Bloomberg Línea — La OCDE recortó su previsión de crecimiento para Argentina y mejoró la de Brasil para este 2025, mientras que México tendrá una expansión mínima del PIB este año, según su último informe económico.
Las mayores economías de Latinoamérica crecerían este año por encima del promedio de los países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), con excepción de México.
El crecimiento proyectado para los países de la OCDE tanto en 2025 como en 2026 es del 1,7%, en tanto que para 2027 se ubicaría en el 1,8%.
Las perspectivas apuntan a que el crecimiento mundial se desacelerará del 3,2% en 2025 al 2,9% en 2026, antes de repuntar al 3,1% en 2027.
Entre las mayores economías de Latinoamérica analizadas por la OCDE, las de mejor desempeño este año serían Costa Rica y Argentina. No obstante, la OCDE ahora es más negativa sobre la economía argentina.
Explica que si bien la inflación y los déficits fiscales han disminuido, el crecimiento se ha debilitado y continúan las vulnerabilidades macroeconómicas y la incertidumbre política. “Serán necesarias nuevas reformas para mantener la prudencia fiscal y, al mismo tiempo, impulsar el crecimiento potencial”.
La previsión para Argentina es que su economía crezca un 4,2% en 2025 (en septiembre la OCDE preveía que crecería un 4,5%) desde una caída del 1,9% en 2024.
La OCDE también rebajó su proyección de crecimiento para Argentina del próximo año del 4,3% al 3%, antes de repuntar de nuevo hasta el 3,9% en 2027.
“El crecimiento estará impulsado por la inversión y las exportaciones, gracias a un entorno cada vez más favorable para las empresas, una normativa menos onerosa y un sector energético y minero boyante”, dicen las Perspectivas mundiales de OCDE.
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Para Costa Rica se espera que el crecimiento se mantenga estable en términos generales y que este año el PIB se expanda un 4,2%.
En su más reciente informe, la OCDE señaló que el PIB costarricense crecerá al 3,5% en 2026 y para 2027 espera que la economía avance un 3,4%.
La demanda externa perderá fuerza por mayores aranceles de EE.UU., mientras que el consumo privado seguirá firme gracias a un leve aumento de la renta disponible.
Tras valores negativos en 2025, la inflación subiría lentamente hacia la meta del 3 %, llegando a 0,8% en 2026 y 2,1% en 2027.
Aunque la situación ha mejorado, la sostenibilidad requiere cumplir estrictamente la regla fiscal, revisar el gasto para ganar eficiencia y ampliar las bases impositivas, según OCDE. Además, abrir nuevos mercados mediante acuerdos comerciales ayudaría a diversificar las exportaciones del país.
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Entre tanto, la previsión es que la economía colombiana crezca un 2,8% en 2025 y 2026, mientras que para el 2027 el PIB se expanda un 2,9%.
En el informe pasado, esperaba que la economía de Colombia crecería un 2,5% este año y 2,6% el próximo.
La expectativa es que la inflación seguirá bajando, pero se mantendrá por encima del 3% hasta 2027, lo que mantendrá una política monetaria restrictiva.
“Para estabilizar la deuda y restablecer la confianza de los inversionistas, se necesita una estrategia de consolidación más ambiciosa, que incluya una reforma fiscal integral y la reducción de las rigideces presupuestarias”, dice el reporte. “El retorno a la regla fiscal y el restablecimiento de un ancla de deuda creíble a medio plazo también serán fundamentales”.
Para Brasil, la mayor economía de América Latina, la previsión pasó del 2,3% estimado en septiembre al 2,4% para el 2025, con la demanda interna como motor principal.
En 2026, espera que la economía de Brasil crezca un 1,7% (la mantuvo sin cambios) y en 2027 estima una expansión del PIB del 2,2%.
De acuerdo a OCDE, el consumo seguirá firme por empleo y salarios, pero las altas tasas y la incertidumbre global frenarán la inversión, y los mayores aranceles de EE.UU. podrían afectar las exportaciones.
La inflación bajará gradualmente y estará dentro del rango de tolerancia desde mediados de 2026.
El organismo indica que cumplir las metas fiscales será clave para la sostenibilidad de la deuda y la confianza, lo que exige medidas de ajuste duraderas y reformas que reduzcan rigideces presupuestarias en Brasil.
La política monetaria seguirá restrictiva, con una relajación gradual desde 2026.
Eliminar trabas regulatorias en servicios profesionales, industrias de red y mercados digitales será fundamental para elevar la productividad y el crecimiento a largo plazo, de acuerdo a la OCDE.
De otra parte, la previsión es que Chile crezca un 2,4% este año y un 2,2% tanto en 2026 como en 2027, mientras que la inflación seguirá bajando y se acercará al 3% a finales de 2026.
Sobre la economía chilena, explica que el consumo se moderará, pero seguirá apoyado por mayores ingresos reales y empleo.
Entre tanto, la inversión se suavizará, aunque seguirá sólida, y las exportaciones netas aportarán al crecimiento en 2026-2027.
De acuerdo a la OCDE, para Chile es esencial mantener la consolidación fiscal para direccionar la deuda pública por debajo del techo de endeudamiento.
Para ello, considera que Chile necesita fortalecer ingresos y mejorar la eficiencia del gasto.
México, la segunda mayor economía de la región, se mantendría rezagado con un crecimiento de apenas el 0,7% en el 2025, levemente inferior frente al 0,8% esperado en el reporte pasado.
La economía mexicana repuntaría en 2026 con una expansión del PIB del 1,2% (antes esperaba un 1,3%) y en el 2027 del 1,7%.
El consumo público y la inversión seguirán contenidos por la consolidación fiscal, mientras que las exportaciones se verán afectadas por mayores aranceles y la incertidumbre.
La baja de tasas dará algo de impulso a la inversión, pero su recuperación será lenta debido a la persistente incertidumbre interna y externa.
La OCDE considera que un marco fiscal de mediano plazo ayudaría a reducir el déficit y abrir espacio para inversiones productivas, especialmente en educación.
“Para garantizar que la inflación disminuya hacia el objetivo del 3 %, el banco central debería mantener un ciclo de flexibilización prudente y basado en los datos”, indicó el organismo.
Además, simplificar y digitalizar la regulación empresarial facilitaría la creación y expansión de empresas, fortalecería la competencia y apoyaría el empleo.
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