Bloomberg — El miembro más rebelde del BCE en la fijación de tasas de interés tiene una última sugerencia antes de partir este mes: mayor transparencia en las decisiones de política monetaria.
El halcón Robert Holzmann, quien en varias ocasiones se sintió cómodo emitiendo un voto en contra durante la política de flexibilización del BCE, quiere que los observadores externos comprendan mejor el razonamiento de los funcionarios al calibrar los costos de endeudamiento.
Holzmann propone un equivalente del dot plot de la Reserva Federal, donde los responsables de política monetaria proporcionan proyecciones de tasas de manera anónima. Alternativamente, las opiniones divergentes respecto a la narrativa de la presidenta Christine Lagarde podrían resumirse y difundirse.
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“Cuando empezamos, la unanimidad es una señal fuerte”, dijo Holzmann en una entrevista antes de ceder el control del Banco Central de Austria al exministro de Economía Martin Kocher. “Pero si la situación no está clara y hay argumentos en todas direcciones, creo que las discrepancias transmiten información al mercado”.
Este consejo final cierra una etapa de seis años de Holzmann en el BCE, donde el economista de 76 años fue uno de los mayores defensores del aumento histórico de tasas para controlar el aumento más rápido de precios en la eurozona.
Con la inflación acercándose al 2%, Holzmann no apoyó la reducción de junio, que dejó los costos de endeudamiento al mismo nivel, y cuestionó otros movimientos durante la campaña de recortes.
Aunque Lagarde lo mencionó públicamente este año por no alinearse con el Consejo de Gobierno, Holzmann asegura que nunca tuvo conflicto con la presidenta y habla muy bien de su trabajo.
Su pedido de mayor transparencia surgió en una cena de despedida en Frankfurt, cuando Lagarde le preguntó cómo el BCE podría operar de manera más efectiva. Probablemente la idea quede solo como propuesta, ya que la revisión estratégica de un año terminó recientemente.
“Algunas personas tienen menos problemas en disentir que otras”, dijo Holzmann. “Pero hay momentos en los que considero que la desviación se vuelve necesaria”.
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En Viena, algunos veían su desafío como un riesgo reputacional para Austria, país conocido por gobiernos de coalición consensuados.
Otros halcones, como Isabel Schnabel y Joachim Nagel, no han reflejado disputas en sus votos.
En Austria, pocos cuestionaron el enfoque de Holzmann preocupado por la inflación, lo que lo convirtió en uno de los pronosticadores más precisos de la política monetaria mientras la subida de precios energéticos llevó al BCE a aumentar tasas 450 puntos básicos en poco más de un año.
Su sucesor aún no ha discutido política monetaria públicamente, pero asume un instituto con tradición de cautela frente a la inflación. A diferencia de Holzmann, Kocher, economista conductual, llega tras lidiar con política de coaliciones complejas.
En medio de una reestructuración importante en el BCE, Holzmann no quiso anticipar quién podría reemplazarlo en el espectro más halcón:
“Con siete nuevas incorporaciones, al menos uno o dos podrían asumir esa postura”, dijo. “Sé por conversaciones informales que varios a menudo coincidieron conmigo en sustancia, pero no en la decisión”.
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