Bloomberg Línea — Dos joyas insulares y miembros de la comunidad del Caribe, Islas Caimán y Bermudas (aunque está en el Atlántico Norte), podrían atraer a más de 250 nuevos individuos de alto patrimonio (HNWI, por sus siglas en inglés) este año a su territorio, motivados por las flexibilidades fiscales, poca burocracia y calidad de vida.
Las proyecciones apuntan a que un total de 200 millonarios se mudarán a Islas Caimán este año, atrayendo unos US$3.700 millones en capital, lo que supone un aumento del 62% de esta población entre 2014-2024, de acuerdo con la consultora Henley & Partners, especializada en migración de inversiones.
Entre tanto, la población de millonarios en Bermudas, que también es un territorio británico de ultramar, aumentó en ese mismo período un 51%, con la expectativa de que este año lleguen al país 50 nuevos millonarios, atrayendo US$1.000 millones adicionales.
“Las Islas Caimán se están volviendo cada vez más populares como centro de oficinas familiares y sede de empresas tecnológicas globales. Por supuesto, también son un centro bancario offshore global”, dijo a Bloomberg Línea el director de Investigación de la empresa de inteligencia patrimonial New World Wealth, Andrew Amoils.
Islás Caimán y Bermudas resaltan por tener estructuras legales claras, estabilidad política y regulatoria, y servicios financieros de primer nivel.
“Para fundadores e inversores globales, poder mover capital y constituir empresas en días (no meses) marca la diferencia”, señaló a este medio Juan Pablo Cappello, cofundador de PAG Law, firma que apoya estratégicamente a startups latinoamericanas en aspectos legales y financieros.
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Ambos destinos han sido considerados por años como dos joyas reservadas para los más ricos del planeta, con casos como el del estadounidense Kenneth Dart (con una fortuna de US$14.600 millones). Dart, de 70 años, es propietario de Dart Enterprises, una empresa de inversión con sede en las Islas Caimán.
Según información de Bloomberg, entre sus principales participaciones también se encuentran las tabacaleras British American Tobacco e Imperial Brands.
Otros casos incluyen al multimillonario sudafricano Clive Calder (con una fortuna de US$8.980 millones), de 78 años, cofundador del sello discográfico Zomba Music Group, quien se mudó a Islas Caimán con su familia.
Bermudas también ha sido un destino reconocido para millonarios y celebridades del mundo, siendo la residencia por una década de la actriz británica Catherine Zeta-Jones y su familia.
Atractivos tributarios
Tanto las Islas Caimán como Bermudas no aplican impuestos a las ganancias de capital ni al patrimonio, lo que los ubica en una lista muy exclusiva junto a Emiratos Árabes Unidos, Mónaco, Mauricio y Singapur.
Andrew Amoils, de New World Wealth, explicó que el atractivo principal de Caimán y Bermudas radica en cuatro factores: impuestos, estilo de vida, clima y oportunidades de negocio.
Según Amoils, esta estructura fiscal resulta crucial para empresarios adinerados, pues “la mayor parte de sus impuestos suele provenir de ganancias de capital —acciones, venta de empresas, propiedades, cripto o metales— y no de salarios”.
“Los individuos con alto poder adquisitivo (HNWI) de Estados Unidos y Latinoamérica se están mudando cada vez más allí, especialmente los multimillonarios y los centimillonarios”, dijo.
Paraísos tecnológicos y para los seguros

Juan Pablo Cappello, cofundador de PAG Law, explica que las Islas Caimán se han convertido en el “Silicon Valley offshore”, por su flexibilidad y agilidad para fondos de inversión y startups tecnológicas, mientras que Bermudas mantiene un perfil más tradicional ligado a seguros y reaseguros.
Según Cappello, los grandes patrimonios suelen usar una estructura conocida como “Cayman LLC Sandwich”.
En la práctica significa que crean una empresa en Delaware (EE.UU.), la combinan con vehículos en Caimán para manejar fondos y sociedades de inversión, y la completan con trusts familiares que protegen el patrimonio.
De esa forma logran pagar menos impuestos, mantener discreción y acceder con mayor facilidad a inversiones internacionales.
Este movimiento, añade Capello, se ha acelerado por la mayor fiscalización en EE.UU. y América Latina, lo que impulsa a los HNWI a buscar jurisdicciones estables y predecibles.
