¿Qué cambia y quiénes ganan con el acuerdo del Mercosur con la Unión Europea?

El acuerdo deberá contar con el aval del Consejo de la Unión Europea y ser ratificado antes de entrar en vigor. Con el tratado, se crearía un mercado integrado de 780 millones de consumidores.

¿Qué cambia y a quiénes beneficia el acuerdo del Mercosur con la UE?
06 de diciembre, 2024 | 02:45 PM

Bloomberg Línea — El sector manufacturero de la Unión Europea y la industria agrícola del Mercosur, integrada por Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay, podrían ser los principales beneficiarios del histórico acuerdo que acaban de cerrar en Montevideo ambos bloques luego de 25 años de negociaciones.

“Estamos fortaleciendo esta alianza única como nunca antes y al hacerlo estamos enviando un mensaje claro y poderoso al mundo”, manifestó en una conferencia la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen.

Mientras Alemania y España son firmes defensores del acuerdo del Mercosur con la UE, este enfrenta la férrea resistencia de Francia, que posiblemente buscará obstruir su ratificación ante las presiones ejercidas por los agricultores.

PUBLICIDAD

En Francia ven una amenaza en los productos procedentes agrícolas de América Latina, al considerar que estos están producidos con normas menos estrictas y les pueden colocar en una situación de desventaja.

Eventualmente, “puedo decirte que los que se beneficiarían en general son los productores de commodities agrícolas”, dijo a este medio Francisco Schumacher, director de LatAm Corporate Credit Research en el banco de inversión global BancTrust & Co.

Desde su cobertura, se refirió a posibles beneficiarias como Frigorífico Concepción (FRICON) y en menor grado Camposol (CSOLNO), “ya que su producción de Uruguay es una parte mucho menor del total. Una que no cubrimos, pero podría beneficiarse es AdecoAgro (AGRO), y después están las productoras de proteínas y las agrícolas de Brasil”.

PUBLICIDAD

Desde Brasil, Leonardo Trevisan, profesor de Relaciones Internacionales y Geopolítica en la ESPM y PUC-SP, explica que aunque Brasil será el principal beneficiado y tendrá mayores ventajas, dada su tamaño económico dentro del bloque, otros países del Mercosur también experimentarán ventajas significativas.

Por ejemplo, “la poderosa agroindustria argentina se dio cuenta de las enormes ventajas de este acuerdo y fue la impulsora de que la posición política de Javier Milei no entorpeciera las negociaciones económica”, opinó.

Se refiere específicamente a las mayores oportunidades para la exportación de minerales y productos específicos al mercado europeo.

Cree que estos países también se verán favorecidos por una actualización tecnológica y una mayor integración en las cadenas productivas europeas, fortaleciendo sectores industriales clave.

El proceso de reindustrialización brasileña, por ejemplo, se verá impulsado gracias a la inversión y la cooperación con la industria europea. En áreas como la farmacéutica, se contará con medidas de protección específicas para mantener la competitividad local frente a empresas extranjeras.

Desde el lado europeo, se proyecta un impacto económico positivo casi que inmediato, con un aumento del PIB de 15.800 millones de euros en el próximo año, según la UE. Este acuerdo llevará a nuevos procesos de inversión para las industrias europeas, “lo que es interesante incluso para el agronegocio europeo, no específicamente el francés, sino otros agronegocios, que tendrán ventajas y entrada en otros productos aquí en Brasil”, dijo Leonardo Trevisan.

En su opinión, el acuerdo refuerza el multilateralismo en un contexto global donde los acuerdos bilaterales han ganado protagonismo, lo que representa un logro estratégico tanto para la UE como para el Mercosur.

Un acuerdo en medio de los choques globales

El acuerdo se da en medio de las previstas turbulencias económicas globales ante la imposición de aranceles por parte de la Administración de Donald Trump contra los productos de China, a medida que la influencia del gigante asiático en la región aumenta.

