Brasil y la COP30: seis claves que podrían determinar el éxito o el fracaso de la cumbre

La ONU hará un recuento de promesas sobre reducción de emisiones y hará un informe resumido, mostrando lo lejos que se está el mundo del límite fijado a 1,5 °C.

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Zona Verde de la COP30
Por John Ainger
07 de octubre, 2025 | 01:12 AM

Bloomberg — Cuando Brasil se designó sede de la cumbre climática COP30 hace dos años, se pensó que sería la celebración perfecta del décimo aniversario del Acuerdo de París, donde los países se comprometieron a mantener el cambio climático dentro de límites seguros.

En cuestión de un mes, aproximadamente 200 países se congregarán a las puertas de la selva amazónica para participar en una nueva ronda de negociaciones sobre el clima auspiciadas por la Organización de las Naciones Unidas. No obstante, todavía existe un intenso debate sobre cuál debería ser el resultado principal.

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Lula y Macron

En contraste con las dos ediciones precedentes, la COP30 (oficialmente, la 30.ª Conferencia de las Partes) no cuenta con un objetivo principal concreto.

En la COP29 celebrada en Azerbaiyán en el 2024, los países debían acordar un nuevo objetivo global de financiación climática. Y el año anterior, los negociadores evaluaron los avances en materia climática y decidieron por primera vez abandonar los combustibles fósiles.

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Brasil ha manifestado su deseo de pasar de la negociación a la implementación de los objetivos. No obstante, esto dista mucho de ser algo sencillo en un momento en el que EE.UU. se retira del Acuerdo de París, existen las guerras en Ucrania y Gaza, y el mundo está menos volcado en la lucha contra el cambio climático.

Su éxito o fracaso será el legado climático que definirá al presidente Luiz Inácio Lula da Silva.

Estos son algunos de los resultados que los negociadores confían en alcanzar el próximo mes en la ciudad brasileña de Belém:

NDC 3.0

Puede decirse que el mayor resultado de la COP30 se alcanzó antes de la cumbre propiamente dicha. Los países tenían que presentar su tercera ronda de compromisos climáticos en el marco del Acuerdo de París, conocidos como “Nationally Determined Contributions” (NDC por sus sus siglas en inglés, Contribuciones Determinadas a nivel Nacional), antes de que finalizara el mes pasado.

En estos compromisos se especifica cuánto pretenden reducir las emisiones para 2035 y las políticas que les permitirán alcanzar dicho objetivo.

Más de la mitad de las partes del Acuerdo de París, incluida China, han presentado sus nuevas contribuciones determinadas a nivel nacional (NDC). Sin embargo, muchos grandes emisores no lo han hecho.

La UE, la región con mayor ambición climática, incumplió el plazo, al igual que India. Estados Unidos presentó su compromiso anticipadamente, bajo la administración Biden, pero el presidente Donald Trump ha desechado muchas de las políticas necesarias para cumplirlo.

Para finales de este mes, la ONU contabilizará todas esas promesas de reducción de emisiones y elaborará un informe de síntesis que mostrará lo lejos que está el mundo del objetivo de París de limitar el calentamiento global a 1,5°C. Pocos esperan que la proyección de calentamiento global de la ONU sea muy inferior a 2,5°C, lo que significa que los países aún están muy lejos de lograrlo.

Ver más: El fondo climático clave de Brasil para la COP30 está en riesgo por retraso estructural

Mantenerse atento ante los retos

Hable con diplomáticos climáticos veteranos y le dirán que esta cumbre se asemeja mucho a la COP26 en Glasgow, Reino Unido, la última vez que se exigió a los países presentar compromisos climáticos, tras un retraso debido a la pandemia.

Esta COP tampoco tuvo un resultado principal obligatorio, pero aun así logró un compromiso histórico de reducir gradualmente la combustión incesante de carbón, junto con una serie de acuerdos paralelos que abarcaron desde la reducción de la deforestación hasta el lanzamiento de una alianza de bancos comprometidos con el clima.

COP26

La respuesta de Brasil a la síntesis de las NDC de este año será el indicador clave del éxito.

Países ambiciosos, como los de la UE, quieren abordar directamente la reducción de la brecha térmica a 1,5°C y consolidar aún más los compromisos existentes, como la transición hacia el abandono de los combustibles fósiles.

No obstante, quienes tradicionalmente obstaculizan una mayor acción climática, como Arabia Saudita, podrían ver el entorno geopolítico actual como una oportunidad para retractarse de algunas de esas promesas.

