El yacimiento de ámbar más grande de Sudamérica está en Ecuador: un hallazgo que podría valer millones

El ámbar tiene más de 110 millones de años de antigüedad y el descubrimiento marca un hito para el país, de acuerdo con una reciente publicación científica.

Ámbar ecuador
Por Isaac Garrido
24 de septiembre, 2025 | 05:00 AM

Bloomberg Línea — Científicos descubrieron en la región amazónica de Ecuador el yacimiento de ámbar más grande del Mesozoico de toda Sudamérica, de acuerdo con un estudio publicado en la revista científica Communications Earth & Environment. El hallazgo, realizado en la zona de Napo, al este de los Andes ecuatorianos, es un hito para el país, pues se trata del depósito “más importante” de su tipo.

El yacimiento tiene más de 110 millones de años de antigüedad y fue localizado en la cantera Genoveva, donde investigadores identificaron ámbar con bioinclusiones, es decir, que contiene insectos atrapados en la resina y otro que se formó en las raíces de árboles resiníferos.

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“No se había reportado anteriormente ámbar del Mesozoico de Sudamérica que contuviera inclusiones de artrópodos terrestres”, precisa la publicación. El estudio destaca que, durante el periodo Cretácico, los depósitos de ámbar se concentraron principalmente en el hemisferio norte, lo que hace aún más especial este descubrimiento.

“La cantidad de ámbar que aparece en este yacimiento es muy superior a cualquiera del hemisferio norte de esa época”, explicó a Cadena SER el paleobiólogo Xavier Delclòs, uno de los autores del estudio.

Ámbar

Este yacimiento se originó durante lo que los científicos llaman el Intervalo Resinífero del Cretácico, un periodo de millones de años en el que abundaban los bosques de coníferas que producían grandes cantidades de resina, sustancia que con el paso del tiempo se transformó en ámbar.

“Es la primera vez que salen insectos y arañas de un depósito de ámbar del Mesozoico en toda Sudamérica. Y eso, encontrar un yacimiento con bioinclusiones, es lo extraordinario”, dijo Delclòs.

¿Cómo fue el descubrimiento?

El equipo de científicos tomó 60 muestras de ámbar de tres niveles de la cantera. Se sometieron a análisis en Europa, donde se encontraron 21 con bioinclusiones y fueron devueltas a Ecuador, indicó la Cadena SER. El reporte precisó que dichas piezas fueron preservadas en resina epóxica y se conservarán en el Laboratorio de Paleontología de la Escuela Politécnica Nacional, en Quito.

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El hallazgo también ha servido para reconstruir el antiguo ecosistema de la zona, identificándose un ambiente forestal húmedo, según la investigación.

“El ámbar de Genoveva representa el depósito de ámbar mesozoico más grande de Sudamérica y es uno de los pocos en el hemisferio sur con abundante ámbar durante el Intervalo Resinífero del Cretácico, lo que lo convierte en un recurso clave para los estudios globales de este fenómeno”, concluye el estudio.

Joyería de ámbar

El valor del ámbar en el mercado

El hallazgo no solo tiene un valor incalculable para la paleontología, también abre la discusión sobre el peso del ámbar en la economía y la joyería mundial.

Además de su valor científico, el ámbar es un material ampliamente utilizado en la joyería desde hace 10.000 años y “podría ser el primer material jamás utilizado para la ornamentación”, según la International Gem Society (IGS).

Actualmente se emplea en anillos, collares y pendientes, y se recomienda ensamblarlo de manera que se proteja, ya que el material es susceptible a rayaduras y daños. Su precio varía “desde US$20 hasta US$40.000 o más”, de acuerdo con la International Colored Gemstone Association (ICA).

A diferencia de otras gemas, cuyo peso se mide en quilates, el ámbar se vende por gramos. Sus precios dependen de factores como la transparencia, el tamaño y la presencia de insectos visibles, siendo los de colores claros y alta claridad los más cotizados.

“Desde el estreno de ‘Jurassic Park’, las piezas que contienen mosquitos atrapados en ámbar han ganado gran popularidad entre los coleccionistas”, señala la IGS. Aunque los restos vegetales tienen alto valor científico, en joyería “agregan un valor mínimo” ya que suelen ser demasiado pequeños para apreciarlos fácilmente.