Pérdidas por catástrofes naturales se disparan en Latinoamérica con impulso de tres países

Para reducir el impacto, se considera clave aumentar la inversión en infraestructura adaptativa, reforzar los sistemas de alerta temprana y fomentar el acceso a seguros.

Pérdidas globales por catástrofes naturales.
30 de julio, 2025 | 05:00 AM

Bloomberg Línea — América Latina registró pérdidas económicas asociadas a catástrofes naturales superiores a los US$6.670 millones durante el primer semestre de 2025, un incremento de aproximadamente US$1.485 millones frente al mismo período de 2024, de acuerdo a cifras de la firma de servicios profesionales AON.

Este balance confirma una tendencia al alza en los costos asociados a fenómenos climáticos, impulsada por la creciente frecuencia e intensidad de eventos como sequías, inundaciones y tormentas convectivas (de alta intensidad), según el reporte Global Catastrophe Recap H1 2025.

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“Los impactos en Latinoamérica se han visto agravados por los efectos del cambio climático y por las limitaciones en infraestructura, planificación y capacidad de respuesta en muchos territorios de la región", dijo a Bloomberg Línea Lina Toro, CEO de Reaseguros para Colombia, Ecuador y Perú en AON.

Durante el primer semestre de 2025, el país más afectado en la región ha sido Brasil, con cuatro eventos principales (dos tormentas eléctricas severas, una sequía y una inundación), que en conjunto representan pérdidas estimadas en US$5.355 millones.

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A este le siguió Paraguay, cuyas sequías generaron daños por alrededor de US$690 millones; y Argentina, que registró inundaciones con un impacto económico de aproximadamente US$375 millones.

Entre tanto, Colombia, que, aunque no cuenta con una cifra oficial estimada, ha enfrentado deslizamientos de tierra de alto impacto, según AON.

El informe de AON destaca el deslizamiento en Bello (Antioquia), que dejó más de 20 muertes y daños materiales significativos.

De acuerdo a esa fuente, las pérdidas por catástrofes naturales evidencian la necesidad urgente de fortalecer las estrategias de resiliencia climática en la región.

Para reducir el impacto creciente de estos desastres, AON considera clave aumentar la inversión en infraestructura adaptativa, reforzar los sistemas de alerta temprana y fomentar el acceso a seguros como herramienta de transferencia del riesgo.

“Solo mediante una colaboración articulada entre gobiernos, sector privado y comunidades —apoyada en datos y modelos predictivos— será posible anticipar y gestionar de forma más eficaz los retos de un entorno climático cada vez más impredecible“, apuntó Lina Toro.

Pérdidas globales por catástrofes naturales

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Según AON, las pérdidas globales por catástrofes naturales alcanzaron los US$162.000 millones en el primer semestre de 2025. “El monto supera ampliamente tanto el promedio histórico del primer semestre en este siglo (US$141.000 millones) como los US$156.000 millones registrados en el mismo periodo de 2024″.

Globalmente, los costos fueron impulsados principalmente por los incendios forestales de Palisades y Eaton, en California (EE.UU.); el terremoto de Birmania y múltiples brotes de tormentas convectivas severas (SCS) en diversas zonas de Estados Unidos.

El Global Catastrophe Recap H1 2025 da cuenta de que las pérdidas aseguradas totalizaron unos US$100.000 millones, encima de los US$71.000 millones reportados en 2024.

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El monto asegurado también superó considerablemente el promedio del primer semestre en el siglo XXI (US$41.000 millones).

De hecho, AON explicó que este resultado fue la segunda cifra más alta desde que se tienen registros, solo superada por los US$$140.000 millones de 2011.

Más del 90% de las pérdidas aseguradas ocurrieron en Estados Unidos, motivadas principalmente por incendios forestales y tormentas convectivas severas.

Fenómenos extremos castigan a Latinoamérica

Incendios forestales en Perú en septiembre de 2024.

Un reciente informe de la Organización Meteorológica Mundial (OMM) indica que en 2024 se batieron récords en cuanto a huracanes, crecidas, sequías e incendios forestales en Latinoamérica y el Caribe.

Estos factores ponen en evidencia que la agricultura y la seguridad alimentaria de la región están expuestas a riesgos cada vez mayores.

En el informe, la entidad advirtió que estos fenómenos “afectaron considerablemente a la disponibilidad de alimentos, los ingresos y la estabilidad de los medios de subsistencia rurales”.

La secretaria general de la OMM, Celeste Saulo, comentó que en 2024 los efectos de los fenómenos meteorológicos y climáticos “se extendieron en cadena desde los Andes hasta la Amazonía, y desde ciudades atestadas hasta comunidades costeras, causando importantes perturbaciones económicas y medioambientales”.

El año pasado, la temperatura media en América Latina y el Caribe estuvo 0,90°C por encima de la media del período 1991-2020.

En la región, preocupa particularmente el retroceso de los glaciares, lo que amenaza el abastecimiento de agua a largo plazo.

La OMM se refirió en el informe a la sequía generalizada en la Amazonía y el Pantanal brasileño, donde las precipitaciones fueron entre un 30% y un 40% inferiores a lo normal.

También en Brasil, en Rio Grande do Sul, las inundaciones provocadas por las fuertes lluvias “se convirtieron en el peor desastre de naturaleza climática del Brasil”.

Mientras tanto, en Chile los fuegos causaron más de 130 víctimas mortales, constituyéndose en el peor desastre sufrido por el país desde el terremoto de 2010.

La OMM contabilizó 151 fenómenos meteorológicos extremos “sin precedentes” globalmente en 2024, que fue el más cálido registrado.

El clima extremo del año pasado, provocó además el mayor desplazamiento de personas desde 2008.

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