Bloomberg — Los ministros de Finanzas de la eurozona acordaron un paso clave en sus esfuerzos por poner en marcha una moneda digital, añadiendo ímpetu a un proyecto que se está convirtiendo en un importante contrapeso a las stablecoins estadounidenses.
El Eurogrupo alcanzó el viernes un acuerdo sobre el proceso para fijar los límites de tenencia del euro digital. El ministro español de Economía, Carlos Cuerpo, afirmó que es posible alcanzar un acuerdo más amplio sobre la iniciativa entre los Estados miembros de la Unión Europea en 2025.
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Cuerpo afirmó que el grueso del trabajo está hecho, lo que sugiere cierto movimiento en un proyecto que defiende el Banco Central Europeo pero que está siendo frenado por los legisladores.
El último acuerdo “fue desde mi punto de vista un buen paso en la dirección que esperamos se complete en el menor tiempo posible”, declaró a la prensa en Copenhague la presidenta del BCE, Christine Lagarde.
Tras lanzar su impulso al euro digital en 2021, el BCE sigue esperando el marco jurídico necesario. Los funcionarios de Fráncfort exigen avances en el proyecto, recelosos de que las stablecoins respaldadas por el dólar y abrazadas por Donald Trump puedan afianzarse en Europa. También siguen incómodos con la dependencia de la región de firmas como Visa y PayPal para los pagos minoristas.
“Tenemos que enviar un mensaje político muy firme de que ésta es una de las principales prioridades políticas”, dijo Cuerpo de España.
Aunque un acuerdo entre los Estados miembros sería un hito importante para el euro digital, aún se necesitaría la aprobación del Parlamento Europeo, además de un acuerdo final entre los legisladores y el Consejo.
En el Parlamento, sin embargo, las cosas siguen atascadas. El Partido Popular Europeo sigue favoreciendo una solución privada, y Markus Ferber, miembro del PPE, incluso pidió este mes que el proyecto volviera a empezar, afirmando que “han cambiado tantas cosas que el BCE y la Comisión deben volver a la mesa de dibujo”.
Los bancos comerciales, por su parte, están preocupados por la amenaza que supone para su papel de intermediarios en las transacciones, así como por el riesgo de que los depósitos fluyan hacia la moneda digital, a pesar de los límites a las tenencias de los clientes y de que no pague intereses.
Lagarde dijo que es “prematuro” en este momento hablar de dónde pueden acabar los umbrales de tenencia.
El BCE también ha tratado de abordar las preocupaciones sobre la privacidad, incluso mediante el desarrollo de transacciones fuera de línea que no serían rastreables y podrían proporcionar un nivel de anonimato muy cercano al efectivo.
Antes de que el Eurogrupo se reuniera en la capital danesa, los funcionarios europeos pidieron que se dieran pasos más rápidos hacia una moneda digital.
Europa “cada vez tiene más confianza en sí misma” y debe “avanzar hacia el euro digital”, declaró el ministro alemán de Finanzas, Lars Klingbeil.
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El comisario europeo Valdis Dombrovskis también instó a acelerar el proceso, afirmando que el continente tiene que ser más independiente de los sistemas de pago extranjeros.
El ministro belga de Finanzas, Vincent Van Peteghem, se mostró convencido de que el proyecto será un activo valioso para la región.
“Es necesario que el euro digital desempeñe un papel importante en el mundo”, afirmó.
Con la colaboración de Sotiris Nikas, Kirsi Heikel, Laura Noonan, Oliver Crook, Max Ramsay, Sara Sjolin y Alessandra Migliaccio.
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