Buenos Aires — El secretario general de la Unión Obrera Metalúrgica (UOM), Abel Furlán, celebró la inversión de US$300 millones de Sidersa para construir la primera planta siderúrgica de la Argentina en cinco décadas, pero advirtió que llega en medio de un proceso de “desindustrialización” que está provocando el cierre masivo de pequeñas y medianas empresas por la apertura económica.
“Hacer una inversión de esta magnitud tiene un grado de audacia y de convicción que no es habitual”, declaró el sindicalista durante una entrevista con Bloomberg Línea tras la conferencia de prensa de Sidersa el jueves último. Furlán, diputado por el kichnerismo entre 2015 y 2019, calificó el proyecto como una apuesta “audaz” en un contexto donde las importaciones de metales chinos aumentaron 60% en el primer semestre, según datos del Indec.
“Nosotros, por ser el gremio industrial más importante de la Argentina, estamos sufriendo consecuencias: la caída de la actividad, cierre de pymes. Hoy es mucho más común ver a los empresarios pensando en convertirse en importadores que estar profundizando una inversión en su planta”, sostuvo.
Aunque el Índice de Produccion Industrial (IPI) manufacturero del Indec acumuló una recuperación del 6,6% interanual en los primeros cinco meses del 2025, la actividad de las fábricas continúa por debajo de los niveles previos registrados en 2022 y 2023.
El Índice de Producción Industrial (IPI) de la consultora econímica FIEL, en tanto, arroja una recuperación más tenue durante el primer semestre, del 3% interanual.

Furlán enfatizó que la decisión de invertir de Sidersa llega en un momento especialmente desafiante: “Se da en un proceso de apertura de la economía, donde hoy es casi normal que entren containers con productos terminados todos los días, y la consecuencia de eso es que cada vez empiecen a cerrar más pymes”, explicó el dirigente.
VER MÁS: En medio de la suba del dólar en Argentina, automotrices líderes suben los precios en agosto
Críticas al tipo de cambio y pedido de intervención
Respecto a posibilidad de que la suba del dólar oficial mayorista -cerró en ARS$1.375 el viernes- represente un alivio para el sector industrial argentino, Furlán respondió categóricamente: “Yo estoy en contra de las devaluaciones”. En su lugar, propone una corrección integral de precios relativos en la economía argentina.
“Hoy sale más barato comer en París que comer en la Argentina”, señaló. Esa distorsión de precios, en su análisis, impacta tanto en el poder adquisitivo de los salarios como en la competitividad de las pequeñas empresas.
“La solución para la Argentina es que sea competitiva a partir de que los precios relativos se acomoden”, sostuvo Furlán.
Al ser consultado sobre la posibilidad de que la reducción de la carga impositiva ayude a equilibrar las distorsiones actuales, el sindicalista conestó abogando por la intervención directa del Estado en la fijación de precios, especialmente en insumos industriales que tienen “un impacto fenomenal” en la cadena productiva.
VER MÁS: TotalEnergies anuncia nuevo CEO en Argentina y busca consolidarse como exportador de gas
El impacto de la inteligencia artificial en el empleo
Otra de las principales preocupaciones de Furlán se centra en la competencia global por el “trabajo calificado”, especialmente en el contexto de la disputa entre China y Estados Unidos. “Del 100% de los puestos de trabajo que está generando la inteligencia artificial, el 46% se lo está quedando China”, reveló el dirigente sindical.
Las cifras que maneja Furlán son contundentes: la Unión Europea captura el 13% de estos empleos, Estados Unidos el 11%, mientras que América Latina apenas retiene el 13%. De esta última porción, Brasil se lleva el 10%, dejando a Argentina con solo el 3% compartido con el resto de la región.
“La Argentina no tiene agenda para eso”, lamentó Furlán al referirse al debate sobre inteligencia artificial que considera ausente en el país.