¿Cuál es el costo económico de la malnutrición infantil en Latinoamérica?

América Latina y el Caribe aporta el 14% de la producción global de alimentos y el 45% del comercio internacional neto de productos agroalimentarios del mundo, pero afronta al mismo tiempo el problema de la malnutrición infantil

Foto: Unicef.
12 de diciembre, 2024 | 04:00 AM

Bloomberg Línea — La doble carga de la malnutrición se ha disparado en Latinoamérica en los últimos decenios en todos los grupos de edad y de ingresos, con importante incidencia en la niñez y la adolescencia, lo que tiene enormes costos para los países, los sistemas de salud y las familias, alertó la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) a Bloomberg Línea.

Esta doble carga se refleja en que mientras 5,7 millones de niños menores de 5 años en Latinoamérica sufren retraso en el crecimiento, 4,2 millones padecen sobrepeso, dijo la oficial principal de Políticas de Seguridad Alimentaria y Nutrición de la FAO en América Latina y el Caribe, Daniela Godoy G.

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), la malnutrición abarca desde la desnutrición (emaciación, retraso del crecimiento e insuficiencia ponderal), hasta los desequilibrios de vitaminas o minerales, el sobrepeso, la obesidad, y las enfermedades no transmisibles relacionadas con la alimentación.

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Ver +: América Latina ha logrado avances “notables” contra el hambre y la desnutrición: ONU

Un mercado mayorista de alimentos

Se estima que en Latinoamérica más de 10 millones de niños y niñas menores de cinco años están malnutridos, de acuerdo a cifras de Unicef. Esto se refleja en que solo 2 de cada 5 bebés de 0 a 5 meses se alimentan exclusivamente de lactancia materna y 1 de cada 5 niños y niñas menores de 2 años no come frutas ni verduras.

Estudios de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) en siete países de la región (Ecuador, El Salvador, Guatemala, Honduras, México, Perú y República Dominicana), citados por Daniela Godoy G. en la entrevista, apuntan a que la desnutrición infantil genera costos anuales que oscilan entre US$500 y US$22.000 millones.

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En promedio, estos costos representan un 5% del PIB respectivo de cada país al año, pero, nuevamente, con una dispersión que fluctúa de 0,7% en unos casos a 11,1% en otros.

La FAO ha calculado que las políticas e intervenciones para el cumplimiento de las metas 2.1 y 2.2 de los ODS exigirían de aquí a 2030 recursos adicionales por un valor de entre US$176.000 millones y los US$3,98 billones para erradicar la subalimentación o hambre, además de otros US$77.000 a US$90.000 millones para cumplir determinadas metas mundiales en materia de desnutrición.

En el mundo, los costos ocultos de los sistemas agroalimentarios ascienden a US$12 billones anuales, de los cuales el 70% está relacionado con hábitos alimenticios poco saludables y se asocia con enfermedades no transmisibles, como las cardiopatías, los accidentes cerebrovasculares y la diabetes, muy por encima de los costos relacionados con la degradación ambiental y las desigualdades sociales.

Latinoamérica y el Caribe presenta disparidades con relación a la malnutrición infantil

Los indicadores relacionados con la nutrición infantil presentan considerables diferencias entre las tres subregiones (Sudamérica, Mesoamérica y el Caribe).

Por ejemplo, en una dimensión que mide el retraso en el crecimiento, Mesoamérica presenta la mayor prevalencia con un 16,9%, seguido del Caribe con 11,3% y finalmente Sudamérica con 9%, manifestó Daniela Godoy G.

Entre tanto, el sobrepeso en niños y niñas menores de 5 años es más alto en Sudamérica, donde la prevalencia se situó en 9,7% en 2022, mientras que en el Caribe fue de 6,6% y en Mesoamérica de 6,7%.

Ver +: Los países de Latinoamérica en los que es más caro llevar una dieta saludable

La desaceleración económica, la variabilidad climática y los eventos climáticos extremos, los conflictos, la falta de acceso a alimentos nutritivos y a dietas saludables y entornos alimentarios poco saludables, junto con desigualdades persistentes, afectan los ingresos de las personas y el consumo de alimentos asociados necesarios para la salud y la nutrición, según la especialista de la FAO.