PUBLICIDAD

Por ejemplo, China es el principal socio comercial de Brasil, abarcando cerca del ~32% de las exportaciones.

“Es una muy buena oportunidad para los productos agrícolas de Mercosur. En términos generales, sería importante fortalecer relaciones comerciales entre el bloque y Europa, en especial a la luz del inicio de un nuevo periodo presidencial de Donald Trump”, dice a Bloomberg Línea el analista económico Gregorio Gandini.

El acuerdo le permitiría a ambos bloques aislarse parcialmente de los posibles efectos de las medidas arancelarias del nuevo presidente estadounidense.

Alinear al Mercosur con los principios del acuerdo

Ricardo Carciofi, economista, investigador y miembro del Consejo Argentino para las Relaciones Internacionales, dijo a Bloomberg Línea que se trata principalmente de un pacto económico y comercial que también incluye capítulos de cooperación política, aunque estos últimos no fueron el foco principal de las negociaciones cerradas hasta ahora.

PUBLICIDAD

“El formato del acuerdo obliga a un mejor funcionamiento interno del Mercosur, más allá del convenio con la Unión Europea”, explica.

Asimismo, el acuerdo elimina trabas para productos agroindustriales y reduce progresivamente los aranceles, permitiendo una entrada más competitiva.

PUBLICIDAD

Y en tercera instancia está la posibilidad de atraer inversiones, ya que “tanto las empresas europeas como del Mercosur tienen la perspectiva de trabajar para un mercado ampliado”. De hecho, con el acuerdo, se crearía un mercado integrado de 780 millones de consumidores.

Según escribió en su cuenta de X, con el acuerdo “se abre un nuevo panorama comercial y de inversiones con relación a la UE”, pero “también es un llamado a replantear la agenda de trabajo dentro de Mercosur”. En conversación con Bloomberg Línea, expresó que “esto no significa una suerte de solución mágica de la noche a la mañana, hay que trabajar y mucho”.

“Para la entrada en vigor hay que ir trabajando con una serie de adecuaciones de normativas y demás en preparación al funcionamiento de acuerdo. Entonces hay que trabajar en función de eso y desde el punto de vista de las industrias que se tienen que reacomodar porque van a sentir la presión de la reducción de aranceles. Por ejemplo, nuestra industria automotriz entra al mercado brasileño con ventajas y el acuerdo, obviamente, erosiona esas ventajas”, apuntó.

PUBLICIDAD

Con el acuerdo, del lado de la UE, por ejemplo, los exportadores de carros de la UE se beneficiarán de la supresión gradual de los actuales aranceles del 35%.

Esto significa que, con el tiempo, los vehículos europeos podrán competir en igualdad de condiciones con los productos que tradicionalmente se beneficiaban de las preferencias dentro del Mercosur.

En consecuencia, tanto Argentina como Brasil experimentarán ajustes: las exportaciones argentinas al mercado brasileño enfrentarán más competencia de vehículos europeos, y viceversa, dijo.

Sin embargo, Carciofi señala que esta erosión ya ocurría debido a la competencia de China. “Esto es equilibrar y matizar no solo los flujos de comercio, sino también un poco en el balance geopolítico”, dijo.

El riesgo de ir a velocidades distintas en la implementación

En una investigación del Centro de Implementación de Políticas Públicas para la Equidad y el Crecimiento (CIPPEC), elaborado por Carciofi, Rosario Campos y Romina Gayá, se explica que el acuerdo brinda no solo un mayor acceso de mercado, sino también ofrece incentivos para ampliar y diversificar la canasta de bienes y servicios ofrecidos.

Asimismo, se refieren a una mayor incorporación de tecnología, “no solo por la radicación de inversiones, sino por los estándares necesarios para entrar en un mercado más exigente”.

