Buenos Aires — La exclusión financiera cayó del 41% al 9% entre adolescentes de Argentina en apenas dos años. De la mano de un mayor acceso a billeteras digitales, el porcentaje de jóvenes del país que no cuentan con ningún instrumento de pago se derrumbó desde 41% en 2022 a 9% este año, según un estudio elaborado por la ONG Junior Achievement, el Centro de Evaluación de Políticas Basadas en la Evidencia (CEPE) de la Universidad Di Tella y el apoyo de BBVA. La contracara de esa mayor digitalización es la mayor propensión de los adolescentes a las apuestas online y a ser víctimas de estafas virtuales.
De acuerdo al informe, que se presentó el lunes en un auditorio de la torre BBVA en Buenos Aires y para que se entrevistó a 5.126 estudiantes de entre 14 y 19 años de todo el país, 9 de cada 10 adolescentes en Argentina cuentan con acceso a billeteras digitales. Su penetración pasó del 51% al 89% en solo dos años, e incluso se mantiene elevada en adolescentes de nivel socioeconómico bajo, donde llega al 80%.
También crecieron, aunque en mayor medida, la proporción de adolescentes con acceso a tarjetas de débito (de 22% a 33%), de crédito (de 17% a 19%) y con cuenta bancaria (de 17% a 29%).
Este mayor acceso generó también un cambio de paradigma en relación a las preferencias de pago y el uso de efectivo: el 50% de los encuestados elige medios digitales frente al 42% que sigue optando por efectivo, en claro contraste con los datos de 2022, cuando el efectivo predominaba con un 86%.
Pero según reveló el estudio, este mayor acceso a herramientas financieras no significa todavía mejores hábitos: aunque el 78% de los adolescentes expresa una disposición positiva hacia el ahorro, solo el 49% logra sostener el hábito, mientras que 29% reconoce gastar sus ahorros antes de lo planificado.
Tampoco es sinónimo aún de una mejor educación financiera. Es que otro de los datos relevantes que dejó el estudio es que 7 de cada 10 jóvenes quiere aprender a manejar mejor su dinero. Un 79% de los encuestados consideraron necesario fortalecer la educación financiera en la escuela secundaria. Esta necesidad, señaló el trabajo, cobra especial relevancia en un contexto en el que 1 de cada 4 jóvenes no conversa con nadie sobre sus planes financieros.
La principal fuente de consulta sobre temas financieros son los padres, mencionados por el 78% de los adolescentes. Internet y los docentes ocupan el segundo y tercer lugar, respectivamente, al igual que en la primera edición del informe.
En cuanto a la confianza en el manejo del dinero, la mayoría de los jóvenes (58%) considera que se maneja bien, pero podría mejorar, un patrón que se mantiene estable entre 2022 y 2024.
En esa línea, el estudio evidenció una limitada capacidad crítica para evaluar la legitimidad de las fuentes de información financiera. El 56% de los encuestados afirma que seguiría consejos de inversión vistos en redes sociales para destinar sus ahorros. “Si bien confían más en familiares o expertos, más de la mitad de los jóvenes está dispuesto a invertir basándose en recomendaciones de redes sociales, plataformas en las que la proliferación de promesas de retornos rápidos y extraordinarios de inversión son cada vez más frecuentes”, dice el estudio.
En ese contexto, el 28% de los jóvenes indicó haber experimentado un intento de estafa virtual y el 24% dijo no estar seguro. La reacción más común, expresaron los encuestados, es ignorarlo ya que solo el 21% reportó un intento de estafa a un adulto o a la empresa implicada.
Apuestas entre adolescentes
Otro de los temas centrales que abordó la investigación es el de las apuestas y las estafas virtuales. En ambos casos, advirtió el trabajo, se posicionaron como los principales riesgos provocados por la digitalización, potenciados por la impulsividad, la falta de diálogo en los hogares y la indiferencia por la legalidad.
Mientras el 54% de los adolescentes dijo que sus amigos participan en apuestas online –actividad que muestra mayor incidencia entre los varones y los niveles socioeconómicos medio y alto–, solo el 7% de los jóvenes reconoce haber apostado. El informe demuestra que esta práctica está asociada mayoritariamente a la búsqueda de “dinero fácil” (59%), mientras que otros la vinculan al entretenimiento (29%), a conductas adictivas (8%) o a objetivos de consumo específicos (4%).
Tres de cada cuatro jóvenes que dijeron tener amigos que apuestan señalaron que los casinos virtuales son los principales canales de apuesta. También se destacaron, aunque en menor medida, las apuestas deportivas, principalmente entre los varones. En ese sentido, el estudio marca una diferenciación por nivel socioeconómico: mientras entre los niveles socioeconómicos más altos el aspecto lúdico gana relevancia, en el bajo se enfatiza la búsqueda de ganancias rápidas.