Buenos Aires — La Argentina se dirige hacia un escenario sin precedentes: por primera vez en su historia operará por segundo año consecutivo sin un presupuesto aprobado por el Congreso, mientras el gobierno del presidente Javier Milei intenta imponer un ajuste fiscal a las provincias.
Al haber excluido el tratamiento del Presupuesto 2025 de la agenda de sesiones extraordinarias, que se realizarán durante este mes de diciembre, el Gobierno de Javier Milei efectivamente tomó la decisión de prorrogar nuevamente la ley sancionada a fines del 2022. Los temas a tratar, en tanto, serán las reformas y política, que abarcan la eliminación de las elecciones primarios y una reformulación de los fueros que benefician a los políticos, los juicios en ausencia, una ley anti mafia, los viajes del presidente.
Así lo anunció este miércoles por la noche el vocero presidencial, Manuel Adorni, tras semanas de negociaciones infructuosas con gobernadores y bloques opositores, y en medio de críticas desde el partido que preside Mauricio Macri, el PRO. En la visión de esa agrupación política, aliada al oficialismo en el grueso de los temas, una nueva prórroga del Presupuesto 2023 daña la imagen institucional de Argentina ante el mundo.
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Lo que queda del cepo se va a terminar de golpe en la medida que consigamos financiamiento por alrededor de US$10.000 millones
José Luis Espert
“Si bien es la primera vez que un presupuesto es prorrogado por segunda vez, es la primera vez que ese presupuesto no prorrogado tiene déficit cero en su primer artículo”, defendió José Luis Espert, presidente de la Comisión de Presupuesto y Hacienda de Diputados, en diálogo con Bloomberg Línea. Su declaración llegó minutos antes de que Adorni diera a conocer la decisión del oficialismo en la red social X.
El fracaso en la aprobación del presupuesto 2025 se materializó cuando el gobierno excluyó su debate de la agenda de sesiones extraordinarias del Congreso,
La decisión refleja la resistencia de las provincias a un recorte fiscal de aproximadamente US$20.000 millones propuesto por el gobierno nacional en el proyecto de ley para el Presupuesto 2025, según estimaciones del propio Espert.
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¿Mayor discrecionalidad en el gasto público?
La extensión del presupuesto 2023 por segundo año consecutivo otorgaría al Ejecutivo mayor discrecionalidad en el manejo de los fondos públicos, una acusación que Espert rechaza. “Eso es falso. Si las oposiciones ya están preocupadas por la discrecionalidad que genera no tener presupuesto, nos hubieran acompañado con un presupuesto con déficit cero y con baja de gasto público”, argumentó.
El impasse presupuestario emerge en un momento crítico para la administración Milei, que busca mantener su objetivo de déficit cero mientras enfrenta resistencia de los gobernadores provinciales, especialmente en distritos clave como Buenos Aires, donde el ministro de Gobierno provincial, Carlos Bianco ya anticipó que rechazarán cualquier ajuste.
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El desafío del Gobierno nacional de mantener el verde en las cuentas públicas —el 2024 fue el primer superávit financiero desde el 2008 en Argentina— será aún más complejo en 2025, teniendo en cuenta la realización de las elecciones legislativas de medio término. Los comicios serán clave para Milei, quien apuntará a que La Libertad Avanza crezca desde su posición minoritaria para avanzar con más reformas.
Según un análisis de la consultora Politikon Chaco, el proyecto de presupuesto 2025 contemplaba transferencias automáticas a provincias por ARS$57 billones, equivalentes al 7,5% del PIB, con un incremento proyectado del 39% respecto a 2024. Cabe resaltar que la inflación acumulada entre enero y octubre fue del 107,01%.
Sin embargo, el economista Martín Kalos, director de EPyCA Consultores, advierte que el ajuste propuesto por el gobierno nacional podría impactar severamente en servicios esenciales. En las provincias la mayor parte del gasto público corresponde a la salud y educación pública y sobre todo a salarios, según Kalos.
En ese sentido, la falta de un presupuesto aprobado para 2025 podría complicar otras negociaciones críticas con las provincias, incluyendo el debate sobre el decreto que modificó las condiciones de canje de deuda y la ley que reglamenta los DNU.
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¿Qué implica prorrogar el Presupuesto 2023 para el 2025?
La prórroga del presupuesto 2023 para el año 2025 en Argentina refleja la compleja batalla fiscal entre Nación y las provincias. Mientras el gobierno de Javier Milei busca mantener el superávit fiscal y exige un ajuste del gasto público provincial, los gobernadores se resisten a recortar partidas que afectarían servicios y salarios. Esta situación llevó al estancamiento de las negociaciones y a la exclusión del debate presupuestario de las sesiones extraordinarias.
Si bien la prórroga otorga al Ejecutivo Nacional mayor flexibilidad para gestionar las cuentas públicas mediante decretos y decisiones administrativas —permitiéndole mantener su objetivo de déficit cero—, también genera incertidumbre en las provincias sobre las transferencias discrecionales que recibirán. El escenario plantea un dilema: las jurisdicciones que no se ajusten deberán buscar financiamiento propio, mientras que aquellas que se alineen con las metas fiscales nacionales podrían recibir un trato más favorable en la distribución de recursos no automáticos.
Aunque la prórroga presupuestaria no es la situación ideal desde lo institucional, refleja la realidad de un sistema federal donde tanto la Nación como las provincias mantienen autonomía en sus decisiones fiscales. El impacto final dependerá de cómo cada jurisdicción maneje sus cuentas: mientras el gobierno nacional podrá adaptar partidas según sus prioridades de equilibrio fiscal, las provincias deberán decidir entre ajustar su gasto o afrontar las consecuencias de sostener déficits en sus presupuestos.
El fin del cepo cambiario, según Espert
En paralelo, Espert vinculó la eliminación de las restricciones cambiarias con la obtención de financiamiento externo. “Lo que queda del cepo se va a terminar de golpe en la medida que consigamos financiamiento por alrededor de US$10.000 millones”, señaló, sugiriendo que esto podría ocurrir en el primer semestre de 2025.
“Vamos a liberar el cepo cuando estemos seguros que no va a significar ningún nerviosismo con el dólar que afecte la columna vertebral de nuestro programa económico, que es la inflación cero o la inflación más baja posible”, explicó el legislador.