Bloomberg Línea — El nuevo impuesto del 1% a las remesas desde EE.UU., que comenzará a aplicarse en 2026, afectará con mayor intensidad a Centroamérica, aunque en términos de dinero el mayor impacto se sentirá en México por el alto volumen de recursos que recibe por esta vía.
Analistas de la entidad financiera Bancolombia explican que “las políticas migratorias más restrictivas podrían traducirse en una disminución de los flujos de remesas hacia los países de origen, lo que afectaría directamente a millones de hogares que dependen de estos ingresos”.
Aunque al considerar el escenario en el que los receptores asumen todo el costo del impuesto, “su efecto sobre las remesas es más bien bajo”.
En promedio, explican en un reporte, las transferencias desde EE.UU. hacia Colombia, México, El Salvador y Guatemala se reducirían un 0,38% como consecuencia del gravamen.
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En Guatemala, las remesas enviadas desde EE.UU. caerían en 2026 un 0,48%, lo que en cifras absolutas representa una reducción de US$95,9 millones frente al total proyectado.
Además, mayores deportaciones derivarían en una pérdida en la llegada de remesas de aproximadamente 0,5 pp del consumo privado guatemalteco.
En el caso de El Salvador, la caída esperada de las remesas que se envían desde EE.UU. es de 0,39%, con un efecto combinado en el total de US$30,1 millones.
Ya en el caso de México, la proyección es que las remesas desde EE.UU. se contraigan un 0,33% en 2026, pero dado el gran flujo de dinero que se mueve a través de este canal el impacto combinado sería de US$207,8 millones.
“México y El Salvador, por su parte, verían una disminución en sus remesas de 0,1 pp del consumo privado”, detalla el informe. “A pesar de que estos países también son vulnerables, la exposición de sus migrantes ante deportaciones frente al número de indocumentados empleados es menor que la de Guatemala”.

Y en Colombia, se proyecta una contracción en el envío de remesas desde EE.UU. de 0,32% el próximo año, representando en el total un golpe de US$20,3 millones.
El pasado 4 de julio se aprobó la ley One Big Beautiful Bill Act, que establece, entre otras medidas, un impuesto del 1% a las remesas enviadas por canales físicos a partir de 2026.
Ese cobro puede asumirse de tres formas: el remitente paga el impuesto manteniendo intacta la suma que envía, reduciendo así su ingreso disponible; el destinatario recibe menos dinero porque el remitente descuenta el impuesto de la transferencia; o ambos comparten el costo del gravamen.
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Países más vulnerables a la caída de las remesas

De acuerdo al reporte de Bancolombia, liderado por la economista Laura Clavijo, los países de Centroamérica son los más vulnerables debido a su alta dependencia económica de las remesas y a la proporción de estos envíos provenientes de EE.UU.
“A esto se suma que los problemas de seguridad en la región han llevado a una migración sostenida hacia Estados Unidos en los últimos años”, dice el documento.
Según el indicador de vulnerabilidad de flujos de remesas desde EE.UU., que elabora Bancolombia en una escala de 0 a 10, los territorios más expuestos a estos cambios son precisamente México, Centroamérica y el Caribe.
Alta vulnerabilidad
- México: 6,5
- El Salvador: 6,0
- Honduras: 5,6
Media
- Guatemala: 4,9
- Nicaragua: 4,3
- República Dominicana: 2,9
Baja
- Ecuador: 1,9
- Colombia: 1,4
- Costa Rica: 1,1
- Brasil: 0,9
- Perú: 0,9
- Chile: 0,5
- Argentina: 0,0
De acuerdo al reporte, la política migratoria de Donald Trump tiene una incidencia directa en las economías latinoamericanas, especialmente por su impacto sobre los migrantes indocumentados, “quienes son los más expuestos a medidas de detención y deportación”.
Los analistas ven que “esta situación es particularmente crítica” si se considera que México concentra el mayor número de personas indocumentadas (4,3 millones), seguido por Guatemala y El Salvador (850.000 cada uno), y Honduras (775.000).
Para 2023, más de la mitad de la fuerza laboral migrante en EE.UU. era de origen latino, representando el 52,4% de los trabajadores nacidos en el extranjero.
México fue el principal aportante, con un 45,0% del total de la mano de obra latinoamericana, seguido por el Caribe con un 18,9% y Sudamérica con un 18,3%.
Se estima que las transferencias enviadas por migrantes documentados en EE.UU. hacia México, El Salvador, Guatemala y Colombia en 2024 sumaron US$74.636 millones, mientras que las enviadas por indocumentados totalizaron US$21.815 millones.
Por industrias, la construcción y las actividades profesionales son las que tienen una mayor participación en las transferencias de migrantes indocumentados.
La previsión de los analistas de Bancolombia es que la administración de Donald Trump no logre deportar un millón de personas al año, como aseguró el Gobierno a principio de año. Sin embargo, “bajo un escenario pesimista en el que las deportaciones hacia México, Guatemala, El Salvador y Colombia superen en un 50% las registradas en 2024, los resultados serían mixtos”.
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