Stablecoins, inflación y regulación: las fuerzas que moldean la adopción cripto en la región

Mientras algunos países lideran con leyes e instituciones, otros avanzan desde la urgencia económica. El Blockchain Informe LATAM 2025 traza el mapa más reciente de la adopción cripto en la región.

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Capacitación del Diplomado en Bitcoin para los docentes de los departamentos de La Paz, San Salvador y La Libertad, en El Salvador, el 22 de julio de 2024.
13 de septiembre, 2025 | 06:00 AM

Bloomberg Línea — En 2025, América Latina ya no es una promesa futura para la tecnología blockchain, sino una región donde la adopción cripto es real, cotidiana y, en muchos casos, estratégica.

Ver más: Con Venezuela y sin El Salvador, los países con mayor adopción de bitcoin en Latinoamérica

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El Blockchain Informe LATAM 2025, elaborado por la agencia Sherlock Communications, muestra cómo 11 países latinoamericanos avanzan en su integración a la Web3 con una combinación singular de urgencia económica, innovación institucional, desarrollo comunitario y creatividad tecnológica.

Uno de los principales hallazgos del informe es la consolidación de las stablecoins como caso de uso dominante. En toda la región, las monedas digitales estables, especialmente USDT y USDC, se utilizan para preservar valor, enviar remesas o escapar de las restricciones cambiarias.

De hecho, América Latina fue la región con mayor crecimiento mundial en transacciones de stablecoins por debajo de un millón de dólares entre 2023 y 2024, con un incremento cercano al 40%.

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La población adopta soluciones digitales no porque sean “la última tecnología”, sino porque resuelven problemas concretos, dice el estudio.

El ecosistema en Latinoamérica

Argentina sigue siendo un caso paradigmático de adopción cripto impulsada por la necesidad. Los altos niveles de inflación (alrededor del 118% interanual en diciembre de 2024), han llevado a los ahorristas a refugiarse en los llamados “cripto dólares”, pero también se ha observado un cambio de preferencia hacia Bitcoin.

A diferencia de otros países, aquí no se espera la regulación para innovar, y el sector privado, las fintech y las comunidades llevan la delantera, aunque recientemente el Gobierno ha comenzado a explorar un marco más claro, con un sandbox regulatorio y discusiones sobre tokenización de activos.

El jefe de Gobierno de Buenos Aires, Jorge Macri, en el bar The Slow Kale, en Colegiales, uno de los comercios de la Ciudad que acepta pagos con cripto.

Brasil, en cambio, representa un enfoque más institucionalizado. Con su mercado interno masivo y una banca tradicional poderosa, el país ha incorporado las criptomonedas de forma progresiva pero decidida.

Bancos como Nubank, BTG Pactual y Bradesco ya ofrecen productos como ETF, mientras el Banco Central avanza en su proyecto de real digital.

En 2024, el país ya tenía leyes que regulaban a los exchanges, y los activos digitales comenzaron a usarse en contextos tan diversos como la tokenización de bonos públicos o las auditorías de sostenibilidad.

México también combina una fuerte actividad de remesas cripto con una base fintech en expansión. En general, el país mantiene una postura neutral frente a las criptomonedas.

El gobierno permite las actividades cripto bajo la Ley Fintech de 2018 y no ha impuesto prohibiciones ni restricciones severas. Esto ha permitido que exista un ecosistema sólido, con exchanges como Bitso, startups fintech y proyectos de tokenización que operan dentro de un marco legal.

Otras motivaciones

El informe también revela que hay países donde la innovación blockchain se origina más desde la comunidad que desde el Estado. Costa Rica, por ejemplo, ha visto surgir proyectos como Bitcoin Jungle, que impulsa una economía circular desde Playa Dominical hasta la zona del Triángulo de Oro en el Pacífico.

“El tipo de adopción no es por necesidad, sino por oportunidad”, dijo Luiz Eduardo Abreu Haddad, investigador principal de Sherlock Communications, a Bloomberg Línea, sobre el fenómeno cripto en Costa Rica.

A diferencia de otros países latinoamericanos donde la alta inflación o los controles cambiarios empujan a la población a buscar alternativas financieras, en Costa Rica la adopción avanza desde la curiosidad, la apertura tecnológica y el interés por soluciones que conectan innovación con sostenibilidad.