Además de Islas Caimán y Bermudas, Cappello destaca que Bahamas, Islas Vírgenes Británicas y Barbados también son opciones relevantes.
Asimismo, dijo que emergen nuevas opciones como la isla de Anguila o San Vicente, valoradas por sus regímenes ágiles, apertura a cripto y fintech, y costos reducidos.
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La expansión de las family offices
El establecimiento de family offices es otra tendencia que acompaña esta migración. “Muchos millonarios están creando estas estructuras en Islas Caimán y Bermudas”, señaló Amoils.
Se trata de vehículos pensados para individuos con más de US$100 millones en riqueza líquida. Por lo general, cuentan con una rama dedicada a fundaciones y otra dedicada al capital riesgo.
Las fundaciones suelen estar gestionadas por los hijos y la familia extensa del HNWI principal.
Andrew Amoils, de New World Wealth, considera que las oficinas familiares ofrecen un servicio mucho más “práctico” que los gestores patrimoniales tradicionales y los bancos privados.
También pueden poseer activos, por lo que, por ejemplo, las viviendas y los coches de los HNWI y sus hijos suelen ser propiedad de la oficina familiar, y sus vacaciones, educación, gastos de manutención, gastos legales y viajes son sufragados por la oficina familiar.
Como resultado, gran parte de la administración cotidiana de la vida corre a cargo de la oficina familiar.
Por lo general, una oficina familiar cuenta con un pequeño equipo formado por un abogado, un especialista en inversiones, un asistente personal y un contable.
Seguridad y opción de residencia
Michel Soler, director general para Latinoamérica de Henley & Partners, dijo a Bloomberg Línea que, más allá de los beneficios fiscales, la seguridad también resulta decisiva.
“En el caso de las Islas Caimán, la seguridad y la baja tasa de criminalidad son aspectos que destacan en el Caribe para los individuos con alto poder adquisitivo (HNWI)”, señaló Soler.
En cuanto a residencia, explicó que la vía más utilizada es la inversión en bienes raíces por al menos 2 millones de dólares caimaneses (KYD) o unos US$2,4 millones.
También existen otras alternativas, como la posibilidad de solicitar naturalización para quienes buscan mayor permanencia.
Otros destinos emergentes en la región

Los expertos coincidieron en que más allá de Islas Caimán y Bermudas, otras jurisdicciones de la región están ganando terreno.
Amoils señaló a Panamá, Costa Rica y Uruguay, “ya que solo gravan los ingresos locales”.
Esto significa que los ingresos procedentes del extranjero a menudo no se gravan en estos países; por ejemplo, las ganancias obtenidas por acciones en la Bolsa de Nueva York estarían exentas del impuesto sobre las ganancias de capital.
Además, ninguno de estos países grava el impuesto sobre sucesiones.
Por otra parte, Panamá tiene un tipo impositivo relativamente bajo sobre las ganancias de capital (solo el 10%).
Soler resaltó la flexibilidad del régimen de residencia en Panamá, que exige baja presencia física para mantener el estatus. “Panamá combina sin duda un centro financiero bien desarrollado y un entorno fiscal favorable. Quienes establecen su residencia fiscal se benefician del sistema tributario territorial”.
Además, se refirió a un sólido sistema bancario financiero y sofisticado entorno de planificación patrimonial (en Panamá hay muchas empresas de planificación patrimonial y fiduciaria con experiencia y capacidades transfronterizas).
En cuanto a Costa Rica, apuntó que su estabilidad política y económica, el ambiente seguro y un estilo de vida relajado en contacto con la naturaleza impulsan el interés de estadounidenses y canadienses.
Los requisitos de inversión para obtener residencia son relativamente bajos, lo que favorece el dinamismo de su mercado de lujo inmobiliario.
Uruguay, por su parte, se consolida entre brasileños y argentinos de alto patrimonio gracias a su sistema territorial de impuestos y a su régimen de “tax holiday”, que permite tributar menos con una presencia física limitada.
Desde América Latina se observa una creciente demanda e interés por migrar a Panamá desde Colombia, Perú, Ecuador, Venezuela, México y Brasil.
También hay un fuerte interés de norteamericanos (EE.UU. y Canadá) por migrar a Costa Rica. El gran motor es el mercado inmobiliario, dinámico y con una atractiva oferta de lujo.
“El mercado inmobiliario de lujo en destinos clave está ganando popularidad y atractivo desde el punto de vista del valor de las propiedades”, según Soler.
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