Bloomberg — El Papa León XIV está cambiando la gestión de las actividades de inversión financiera de la Santa Sede, recortando de hecho los poderes del Banco del Vaticano.
El líder de los 1.400 millones de católicos del mundo, que fue elegido Papa el 8 de mayo, aprobó normas que repartirán la responsabilidad de invertir los fondos del Vaticano entre varias instituciones de la Santa Sede, según la Carta Apostólica “Coniuncta Cura” publicada este lunes.
La medida llega en un momento en que el Instituto para las Obras de Religión (IOR), o el Banco del Vaticano como se le conoce, se ha esforzado durante la última década por librarse de su reputación de mala gestión, en medio de denuncias de falta de transparencia en torno a sus pérdidas por inversiones e investigaciones penales.
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En las nuevas directrices, el Papa León establece el principio de “corresponsabilidad”, así como una definición clara de “las funciones y responsabilidades” de las diversas instituciones de la Santa Sede, “permitiendo a todos converger en una dinámica de colaboración mutua.”
La nueva directiva deroga una instrucción de 2022 según la cual el IOR tenía la supervisión exclusiva de la gestión de los fondos vaticanos y era el custodio de todos los bienes muebles de la Santa Sede y de sus instituciones asociadas.
Las actividades de inversión financiera de la Santa Sede bajo las nuevas normas serán realizadas por la Administración del Patrimonio de la Sede Apostólica (APSA) a través del Banco del Vaticano, “a menos que los órganos competentes, según lo establecido por los estatutos del Comité de Inversiones, consideren más eficiente o conveniente utilizar intermediarios financieros establecidos en otros países”.
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El Banco del Vaticano presta servicios bancarios tradicionales y supervisa las inversiones de las instituciones vinculadas a la Iglesia. El año pasado, los depósitos totales gestionados por el banco ascendieron a 5.700 millones de euros (US$6.700 millones). Sus beneficios aumentaron alrededor de un 7% hasta alcanzar los 32,8 millones de euros en 2024, según las cifras publicadas el pasado mes de junio.
En una entrevista concedida a Bloomberg, Jean-Baptiste Douville de Franssu, el presidente del Banco Vaticano que fue nombrado en 2014 tras tres décadas de escándalos, y el director general Gian Franco Mammì afirmaron que el papa León XIV les había indicado su intención de continuar el proceso iniciado por el papa Francisco para sanear la institución.
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