Latam pone los minerales para energías limpias, pero países ricos son los que ganan: Oxfam

América Latina posee casi la mitad del litio del mundo, pero solo obtiene alrededor del 10% del valor. Oxfam se refiere al “saqueo” de minerales como el litio, el cobalto, el níquel y las tierras raras.

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24 de septiembre, 2025 | 12:43 PM

Bloomberg Línea — Aunque Latinoamérica y otras regiones emergentes del denominado Sur Global poseen el 70% de los minerales clave para la puesta en marcha de energías renovables, los países ricos son los que más están ganando de su explotación y de las inversiones derivadas de estos proyectos, alertó la ONG Oxfam.

En la actualidad, la mayoría de las inversiones en energías renovables se concentran en el Norte Global (50%), que reúne a un grupo de países ricos e industrializados, y China (29%).

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Y los beneficios de la explotación de estos minerales críticos para la transición energética se retienen en gran medida en manos del 1 % más rico.

“Las comunidades del Sur Global están viendo cómo se les confiscan sus tierras, se agota el agua y se pisotean sus derechos en nombre de la transición ecológica”, dice Oxfam.

Por ejemplo, Oxfam detalla que si bien América Latina posee casi la mitad del litio del mundo, solo obtiene alrededor del 1% del valor.

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Además, en 2024 América Latina solo recibió el 3% de la inversión mundial en energía limpia.

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Entre tanto, el sudeste asiático, Medio Oriente y África recibieron el 2% cada uno.

Esto a pesar de que, según Oxfam, el África subsahariana alberga al 85% de la población mundial sin acceso a la electricidad.

“La transición vital de los combustibles fósiles a las energías renovables está siendo acaparada por los contaminadores superricos —individuos, empresas y países— que reproducen patrones coloniales que afianzan las desigualdades y alimentan las violaciones de los derechos humanos“, alertó Oxfam en su informe.

Oxfam pone de ejemplo el caso de Tesla (TSLA), propiedad de Elon Musk, que ganó US$5.630 millones con la venta de vehículos eléctricos (VE) en 2024.

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Por cada VE, la empresa obtuvo unos beneficios de US$3.145, 321 veces más de lo que obtuvo toda la República Democrática del Congo (RDC) por suministrar los 3 kg de cobalto que contiene cada coche.

Según Oxfam, la RDC solo captura el 14% de la cadena de valor del cobalto, pero si conservara todo el valor podría generar más de US$4.000 millones, suficientes para proporcionar energía limpia a la mitad de sus casi 110 millones de habitantes.

El documento, titulado Transición injusta: recuperar el futuro energético del colonialismo climático, se refiere al “saqueo” de minerales como el litio, el cobalto, el níquel y las tierras raras.

También expone el acaparamiento de tierras para la bioenergía, los proyectos de eliminación de carbono y la apropiación de recursos a gran escala para la energía hidroeléctrica, eólica y solar.

De acuerdo a la ONG, estos proyectos suelen implicar violencia, trabajo forzoso y daño medioambiental, con escaso consentimiento de la población local que vive en estas nuevas “zonas de sacrificio”.

Disparidades en el acceso a la energía

Piloto de hidrógeno verde

Para Oxfam, garantizar una transición justa requiere abordar la desigualdad actual en el acceso a la energía.

Calcula que el 10% más rico de los ciudadanos consume la mitad de toda la energía mundial, mientras que la mitad más pobre de la humanidad consume solo el 8%.

“Si se redistribuyera, la energía consumida solo por el 1% más rico sería suficiente para satisfacer siete veces las necesidades energéticas básicas de las personas sin acceso a la electricidad”, indica.

Amitabh Behar, director ejecutivo de Oxfam, consideró que “abordar la desigualdad y el colonialismo en la transición ofrece una oportunidad para remodelar radicalmente el panorama energético”.

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La minería, energías renovables e industria vinculadas a la transición energética amenazan derechos indígenas en 60 % de sus tierras, unos 22,7 millones de km2, de acuerdo a la ONG. “Esto equivale aproximadamente al tamaño de Brasil, Estados Unidos y la India juntos”.

Una de las mayores paradojas expuestas es que mientras los países ricos y las élites financian sus transiciones energéticas, el Sur Global enfrenta una deuda de US$11,7 billones, más de 30 veces el coste estimado de proporcionar energía limpia universal para 2030.

“Muchos países del Sur se están quedando fuera de la transición por completo a pesar de tener un potencial significativo: el 70% del potencial eólico y solar del mundo se encuentra en el Sur Global”, dijo Behar. “Sus gobiernos no pueden aprovechar la caída del costo de las energías renovables debido a la elevada deuda y a las condiciones de préstamo injustas”.

Las medidas que sugiere Oxfam

Parque Solar Girasol de EGE Haina, ubicado en San Cristóbal, República Dominicana.

Oxfam pide un sistema energético descolonizado que priorice financiamiento público, responsabilice a contaminadores ricos, reforme fiscalidad y comercio internacionales, y respete derechos laborales, humanos e indígenas.

  • Priorizar la financiación pública para objetivos climáticos y de desarrollo, rechazando el modelo que usa dinero público para beneficios privados, según Oxfam.
  • Hacer que individuos, empresas y países ricos responsables de la contaminación paguen por los daños causados.
  • Reformar fiscalidad, comercio y financiación internacionales para permitir una transición energética justa en el Sur Global, incluyendo valor añadido nacional, transferencia de tecnología y soberanía industrial.
  • Poner fin a lo que Oxfam califica como “prácticas explotadoras” y proteger derechos laborales, humanos e indígenas, incluyendo la tierra y soberanía de los pueblos indígenas.

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