Bloomberg — El desfile primavera-verano 2026 confirmó que Jonathan Anderson es el diseñador fetiche de la escena actual. La primera fila reunió a una élite que incluyó a Rosalía; la primera dama de Francia, Brigitte Macron, y Johnny Depp. Y no es para menos: su primera colección femenina para la ‘maison’ francesa inaugura una nueva era para Dior.
La primera entrega de Anderson, responsable de haber elevado Loewe a nuevos niveles, dejó ver que el futuro de Dior se sustentará en gran medida en el respeto a su legado, pero con la dosis de actualidad que exige la moda. Lo hizo a través de la emblemática bar jacket, la chaqueta con la que Christian Dior definió la moda de posguerra, presentada ahora en siluetas más relajadas y con mayor volumen en la espalda.

“Diseñar para una ‘maison’ como Dior requiere empatizar con su historia y trazar su camino hacia el futuro”, señaló el creativo irlandés, el primero desde el propio Dior que crea tanto las colecciones masculinas como femeninas. Anderson pasó varios meses explorando los archivos de la casa, propiedad de LVMH.
Quizás por eso la colección incluye referencias a anteriores directores creativos: el minimalismo de Raf Simons, el sello urbano de Maria Grazia Chiuri reflejado en looks relajados con pantalones, camisetas y sombreros que lanzan un guiño a John Galliano. Junto con chaquetas sastre que convirtieron a las modelos en auténticas bucaneras fashionistas.

El encuentro de Anderson con el legado de la firma dio lugar a una colección diversa: conjuntos relajados, estampados florales, tonos sólidos y siluetas holgadas, incluso blusas de jean. “Entrar en la casa de Dior requiere empatía con su historia, disposición para descifrar su lenguaje —que forma parte del imaginario colectivo— y determinación para poner todo eso en una caja”, afirmó el diseñador.
El contenedor que imaginó Anderson incluyó varios vestidos de noche, cortos y largos, muchos confeccionados con drapeados y técnicas que reflejan la maestría que ha hecho de Dior un referente del diseño. Entre ellos, un vestido corto negro con tejido entrelazado en la parte baja, similar al que la actriz Anya Taylor-Joy lució en azul días antes en la alfombra roja.

“El lenguaje Dior es a la vez familiar y sorprendente. Es una invitación a soñar en grande: aceptar el teatro de la vida y disfrutar del poder de la moda para transformar lo cotidiano en un escenario fantástico, sin necesidad de descripciones”, señaló la ‘maison’ sobre el desfile.
Con esta primera colección, Anderson demuestra que la nueva era de Dior se define por una idea sencilla: con audacia, la tradición puede redefinir el futuro de la firma.