Bloomberg Línea — La corrupción y el crimen organizado amenazan cada vez más al deporte en las Américas y el Caribe, a medida que aumenta el papel de los grupos delictivos organizados en esta actividad, concluyó un reporte de la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC) divulgado este viernes 19 de septiembre.
“Esta evolución está poniendo en peligro el impacto social y económico positivo que el deporte desempeña en las regiones”, dice el informe, titulado Salvaguardar el deporte de la corrupción: Enfoque en los países de las Américas y el Caribe.
UNODC llamó la atención sobre “el creciente riesgo” de la manipulación de los resultados y de los eventos en el deporte en la región.
Como ejemplo, cita el número de tarjetas amarillas durante las competiciones de fútbol y casos de gran repercusión en países como Brasil, Canadá y México.
Tanto el deporte masculino como el femenino son objetivos de la manipulación en las competiciones.
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De los 15 países incluidos en el informe, solo Argentina, Brasil, Paraguay, Estados Unidos y Uruguay disponen de legislación que penaliza específicamente la manipulación de competiciones.
La manipulación de la competición estaría vinculada a actividades como corrupción, la delincuencia organizada, las apuestas ilegales y el blanqueo de dinero.
Ante la vulnerabilidad ante estos crímenes, UNODC exhortó a los gobiernos de la región a fortalecer las estructuras de gobernanza de los organismos deportivos.
También considera clave dar mayor prioridad a los riesgos de corrupción en los sistemas de justicia penal, abordar las limitaciones de los marcos jurídicos y reglamentarios y fomentar una mayor colaboración interinstitucional.
Los grupos criminales aprovechan la debilidad de las normas y la gobernanza deportiva, poco preparadas contra la corrupción. Y aunque existe cooperación con la justicia, suele ser puntual y de impacto limitado.
El presidente de la Confederación Sudamericana de Fútbol (Conmebol), Alejandro Domínguez, dijo a Bloomberg Línea en una entrevista a comienzos de año que desde 2016 se ha logrado la restitución de alrededor de US$130 millones de manos de la corrupción en ese deporte y que desde la entidad apuntan desvelar los fondos desviados para devolverlos al fútbol sudamericano.
Para la UNODC, “los numerosos casos de malversación, compra de votos y favoritismo relacionados con la administración de las organizaciones deportivas en América y el Caribe, sugieren que las organizaciones deportivas de estas regiones son muy vulnerables a la corrupción”.
Estos casos siguen socavando las estructuras de gobernanza, distorsionando la toma de decisiones y restringiendo el acceso equitativo a los recursos (especialmente en contextos con una supervisión deficiente), señaló.
Impacto de las apuestas ilegales

Para UNODC, es fundamental fortalecer la integridad de las apuestas legales mediante regulaciones sólidas, mayor transparencia, protección al cliente y sanciones efectivas, para distinguirlas claramente de las apuestas ilegales.
“Los grupos de crimen organizado están aprovechando el aumento de la popularidad de las apuestas en línea para crear sitios de apuestas ilegales, con un enfoque fuerte en el deporte, que pretenden ser legales y regulados, con el fin de blanquear el producto del delito”, advirtió.
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Según el Programa de UNODC para la Protección del Deporte contra la Corrupción y los Delitos Económicos, anualmente se apuestan hasta US$1,7 billones en mercados de apuestas ilícitas controlados por el crimen organizado.
De acuerdo al reporte, las apuestas ilegales también se asocian con otros delitos, como el fraude al consumidor, el robo de identidad, la evasión fiscal y el lavado de dinero.
Corrupción en grandes eventos deportivos

De cara a los eventos deportivos de gran magnitud que se realizarán en las Américas en 2026, Naciones Unidos advirtió sobre las vulnerabilidades en este tipo de espectáculos.
Los grandes eventos deportivos, por su alto presupuesto y múltiples actores, son vulnerables a la corrupción.
Los escándalos en el pasado han dañado la confianza pública y evidencian la necesidad de mejor gobernanza y transparencia.
Naciones Unidas realizó la advertencia de cara a la Copa Mundial de la FIFA 2026, que se disputará en México, EE.UU. y Canadá, pero también por los Juegos Centroamericanos y del Caribe 2026, los Juegos Panamericanos 2027 y los Juegos Olímpicos de Verano 2028 en Los Ángeles.
“La intersección entre la corrupción y los eventos deportivos representa una amenaza significativa para la integridad financiera, los estándares éticos y la competitividad del deporte”, dice el informe.
En el negocio de las transferencias de deportistas de Centroamérica y Sudamérica, llama la atención por los riesgos de corrupción por pagos ilícitos, lavado de dinero, fraude por parte de agentes inescrupulosos y altos funcionarios de organizaciones deportivas.
Advierte, que estas operaciones puedan conllevar la explotación de atletas jóvenes y vulnerables.
En la región, la falta de datos específicos dificulta comprender la magnitud y el alcance de la corrupción relacionada con las transferencias, por lo que considera que se deben implementar acciones nacionales específicas para proteger a los atletas.
En el fútbol, por ejemplo, se ha documentado que jóvenes de África y Latinoamérica son trasladados a Europa, y más recientemente a Asia, con visas temporales de tres meses, tras lo cual muchos quedan abandonados.
Cuando logran firmar contratos profesionales, estos suelen ser abusivos, con agentes que llegan a quedarse con hasta el 50% de sus salarios durante toda su duración.
Según información de la FIFA, cada año se efectúan más de 20.000 traspasos internacionales de jugadores profesionales entre más de 5.000 clubes de todo el mundo.
Recientemente, el máximo rector del fútbol mundial dio nuevas directrices sobre los fichajes de un mismo grupo empresarial.
La FIFA prohibió los traspasos de futbolistas entre clubes que pertenezcan a un mismo grupo empresarial, lo que limita una práctica que venían realizando poderosas firmas como el City Football Group.
En 2024, de acuerdo a cifras de la FIFA, el gasto en transferencias internacionales en el fútbol profesional masculino totalizó US$8.590 millones, lo que significó la segunda cantidad más alta de la historia.
El año pasado, un total de 22.779 jugadores fueron traspasados en el fútbol masculino mundial, un 4,4% más respecto a 2023 y un nuevo récord, de acuerdo a la FIFA.
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