“Lo que falta es voluntad política”, afirmó Tina Stege, enviada climática para las Islas Marshall. “Necesitamos que se cumplan los compromisos de mitigación”.

Tras meses de resistencia, Brasil empieza a aceptar la idea de negociar una decisión de cobertura para abordar la brecha de temperatura, según personas familiarizadas con el asunto. Sin embargo, hasta el momento hay poca claridad sobre lo que se incluirá.

Hoja de ruta financiera

El año pasado, los países desarrollados prometieron entregar US$300.000 millones en financiación climática a las naciones en desarrollo y a los pequeños estados insulares para 2035. También acordaron aumentar esa cifra en US$1 billón extra a través de fuentes privadas, pero dejaron en claro cómo se lograría.

Algunas de esas respuestas deberían revelarse en la COP30.

Brasil y la presidencia azerbaiyana de la COP del año pasado están trabajando en una hoja de ruta “De Bakú a Belém” que, según los activistas, ofrecerá propuestas concretas para movilizar las importantes cantidades de dinero necesarias para ayudar a los países pobres a realizar la transición a energías limpias y proteger sus economías del cambio climático.

Algunas de las posibles opciones que se han barajado incluyen los llamados gravámenes solidarios sobre las operaciones bursátiles y de bonos, las emisiones de combustibles fósiles y los billetes de avión en primera clase. Sin embargo, muchas de ellas tendrían que acordarse fuera del proceso de la COP.

Ver más: El aumento de costos en Belém obliga a países a replantear su asistencia a la COP30

Se considera que los bancos multilaterales desempeñan un papel clave, pero muchos ahora tienen que lidiar con una administración Trump hostil al cambio climático.

La hoja de ruta tampoco se negociará, por lo que no está claro hasta dónde llegará. Lo que es seguro es que los países en desarrollo buscarán algo más que palabras vacías.

Objetivo de adaptación

El lento progreso en la reducción de emisiones implica que se está prestando mayor atención a cómo los países, las empresas y las comunidades se adaptarán al cambio climático. Para quienes se encuentran en primera línea frente a los fenómenos meteorológicos extremos, la adaptación será el enfoque clave de la cumbre de este año.

Es poco probable que los negociadores se pongan de acuerdo sobre un nuevo objetivo financiero específico para la adaptación, pero tendrán que reducir la lista de indicadores que miden la resiliencia al cambio climático de 400 a unos 100 para el final de la COP30.

Acuerdos paralelos

Las recientes cumbres de la COP han venido acompañadas de numerosas declaraciones e iniciativas llamativas.

Los críticos afirman que estas sirven como una útil distracción ante el lento progreso en las salas de negociación y que a menudo se ignoran en cuanto todos se marchan. Pero también pueden sacar a la luz ideas innovadoras y movilizar coaliciones de países para colaborar en temas como la expansión de las energías renovables o la mejora de las técnicas agrícolas.

Es poco probable que este año sea diferente.

Una de las propuestas emblemáticas es el Fondo Bosques Tropicales para Siempre , de US$125.000 millones, que aprovechará los mercados de capital para pagar a los países por mantener sus bosques en pie. Otro acuerdo paralelo clave a tener en cuenta es una coalición global sobre los mercados de carbono. Esta podría unir a diversos países para coordinar la fijación de precios al carbono.

Brasil también ha hecho del principio de “Transición Justa” un pilar clave de la COP30, para asegurarse de que los países y las comunidades pobres no queden atrás durante la transición hacia una economía limpia.

Ver más: Brasil busca reconocimiento al aporte de China contra el cambio climático previo a la COP30

Mantener vivo el multilateralismo

En última instancia, uno de los principales indicadores del éxito de la COP30 podría ser demostrar que el espectáculo diplomático sigue en marcha después de que EE.UU., la mayor economía del mundo y el mayor emisor histórico de CO2, abandone el proceso.

Harjeet Singh, participante de la COP desde hace mucho tiempo y director fundador de la Fundación Satat Sampada para el Clima, dijo que un “faro de esperanza” surgió a inicios de este año, cuando la Corte Internacional de Justicia dijo que los países tienen la responsabilidad de hacer lo que puedan para limitar el calentamiento global al umbral crítico de 1,5°C.

Aun así, afirmó, la geopolítica proyecta una “sombra ominosa” sobre las perspectivas de un multilateralismo significativo. “Esta será una lucha larga y ardua”, afirmó Singh, “para proteger nuestro planeta y a su gente de las fuerzas de la inercia y el egoísmo”.

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