Bloomberg Línea — La película “Demon Slayer: Kimetsu no Yaiba Castillo Infinito” ha impuesto una marca histórica como la cinta de anime más vista de la historia en Latinoamérica. El filme lideró la taquilla de 11 países de la región durante su primer fin de semana de estreno, anunció la plataforma de streaming y distribuidora Crunchyroll.
Solo entre México y Brasil, la cinta ha recaudado US$24,7 millones, de acuerdo con cifras de la compañía propiedad de Sony Pictures Entertainment. “El total acumulado hasta la fecha ya supera la taquilla total de cualquier película de anime estrenada anteriormente en Argentina, Bolivia, Chile, Centroamérica, Colombia, República Dominicana, Perú, Uruguay y Venezuela”, precisó un comunicado.
La cinta del universo de la serie de animación japonesa “Demon Slayer” se estrenó el 11 de septiembre. En México hubo incluso una alfombra roja que reunió al talento original del doblaje en japonés, algo poco usual para una cinta de anime. Meses antes, la San Diego Comic Con abrió su famoso Hall H, el inmenso salón reservado a los estrenos y estrellas más esperadas, para un panel que reunió al director Haruo Sotozaki, el director de fotografía Yuichi Terao y algunos artistas de doblaje.

“Demon Slayer: Kimetsu no Yaiba Castillo Infinito” forma parte de una trilogía que expande la serie basada en el manga homónimo que ha vendido más de 220 millones de ejemplares.
El éxito global coincide con el ascenso del anime, cuyo mercado global alcanzó un valor de US$25.000 millones en 2023 y que podría superar los US$43.000 millones para 2027, de acuerdo con proyecciones de Statista.

En Latinoamérica, el anime tiene una gran tradición desde 1970, cuando varias televisoras transmitieron clásicos como “Candy Candy”. Para 1980, este tipo de emisiones ya formaban parte de la programación habitual con títulos como “Mazinger Z” o “Heidi”.
En la década de 1990, la industria se consolidó con la llegada de hitos mundiales como “Los Caballeros del Zodiaco” y “Dragon Ball”, que hoy en día siguen vigentes en sus formatos tradicionales y en otros conceptos como conciertos sinfónicos oficiales.
“Demon Slayer: Kimetsu no Yaiba” se ha convertido en uno de los fenómenos globales más recientes de la cultura otaku y ha generado videojuegos, juguetes y hasta ediciones especiales de Crocs.