Este enfoque ha convertido al país en un nodo emergente para las llamadas finanzas regenerativas (ReFi), un movimiento que une el potencial de las tecnologías descentralizadas con objetivos sociales y ambientales.

Otro modelo interesante es el de Perú, donde en 2025 más de 1,28 millones de personas poseen criptomonedas, y las descargas de aplicaciones cripto se duplicaron en la segunda mitad de 2024.

Contrario a otros países, la economía peruana no enfrenta una inflación descontrolada, pero sí una fuerte demanda por instrumentos en dólares y una creciente conciencia sobre el valor de las stablecoins.

El país también está explorando casos de uso público, como el piloto de moneda digital “BiPay”, impulsado por el Banco Central en alianza con la empresa Bitel, para llegar a zonas rurales sin acceso bancario. Además, el Congreso aprobó el voto digital para peruanos en el extranjero a partir de las elecciones generales de 2026.

Escenarios en economías dolarizadas

El Salvador sigue siendo el país más visible en términos de adopción cripto impulsada por el gobierno.

Aunque en enero de 2025, la Asamblea Legislativa modificó la Ley de Bitcoin para eliminar la obligación de aceptación como forma de pago, además de que el gobierno acordó “desvincularse gradualmente” de su participación en la billetera Chivo, el país mantiene su lugar en el mapa global de la industria.

The Views Resort, un hotel en Tamanique, El Salvador que acepta bitcoin.

“Los próximos años serán decisivos para ver cómo este régimen pro-crypto se traduce en adopción real y en beneficios económicos sostenibles”, señala el informe.

En Ecuador, que cuenta con una de las tasas más altas de tenencia cripto entre las economías dolarizadas de los Andes, la adopción sigue motivada principalmente por remesas y oportunidades de inversión más que por la inflación.

En materia regulatoria, el país permite la compraventa y tenencia de criptomonedas, pero mantiene una postura restrictiva que prohíbe su uso como medio de pago legal.

Ecosistemas en evolución

En Colombia, el enfoque regulatorio hacia las criptomonedas en el último año ha sido proactivo pero cauteloso, tendiendo hacia una postura más amigable con el sector.

Aunque aún no existe una ley integral sobre su uso, se han dado pasos importantes para establecer un marco normativo. En marzo de 2025, los legisladores volvieron a presentar en el Congreso una regulación importante que busca licenciar y supervisar a los Proveedores de Servicios de Activos Virtuales (VASPs), incorporando a los exchanges y empresas cripto bajo una supervisión clara.

Usuarios interactúan con la aplicación de Wallib, una billetera enfocada en simplificar la compra, venta y uso de Bitcoin.

Chile, por su lado, promueve la innovación en blockchain y ha presentado una de las leyes fintech más detalladas de Latinoamérica para integrar las criptomonedas al sistema financiero formal.

Licencias claras, programas sandbox y el reconocimiento legal de las stablecoins respaldadas por moneda fiat, han generado confianza en las empresas, como lo demuestra la inversión extranjera y el crecimiento del sector cripto chileno bajo estas normas, destaca la investigación.

En Venezuela, con una economía en crisis, inflación persistente y un salario mínimo inferior a los US$3, más de 3 millones de personas, cerca del 10 % de la población, usan cripto como un salvavidas financiero.

El uso cotidiano de stablecoins como USDT y USDC ha crecido exponencialmente, impulsado por remesas, comercio informal y preservación de valor frente a la constante devaluación del bolívar.

A pesar del fuerte uso, el marco regulatorio es inestable. Tras el colapso de la Superintendencia Nacional de Criptoactivos y Actividades Conexas (SUNACRIP), el ente regulador cripto, el gobierno ha endurecido los controles, incluyendo la prohibición nacional de la minería en 2024 y bloqueos a plataformas.

BitBase, un Phygital Exchange de compraventa de criptomonedas en Asunción, Paraguay.

En el otro extremo, Paraguay muestra cómo el foco en la minería digital puede impulsar el interés por blockchain. Gracias a su energía hidroeléctrica barata, el país ha atraído inversiones para granjas de minería. Sin embargo, la adopción minorista sigue siendo baja, y las regulaciones aún son incipientes.

Estos casos muestran dos tendencias clave. Por un lado, hay países donde la innovación se impulsa “desde arriba”: con leyes, pilotos oficiales, bancos y gobiernos liderando la adopción, y por otro, es la curiosidad y la innovación la que empuja los procesos.

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