Bloomberg Línea — Los family offices globales redujeron levemente su exposición a los activos alternativos, pasando de representar el 44% de sus carteras en 2023 al 42% en 2025, aunque siguen siendo un pilar clave gracias a su potencial de retorno y diversificación, de acuerdo un reporte del banco de inversión Goldman Sachs.
La mayoría de los family offices (61%) han mantenido estable su asignación a activos alternativos.
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Entre aquellos que sí optaron por reducirla, la razón principal fue el reequilibrio de portafolio (22%), probablemente influido por la diferencia de tiempos entre los mercados públicos y privados.
En segundo lugar, se mencionó la falta de retornos de capital o un desempeño por debajo de lo esperado (14%).
Estas proporciones fueron más bajas de lo anticipado, considerando el discurso recurrente alrededor de este tipo de preocupaciones, de acuerdo a los analistas.
El reporte Goldman Sachs Family Office Investment Insights 2025, Adapting to the Terrain, se basa en las respuestas de 245 tomadores de decisiones de oficinas familiares a nivel mundial.
Los analistas destacan que las family offices mantiene su asignación estratégica general, con un aumento notable en la renta variable pública.
“Las dislocaciones del mercado, la dispersión y el rendimiento superior de la renta variable pública crearon un conjunto de oportunidades atractivo en comparación con el capital privado, que mantuvo una asignación sólida, aunque disminuyó entre 2023 y 2025″, dijeron.
Diversificación de los portafolios

La asignación en acciones públicas entre los family offices regresó a los niveles de 2021, pasando del 28% en el 2023 al 31% en el 2025.
“Un tema de crecimiento estructural con un enorme impacto en las acciones públicas ha sido la inteligencia artificial, especialmente en las grandes compañías tecnológicas”, explicó Goldman Sachs.
La diversificación en renta fija pasó del 10% al 11% en las carteras de family offices en el mismo período, de acuerdo al reporte titulado Adapting to the Terrain.
De otra parte, la asignación en private equity cayó del 26% al 21% entre 2023-2025, con la variación más moderada entre los family offices de América, que mantienen la mayor asignación a este activo con un 25%, frente al 22% en Europa, Oriente Medio y África y el 15% en Asia-Pacífico.
Goldman Sachs indica que esta ha sido una tendencia persistente en los últimos años, “ya que los socios limitados (LP, por sus siglas en inglés) han mostrado cautela a la hora de reinvertir en nuevos fondos o comprometerse con nuevos gestores, en medio de un entorno de exits que mejora, pero sigue siendo limitado”.
Expectativas de asignación estratégica
En los próximos 12 meses, las expectativas de asignación estratégica muestran que un 38% de los encuestados planea aumentar su exposición a acciones en mercados públicos, mientras que un 39% lo hará en private equity.
En contraste, solo un 16% incrementará su posición en efectivo y equivalentes, frente a un 34% que prevé reducirla.
Para renta fija, un 20% espera aumentar su participación y un 67% mantenerla, mientras que en real estate privado un 20% anticipa alzas y un 64% permanecer sin cambios.
En hedge funds, el 24% planea incrementos y el 72% no prevé modificaciones.
En private credit, un 26% aumentará su exposición y un 66% la mantendrá, y en commodities la gran mayoría (85%) no cambiará su posición, con apenas un 14% aumentando.
En infraestructura, un 21% proyecta un incremento y un 76% se mantendrá estable.
Principales riesgos para el entorno de inversión

De acuerdo al reporte, si bien las family offices “miran al futuro con optimismo”, también identifican una serie de riesgos para la inversión, aunque más de carácter gubernamental que fundamental.
Los family offices identifican como mayor riesgo los conflictos geopolíticos (61%), seguido de la inestabilidad política (39%) y la recesión económica (38%).
También destacan los aranceles globales (35%), las valoraciones infladas y la inflación (ambos con 27%), según el reporte Adapting to the Terrain.
En menor medida, preocupan la liquidez (15%), el costo del financiamiento (11%), la regulación (7%), la inestabilidad bancaria (5%) y el riesgo climático (4%).
Otros riesgos citados incluyen la inteligencia artificial (IA), la deuda y el déficit federal, la existencia de esferas de influencia multipolares (por ejemplo, China, EE.UU., Rusia e India), la incertidumbre política, la baja calidad de las utilidades corporativas y la depreciación del dólar estadounidense.
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