No es convencional, pero en el Vaticano también hay moda. Y ni el papa Francisco escapaba a ella. Junto con otros jerarcas de la iglesia, el sumo pontífice solía usar atuendos litúrgicos creados en exclusiva por el diseñador Filippo Sorcinelli, un artista que ha mantenido viva la tradición de la indumentaria litúrgica entre las altas esferas de la iglesia católica.
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El italiano fundó en 2001 LAVS Atelier (Laboratorio Atelier Vesti Sacre), una marca especializada en ropa y accesorios litúrgicos por la que se han decantado los máximos líderes católicos. La firma fue la encargada de desarrollar unos 50 atuendos para el papa Benedicto XVI, incluyendo piezas como la mitra, el tocado con el que fue velado. También tuvo a su cargo la creación de unos 20 atuendos para el papa Francisco incluido aquel con el inició su pontificado en 2013.
“No es pues una tarea fácil crear una vestimenta litúrgica: requiere sensibilidad eclesial, conocimiento del desarrollo histórico de la vestimenta religiosa, comprensión de su valor revelador”, se lee en el sitio web de la firma cuyas prendas llegan a incluir elementos de oro.
La alta costura de la élite católica
Sorcinelli, también perfumista y músico, ha creado la alta costura de la élite del Vaticano. Cada túnica, estola o tocado de esta firma se elabora en los talleres que tienen en Sant’Angelo, Italia, donde solo trabajan con materiales como seda pura o lana. La decoración incluye pedrería o cristales y los bordados cargados de simbolismo llegan a tomar meses de trabajo debido a que todo se elabora de forma artesanal.
Los precios no son precisamente asequibles. En el sitio web, una estola de tono rojo que incluye “tejido damasco ligero, adornos y cruces realizados con pasamanería dorada, cristales, esferas y engastes a juego” se vende en €1.045, unos US$1.192. Un inglete, uno de los tocados más elaborados realizado “con tela de seda pura con hilo de oro”, se puede adquirir por US$2.890.
Ningún elemento es al azar. El creativo trabaja de la mano de la Oficina de las Celebraciones Litúrgicas del Sumo Pontífice, organismo de la Curia Romana, que supervisa las celebraciones litúrgicas que preside el papa.
Las prendas se crean con base en la ceremonia en que vayan a ser utilizadas y hasta el lugar donde se usan afecta el proceso creativo. Por ejemplo, un atuendo que Sorcinelli diseñó para una liturgia que el papa Francisco ofreció en un lugar abierto incluía una túnica abierta, mientras que para las de interior optó por diseños cerrados.
No es la primera vez que la élite de la iglesia católica se rodea del exclusivo mundo de la moda. El diseñador francés Jean-Charles de Castelbajac vistió a Juan Pablo II y a fines del 2024, durante la reapertura de Notre Dame, repitió la tarea para la indumentaria de parte del clero que participó en la misa que marcó una nueva era para la catedral. Los formalismos se rompieron y la que habría sido una túnica convencional se salpicó de un toque pop con acentos de amarillo, rojo, verde y azul.
El estilo de un papa
A diferencia de la moda convencional, las filas de esta singular firma poco se alteran por los cambios de temporada e imágenes de su boutique muestran que las prendas se definen por los colores que se usan regularmente en el calendario eclesiástico como morado, rojo, blanco o verde.
Pero pese al rigor, la personalidad de los papas sí ha dejado una huella en la moda eclesiástica. “El estilo del papa Benedicto XVI estaba basado en los orígenes de la iglesia”, explicó Sorcinelli a DW News. “El estilo del papa Francisco es muy distinto. Es más simple, más ligero y quizás menos atrevido”, agregó.
El diseñador y fundador de una casa de perfumes agregó una fragancia de incienso a las cajas donde entregaba las creaciones para Benedicto XVI “con el fin de enriquecer la experiencia sensorial de quien decidió despersonalizarse y vestirse de belleza y celebrar algo superior”, explicó en 2017 a Tone Glow.