Apenas la frase ‘Habemus papam’ resonó en el Vaticano, el nuevo papa León XIV salió al balcón de la Basílica de San Pedro para hacer historia por partida doble. El antiguo cardenal, de 69 años, se convirtió en el primer papa estadounidense de la historia y también el primer agustino en ocupar la máxima jerarquía de la Iglesia católica.
Robert Prevost demostró también que su perfil escapa un poco a la norma y casi al final de su discurso se dirigió en un fluido español a la comunidad peruana de Chiclayo, donde pasó casi dos décadas como misionero. Su conexión con ese país es tal que en 2015 adquirió la nacionalidad de Perú.
Con una convicción similar, Prevost, nacido en Chicago en 1955, siempre tuvo claro que se orientaría por el sacerdocio.

Su casa solía ser frecuentada por la comunidad eclesiástica atraída por las habilidades culinarias de su madre, Mildred Martinez Prevost, quien tenía ascendencia española.
“Los sacerdotes con los que trataban ella y su marido Louis buscaban cualquier excusa para comer en el hogar del joven Prevost”, señaló la edición española de Vanity Fair.
En plena adolescencia, Prevost descartó acudir a la escuela donde trabajaba su madre y estudiaban sus hermanos. En su lugar, se matriculó en el seminario.
Aquella elección sería la primera de su nutrida hoja de vida académica en la que figura una licenciatura en Ciencias Matemáticas, con especialización en Filosofía, en la Universidad de Villanova y una maestría en Divinidad con énfasis en Misión Intercultural en la Catholic Theological Union de su natal Chicago.
Prevost también obtuvo una licenciatura y un doctorado en Derecho Canónico en Roma, por parte de la Pontificia Universidad de Santo Tomás de Aquino.

Vínculos con Perú y la pasión por el tenis
En 1982, se ordenó como sacerdote y unos años después realizó sus primeras misiones en Chiclayo, Perú, una comunidad con la que siempre ha tenido un profundo vínculo. Su labor misionera fue laureada incluso por el papa Francisco.
“Un saludo a todos aquellos y de forma particular a mi querida Diócesis de Chiclayo del Perú, donde un pueblo fiel ha acompañado a su obispo, ha compartido su fe y ha dado tanto para seguir siendo Iglesia fiel de Jesucristo”, dijo el nuevo papa durante su discurso durante el cual demostró que domina el italiano.
En 2015 coronó su relación con aquella nación al obtener la nacionalidad peruana, luego de pasar ahí más de 20 años en periodos distintos.
Fue en ese país donde Prevost desarrolló también una singular pasión por el tenis, deporte que sigue y práctica.
“Soy un jugador muy novato”, dijo en una entrevista a augustinianorder.org que retomó BeInSports. “Desde que salí de Perú no he tenido muchas oportunidades de jugar así que tengo muchas ganas de volver a la cancha”.

Las controversias
Prevost, que no destacaba como uno de los favoritos en el cónclave que culminó al segundo día de iniciado, también ha ocupado varios cargos importantes en el Vaticano, donde se le conoce como “el yanki latino’, de acuerdo con El País, por haber nacido en EE.UU. y haber vivido en Perú.
Pese a contar con la aprobación de su predecesor, el papa León XIV no esquivó las controversias. The New York Times reportó que, en 2012, Prevost lamentó que los medios fomentaran “el estilo de vida homosexual” y las familias del mismo sexo con hijos adoptivos.