Mónaco es el segundo país más pequeño del mundo, pero su diminuto tamaño de apenas dos kilómetros cuadrados alberga la mayor concentración de millonarios del planeta por kilómetro cuadrado. Enclavado en la Riviera Francesa, este país destaca por ser un paraíso fiscal y ofrecer un exclusivo estilo de vida para sus habitantes. Sin embargo, enfrenta un gran reto: ya no hay espacio para más ricos.
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“La demanda se ha disparado, pero el número de propiedades disponibles sigue siendo extremadamente limitado”, explicó la agente inmobiliaria Eugenia Petrini a L’Observateur de Monaco. Ante el panorama, quienes ya tienen un lugar se niegan a salir, mientras que los nuevos prospectos tienen que esperar más tiempo, reportó el medio francés.

La situación es común en un país donde 40% de sus residentes son millonarios, con una riqueza promedio que supera los US$20 millones, de acuerdo con el más reciente reporte de “Las ciudades más ricas del mundo 2025”, publicado por Henley & Partners.
Pero formar parte de ese exclusivo grupo ya no es una garantía para encontrar una vivienda en el principado, donde los precios de departamentos de lujo de entre 100 y 200 metros cuadrados superan costos de US$38.800 por metro cuadrado, según el estudio. “Independientemente del tipo de espacio, los apartamentos disponibles son escasos y, cuando aparecen, se agotan rápidamente. Los clientes tienen que buscar durante meses”, señaló Jean-Yves Le Graverend, director de la agencia inmobiliaria de lujo John Taylor Monaco, en declaraciones reproducidas por L’ Observateur de Monaco.

Incluso para acceder a propiedades de lujo, los millonarios se enfrentan a largas filas de espera. Agentes inmobiliarios coinciden en que el despunte en la demanda habitacional también se debe a que algunos complejos residenciales están en medio de renovaciones, lo que ha obligado a la élite que los habita a encontrar estancias temporales.
Uno de esos edificios es el Le Schuylkill, el primer rascacielos del principado desarrollado a fines de la década de 1960 por el legendario despacho de Zaha Hadid. Otros edificios en el Boulevard des Moulins, una de las principales avenidas que concentra tiendas de lujo, galerías de arte y restaurantes también atraviesan por remodelaciones.
Mónaco, un paraíso fiscal
Más allá del lujo de sus tiendas, su vínculo con el deporte motor y hasta el glamour de la realeza, Mónaco ha sido por excelencia el refugio de millonarios gracias a sus sistema fiscal, que brinda muchas concesiones a los ricos. No hay impuestos directos, lo que lo convierte en una meca financiera desde hace casi dos siglos no cobra impuesto sobre la renta a personas físicas, según The Guardian.
Además de su modelo fiscal, la estabilidad económica convierte a este país en un imán para la élite empresarial, ya que mantiene una gran autonomía al no formar parte de la Unión Europea.