Pamela Anderson volvió a dejar claro que atrás han quedado los días frenéticos de la femme fatale que conquistó Hollywood. Su paso por la MET Gala 2025, al lado de su hijo Brandon Thomas Lee, fue una declaración de principios de que en la moda un look sin tanto artificio y reciclado puede ser mejor.
La actriz, que lució maquillaje casi al natural como lo hace desde hace años, llegó con un vestido lleno de pedrería creado por Tory Burch. Pero fueron sus joyas las que acapararon los reflectores: todas fueron adaptadas de su atuendo del año pasado. Por si fuera poco, los diamantes eran de laboratorio, creados en ambientes más controlados y que suponen un menor impacto ambiental, según defiende el ámbito joyero.
La popular firma Pandora, responsable de un frenesí por sus pulseras con dijes intercambiables, fue la artífice de la proeza que dio vida a un pendiente que envolvía una de sus orejas con motivos florales de poco más de 17 quilates, unos aretes y hasta el broche de solapa que llevaba su hijo. “Es una nueva historia contada con las mismas gemas”, dijo Anderson a InStyle.
Cada pieza fue creada a partir de la joyería que Anderson, embajadora de la firma, llevó en la MET Gala 2024 y que en la ocasión incluyó dos collares de diamantes y unos pendientes de menor tamaño.
Desde hace unos años, los diamantes de laboratorio han aumentado su popularidad y se han sumado a la tendencia del consumo consciente y sustentable. Proyecciones del Instituto de Gemología de EE.UU. señalan que para este año 20% de los diamantes en el mercado serán desarrollados en laboratorio.
La apuesta de la actriz de 57 años por el reciclaje de joyería se suma también una faceta en la que se ha alejado de artificios y que la ha convertido en un icono de la belleza atemporal, sin filtros y al natural.