Sin embargo, “el acuerdo es esencialmente un ‘trabajo en progreso’: exige adecuar la agenda doméstica de política tomando nota de este nuevo marco. Además, exige una profundización del Mercosur: es necesario un esfuerzo denodado de coordinación interno para aprovechar mejor las posibles ventajas. Sin ello, la dinámica de aplicación podría devenir en una dinámica bilateral de la UE con cada uno de los países del bloque del sur”, dice el documento.

Uno de los riesgos, según indican, es que la aplicación del acuerdo se dé con velocidades diferentes. “Posibles retrasos respecto de los demás socios podrían traer aparejadas desventajas muy difíciles de descontar en el futuro”.

A propósito de este punto, Ricardo Carciofi expresó que el Mercosur “tiene que trabajar de alguna manera al unísono. Si te quedas atrás, pierdes, sería un problema, hay que acelerar los tiempos”.

“No hay obstáculos para comenzar a trabajar en aspectos técnicos desde mañana mismo, o sea, esto cambia de alguna manera la agenda de trabajo del Mercosur (...) lo que le conviene a los países miembros es mantener al Mercosur unido de manera tal que visto desde afuera no haya ningún tipo de incentivo para trabajar solo con el mercado más grande que Brasil”, apuntó.

Posiciones divididas por el acuerdo entre Mercosur y UE

Francisco Schumacher, de BancTrust & Co., expuso a Bloomberg Línea que “hay que tener en cuenta que todavía faltan muchas aprobaciones y probablemente muchas demoras” para que el acuerdo sea una realidad.

El acuerdo deberá contar con el aval del Consejo de la Unión Europea y ser ratificado antes de entrar en vigor.

Von der Leyen señaló en la conferencia que unas 60.000 empresas de la UE están exportando al Mercosur y que el acuerdo le ayudará a ahorrar US$4.000 millones a estas compañías.

Asimismo, se prevé que exista un beneficio para la UE en sectores como el de piezas de automóviles, maquinaria, productos químicos, prendas de vestir y textiles.

El presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, calificó como histórico el acuerdo con el Mercosur y expresó en su cuenta de la red social X que con este se tenderá “un puente económico sin precedentes entre Europa y América Latina”.

“España trabajará para que este acuerdo sea aprobado por mayoría en el Consejo. Porque la apertura comercial con nuestros países hermanos latinoamericanos nos hará -a todos- más prósperos y más fuertes”, dijo.

El jueves, el Gobierno de Francia señaló en un comunicado que “el proyecto de acuerdo entre la UE y Mercosur es inaceptable en el estado actual. El presidente (Emmanuel Macron) se lo ha vuelto a decir a la presidenta de la Comisión Europea”.

“Seguiremos defendiendo sin descanso nuestra soberanía agrícola”, dijo el Gobierno francés tras la conversación entre el presidente de ese país, Emmanuel Macron, y Ursula von der Leyen.

Frente a los reclamos de Francia en relación con el acuerdo, Ricardo Carciofi, del Consejo Argentino para las Relaciones Internacionales, dice que “hay una delgada línea entre medidas de protección ambiental y proteccionismo llano”.

Explica que los estándares medioambientales exigidos en el marco del acuerdo, como la reducción de emisiones de carbono, el manejo sostenible de cultivos y el control de la deforestación, ya estaban en la agenda internacional y que los países del Mercosur habrían tenido que enfrentarlos con o sin el pacto.

“Francia, que tiene una postura de protección agrícola muy cerrada, va a tener que moderar sus ambiciones al contexto europeo, ahí hay un balance”, opinó.

El acuerdo no resuelve todos los desafíos, pero ofrece un marco más claro para enfrentarlos, remató.

El comercio entre la Unión Europea y el Mercosur alcanzó los US$110.000 millones el año pasado. En la actualidad, se considera a la UE como el segundo socio comercial del Mercosur.

La UE es el destino del 14% de las exportaciones del Mercosur. Entre tanto, el 20% de las importaciones del Mercosur provienen de la UE.

Desde estos países de Sudamérica se exporta ganado y piensos, productos petrolíferos y minerales, entre otros.