciones utilizadas fueron las estaciones de tratamiento móviles: los equipos se colocan dentro de una especie de “contenedor”, que se transporta en camiones o barcos hasta el lugar necesario. Las nuevas tuberías para la distribución de agua y los camiones cisterna también formaron parte del plan de emergencia.
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Según el directivo, en un plazo de 20 días tras el fin de las lluvias, la empresa logró restablecer el suministro de agua potable a todos sus clientes.
También contó que la empresa creó un grupo de trabajo con algunas de sus homólogas – Sabesp (SBSP3), Copasa (CSMG3) y Sanepar (SAPR4) – para ayudar a quienes vivían fuera del área de concesión de Aegea.
Aunque la infraestructura de Corsan se vio poco afectada, según informó Casseb, debido a la tragedia, Aegea registró R$500 millones (US$91,2 millones) en pérdidas financieras entre daños directos y caída de ingresos.
“Vimos municipios donde todo quedó destruido y la gente no regresó a sus casas. Hay ciudades enteras que se están construyendo en otros lugares”.
Esto supone un reto para el sector, según el directivo, dado que las empresas de saneamiento en general, al igual que las autoridades públicas, tienen el compromiso de planificar la infraestructura necesaria para lo que él denomina “adaptación climática”.

En su evaluación, estructuras como paneles eléctricos y construcciones que se encontraban a una determinada altura tendrán que cambiar.
“Las fuentes de agua que tenían ciertas conexiones tendrán que montar redundancia para garantizar que, si una falla, la otra pueda atender”, ejemplificó.
Según la CEO de la Asociación y Sindicato Nacional de Concesionarias Privadas de Servicios Públicos de Agua y Alcantarillado (Abcon), Christianne Dias, el sector se enfrenta a una realidad cada vez más difícil en relación con los fenómenos climáticos extremos y su impacto en la disponibilidad de agua.
La directiva dijo que la frecuencia y la intensidad de las sequías han aumentado, lo que afecta el nivel de los embalses, ríos y acuíferos responsables del abastecimiento de miles de municipios.
“La escasez de agua provoca interrupciones en el suministro, con la necesidad de adoptar turnos y racionamientos, además de la implementación de fuentes alternativas de emergencia. Otro efecto es la reducción de la recarga natural de los acuíferos subterráneos, lo que los hace menos disponibles a lo largo del tiempo”.
Según ella, se trata de una situación que “afecta directamente a la regularidad del servicio y a la seguridad hídrica de las poblaciones atendidas”.
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Exceso de agua, escasez de agua
La escasez de lluvias y las temperaturas por encima de la media histórica en regiones de los estados brasileños de Mato Grosso y Mato Grosso do Sul han alertado a las autoridades públicas sobre el agravamiento de la situación de sequía en ambos estados.
La gerente de medio ambiente y calidad de Iguá, Natália Flecher, afirmó que algunas concesiones de la empresa se enfrentan habitualmente a fenómenos climáticos que, en algunos casos, son característicos de una determinada región. Sin embargo, advirtió que estos fenómenos se están intensificando.
“En la costa del estado de Paraná, las lluvias a principios de 2025 [fueron] superiores a las registradas en los últimos años. En la cuenca del Pantanal, en Mato Grosso, la escasez de agua en esta época del año es mayor”.
La directiva afirmó que los fenómenos climáticos severos forman parte del ciclo del agua y, por consiguiente, de las operaciones de saneamiento. Pero los cambios en la frecuencia y la intensidad han llevado a Iguá a desarrollar nuevos protocolos, ya que los estudios científicos apuntan a que el clima va a cambiar.
“Esto significa que tendremos que intensificar la adopción de soluciones en determinadas operaciones”.
En este contexto, Flecher afirmó que la empresa decidió invertir en un estudio científico basado en los escenarios del IPCC (Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático, organismo de referencia mundial en la materia) para trazar las vulnerabilidades climáticas de las regiones donde opera Iguá.
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“Iguá ha realizado importantes inversiones en automatización, innovación, hidrometría inteligente y procesos que nos permiten producir agua de forma más eficiente. También hemos invertido en eficiencia energética, lo cual es importante para hacer frente al cambio climático a nivel mundial”, afirmó.
En la concesión de Rio de Janeiro, la empresa implementó un plan de respuesta a la sequía para mitigar los efectos de la escasez de agua que históricamente afecta a la región cada año.
Las inversiones ascienden a unos R$6 millones (US$1,1 millón) en diversas acciones, incluida la instalación de una estación móvil de tratamiento de agua (ETA) anexa a la ETA Fragoso, en Miguel Pereira, para contribuir al aumento de la producción de agua en los dos municipios.

Dias, de Abcon, reforzó que las operadoras han implementado un conjunto de soluciones orientadas a la adaptación de los sistemas frente a los eventos climáticos extremos, con foco en la continuidad de los servicios y la seguridad hídrica.
Entre las soluciones se encuentran la recuperación de manantiales; la inversión en plantas de reutilización de agua para fines no potables, como el uso industrial; desalinización de agua salobre con la adopción de tecnologías como la ósmosis inversa, lo que permite el abastecimiento en zonas con disponibilidad hídrica comprometida; construcción de embalses y conducciones de larga distancia, lo que garantiza una mayor capacidad de almacenamiento y distribución en situaciones críticas; y uso de inteligencia artificial y automatización.
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Regulación y poder público
Flecher evaluó que el poder concedente ha estado siguiendo las transformaciones relacionadas con el clima en el sector del saneamiento, especialmente tras la aprobación del marco regulatorio. Y añade que esta evolución se produce más allá del sector, lo que incluye, por ejemplo, la aprobación de la ley del mercado regulado del carbono.
Para Casseb, sin embargo, los aspectos relacionados con los fenómenos climáticos extremos deberán presentarse como planes a la agencia reguladora para que sean debatidos públicamente y aprobados.
“A veces será necesario contar con infraestructura adicional, lo que requiere tiempo. Otras veces será necesario debatir el reequilibrio del contrato, porque gran parte de las licitaciones de la última década no previeron los cambios climáticos”, reflexionó.
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