Buenos Aires — Javier Milei celebra este domingo una victoria que ratifica su meteórico ascenso en Argentina pero que plantea también interrogantes hacia adelante. Su vocero Manuel Adorni se impuso en las elecciones legislativas de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, histórico bastión de un partido que se acomodó como oposición dialoguista en los primeros meses del gobierno de La Libertad Avanza (LLA) pero con el que el mileísmo viene manteniendo cortocircuitos que alcanzaron su clímax en las últimas horas: el PRO de Mauricio Macri.
Con el 97,1% de las mesas escrutadas, Adorni se situó en primer lugar con 30,14% de los votos, casi el doble que sufragios que obtiene Silvia Lospenatto (los 15,93%). En segundo lugar, con 27,34% de los votos, Leandro Santoro queda a menos de tres puntos porcentuales del primer lugar en un territorio habitualmente esquivo para candidatos peronistas.
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El PRO cosecha así su primera derrota electoral en la Ciudad de Buenos Aires en dos décadas, distrito que gobernó durante los últimos 18 años. También se trató del primer oficialismo en perder una elección en 2025.
El triunfo de Manuel Adorni confirma los buenos resultados electorales que La Libertad Avanza viene cosechando en este 2025 -entre ellos en comicios locales en las provincias de Chaco, Salta y Jujuy- y que lo posicionan como favorito para las elecciones legislativas de medio término que se celebrarán en octubre. Pero también puede dejar secuelas producto de los duros cruces entre Macri y Milei.
Es que tras los cruces y acusaciones, crece la incertidumbre respecto de cómo afectará esta tensión no solo en la elección de medio término o en la conformación de un frente común para derrotar al peronismo en la Provincia de Buenos Aires.
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También el enfrentamiento podría hacer resentir la relación entre oficialismo y uno de los partidos que venía teniendo como aliado en el Congreso, algo que será seguido de cerca por inversores dada la necesidad que tendrá Milei de construir consensos para aprobar las reformas estructurales que prepara para la segunda parte de su mandato.
Además de un termómetro de lo que podría ocurrir en las elecciones legislativas del 26 de octubre, el resultado representa también un desafío para el jefe de Gobierno de la Ciudad, Jorge Macri, que ya enfrentaba un escenario complicado en la legislatura local y será aún más hostil a partir del 10 de diciembre de este año.
En los comicios de este domingo se definían los nombre para renovar la mitad de los escaños en la legislatura local y su composición para los últimos dos años de gestión de Macri.
Con esto resultados, La Libertad Avanza quedará con 14 bancas, la segunda fuerza de la Legislatura porteña detrás de Unión por la Patria, que tendrá 20 bancas. El PRO será la tercera fuerza con 11, y Volvamos Buenos Aires, liderado por Horacio Rodríguez Larreta, tendrá cinco bancas.
Las sorpresas de la elección porteña: baja participación
“La elección tuvo varias sorpresas. La primera es la baja participación, que está en línea con lo que veníamos viendo en otras elecciones este año, pero que fue particularmente baja en la Ciudad de Buenos Aires, sobre todo en el sur”, señaló la politóloga y especialista en campañas electorales Ana Iparaguirre.
Según explicó, se trató también de la primera elección en la que el oficialismo porteño “pierde y pierde por dos razones: la fragmentación en el electorado de centro derecha y porque lo otro que vendía el PRO era gestión, y ahí la gestión de la Ciudad tiene un 60% de desaprobación”.
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LLA se come el voto que era del PRO
En ese escenario, sostuvo Iparaguirre, “La Libertad Avanza crece y se come principalmente el voto del PRO, sobre todo en la zona norte de la Ciudad”. Para la consultora, hay dos ejes clave: “El PRO vendía anti-kirchnerismo, y esa bandera se la robó claramente en esta campaña La Libertad Avanza, que se posicionó como el voto útil para ir contra el kirchnerismo. Y en gestión, con el 60% diciendo que las cosas en la Ciudad van mal, es difícil que eso funcione como atributo”.
Iparaguirre también apuntó que La Libertad Avanza se beneficia de un ecosistema político fragmentado. “Hoy en Argentina hay un único espacio con un proyecto político claro, que es La Libertad Avanza. Tiene una identidad, un proyecto de país. Uno puede estar de acuerdo o no, pero sabe a dónde quiere ir. El resto del espectro político está mucho más indefinido”, afirmó. En ese contexto, añadió, “la atomización de la oferta, que es muy puntual en CABA pero podría trasladarse a otros niveles, claramente le favorece”.
Por último, la especialista se refirió a la caída de la participación electoral como un síntoma de desconexión entre dirigencia y ciudadanía. “En las últimas elecciones en la Ciudad votaba en promedio un 74% o 75%. Ahora estamos viendo 53,3%. Es bajísimo como lo mires”, destacó. “Ahí hay un desacople enorme entre lo que está hablando y viendo la política y lo que está hablando y viendo la gente. Hoy en Google, cuando la gente buscaba dónde votar, lo siguiente que buscaba era ‘qué pasa si no voto’. No tenían ganas de ir a votar, a pesar de que había oferta para todos los gustos”.