Solo alguien como Diana Ross podía detener la MET Gala 2025. A sus 81 años, la cantante reapareció en el mayor evento de la moda y dio una cátedra de cómo apropiarse de los reflectores al llegar con un look blanco que incluyó una dramática capa de seis metros de largo que solo pudo ser desplegada con la ayuda de siete personas.
La inmensa capa, que formó parte de un atuendo diseñado por su hijo Evan Ross junto con el diseñador nigeriano Ugo Mozie, tenía algo más que la espectacularidad y brillos que parecían sacados de la música disco. Su diseño incluía un bordado con los nombres de sus cinco hijos y ocho nietos, de acuerdo con una entrevista concedida a Vogue.
Bajo la enorme prenda, la exvocalista de The Supremes, llevaba un resplandeciente vestido plateado y también un sombrero blanco lleno de plumas que trajo algo del glamour de la vieja era a la época actual.
Ross regresó a la velada luego de más de 20 años sin acudir. La última ocasión en la que asistió fue en 2003, cuando llegó acompañada del diseñador Tom Ford y enfundada en un vestido rojo de la firma. Sin embargo, la cantante es una de las figuras recurrentes de la gala a la que acudía mucho antes del gran estallido de popularidad del evento.
En su edición 2025, la MET Gala tuvo como temática ‘Superfino: el arte de la sastrería en el dandismo negro’, que indagaba en el impacto del dicho movimiento en el mundo de la moda. Las celebridades convocadas debían cumplir con el código de vestimenta ‘Hecho a la medida’.
Ross redefinió el concepto al hacer de su capa una versión fashionista y glamurosa de un árbol genealógico.