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La combinación de estos factores se refleja en que el costo promedio de una dieta saludable en Latinoamérica supera el promedio mundial, una tendencia que es especialmente evidente en el Caribe, luego de haber presentado un aumento del 5,3% entre 2020 y 2021, de acuerdo a un informe de Naciones Unidas.

El reporte Panorama Regional de la Seguridad Alimentaria y la Nutrición 2023 indica que el costo de una dieta saludable en Latinoamérica y el Caribe se ubica en US$4,08 al día, mientras que a nivel mundial es de US$3,66 persona al día en promedio.

Después de Latam le siguen Asia, con US$3,90; África, con US$3,57; Norteamérica y Europa, con US$3,22, y Oceanía, con US$3,20.

Un total de 133,4 millones de personas en la región o el 22,7 % de la población no podían permitirse una dieta saludable, que se define como el costo en dólares por persona al día para lograr una ingesta calórica de 2.330 kcal/día, según el informe.

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El alto costo de alimentarse bien en Latinoamérica

La FAO dice que los altos costos de una dieta saludable se explican por una serie de determinantes internos y externos a lo largo del sistema agroalimentario y que influyen en los precios relativos o al consumidor final.

Las estructuras de los costos en la producción, importación, logística comercialización, distribución y otros aspectos de la cadena de suministro, influyen en el precio final de los alimentos.

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En el Caribe, el alto costo de una dieta saludable se debe a la dependencia de importaciones costosas de alimentos, aunque estrategias como el Plan SAN CELAC 2030 (busca fortalecer la solidaridad entre los países para eliminar el hambre y reducir la malnutrición) y CARICOM 20x25 (apunta a reducir la factura de importación de alimentos en el Caribe en un 25% para 2025) buscan aumentar la producción sostenible de alimentos nutritivos.

En materia de costo de una dieta saludable, la especialista de la FAO dice que es clave poder acercar físicamente las fuentes de producción y las personas, pero también que haya un acceso económico.

En ese sentido, “mejorar la productividad es una forma de reducir costos, pero también fortalecer la resiliencia de estos sistemas que se ven alterados cuando hay desaceleración económica, variabilidad climática y eventos climáticos extremos, conflictos, falta de acceso a alimentos nutritivos e inasequibilidad de dietas saludables y entornos alimentarios poco saludables, junto con desigualdades persistentes que afectan nuestra región”.

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Acciones para resolver la problemática de la malnutrición en la región

Godoy explica que existen varias vías transformadoras para abordar los principales factores determinantes de la inseguridad alimentaria y la malnutrición. Estas incluyen:

  • Políticas, medidas e inversiones clave para generar resiliencia ante los factores principales como el clima y las diversas vulnerabilidades económicas.
  • Intervenir a lo largo de la cadena de suministro agroalimentaria para reducir el costo de los alimentos nutritivos.
  • Cambiar los entornos alimentarios para adoptar hábitos alimentarios más saludables con efectos positivos en la salud de las personas.
  • Y enfrentar las desigualdades estructurales para que las intervenciones favorezcan a la población en situación de pobreza.

América Latina y el Caribe aporta el 14% de la producción global de alimentos y el 45% del comercio internacional neto de productos agroalimentarios del mundo. No obstante, Naciones Unidas calcula que 43,2 millones de personas sufren hambre en la región, equivalente al 6,5% de la población.

Además, 247,8 millones de personas en la región experimentaron inseguridad alimentaria moderada o grave, es decir, “se vieron obligados a reducir la calidad o cantidad de la comida que consumieron, o incluso se quedaron sin comida, pasaron hambre y, en el caso más extremo, pasaron días sin comer, poniendo su salud y bienestar en grave riesgo”.

“Estamos trabajando en fomentar alianzas comerciales intrarregionales, especialmente con productores de agricultura familiar, para que podamos sacar mejor provecho de ese potencial de producción de alimentos nutritivos dando impulso a economías locales para apoyar el aumento del poder de compra de los hogares”, dijo la oficial Principal de Políticas de Seguridad Alimentaria y Nutrición de la FAO.

La FAO apoya a 17 países en programas de alimentación escolar, beneficiando a 80 millones de niños. En estos programas, se promueve el fortalecimiento de sistemas agroalimentarios sostenibles, alianzas intrarregionales y la agricultura familiar para reducir costos y aumentar el acceso a alimentos saludables.

Ver +: Alimentos poco saludables y emisiones agrícolas cuestan US$10 billones a economía mundial