Bloomberg — El vicepresidente estadounidense, JD Vance, y el papa Francisco se reunieron en el Vaticano el domingo de Pascua, poco antes de que el pontífice pronunciara un sermón en el que instó a los líderes políticos a apoyar a las poblaciones vulnerables.
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La reunión, anunciada por la oficina de Vance, marcó la primera entre un vicepresidente estadounidense y el papa desde 2020, durante el primer mandato del presidente Donald Trump.
Vance, un reciente converso al catolicismo que fue bautizado en 2019, ha pasado varios días en Roma para realizar una serie de salidas de trabajo y recreo con su esposa Usha y sus tres hijos pequeños.
Un video publicado por la cadena católica estadounidense de noticias EWTN mostraba a Vance hablando con el papa Francisco, que estaba sentado en una silla de ruedas. El pontífice obsequió al vicepresidente estadounidense con una corbata vaticana, rosarios y huevos de Pascua para cada uno de los hijos de Vance.
“Sé que no se ha sentido muy bien, pero me alegro de verle con mejor salud”, dijo Vance al líder católico, que el mes pasado fue dado de alta de una hospitalización de cinco semanas tras luchar contra una neumonía potencialmente mortal. “Gracias por recibirme”.
Vance estuvo dentro del Vaticano durante unos 20 minutos el domingo. La Segunda Familia de Estados Unidos asistió después a la Misa de Pascua en la Basílica de San Pablo Extramuros.
El regreso de Vance a la Ciudad del Vaticano siguió a una visita más prolongada el sábado, durante la cual la Santa Sede dijo que había habido un “intercambio de opiniones” sobre una serie de cuestiones, incluidos los migrantes, los refugiados y los presos, con funcionarios de la Iglesia.
El Vaticano había descrito la reunión del sábado como “cordial”, aunque una lectura de la oficina del vicepresidente no mencionaba los asuntos de inmigración.
Tras reunirse con Vance, el papa Francisco fue conducido en silla de ruedas al balcón papal con vistas a la plaza de San Pedro, donde pronunció una breve bendición a la gran multitud congregada abajo.
En ese momento, el arzobispo Diego Ravelli leyó en voz alta el mensaje de Pascua del papa, conocido como “Urbi et Orbi”, que se centraba en la difícil situación de los menos afortunados.
“Cuánto desprecio se despierta a veces hacia los vulnerables, los marginados y los emigrantes”, leyó Ravelli. “Hago un llamamiento a todos los que ocupan puestos de responsabilidad política en nuestro mundo para que no cedan a la lógica del miedo, que sólo conduce al aislamiento de los demás, sino que utilicen los recursos disponibles para ayudar a los necesitados, luchar contra el hambre y fomentar iniciativas que promuevan el desarrollo.”
El Papa Francisco, de 88 años, es el guía espiritual de 1.400 millones de católicos de todo el mundo. A principios de este año, criticó la postura de la administración Trump sobre los migrantes y las deportaciones forzosas. Vance respondió elogiando al Papa pero diciendo que mantendría sus puntos de vista.
Vance también se reunió con la primera ministra italiana, Giorgia Meloni, y otros altos funcionarios durante su estancia en Roma, y tiene previsto partir hacia la India a última hora del domingo.
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