Bloomberg — El presidente Javier Milei acusó a la oposición argentina de intentar desesperadamente detener el progreso económico después de ser agredido con piedras durante un evento de campaña en medio de acusaciones de sobornos dentro de su gabinete.
“La opereta de esta semana no es más que otro ítem en la larga lista de artilugios de la casta y, tal como todas las anteriores, una nueva mentira”, dijo Milei el jueves durante un almuerzo empresarial en Buenos Aires.
“Fue muy conmovedor ayer enfrentar toda la lluvia de piedras” junto con José Luis Espert y su hermana, Karina, añadió el presidente más adelante en su discurso. “Era un espectáculo increíble. Se veía la desesperación”.
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Milei afirmó que dejará en manos de la justicia la resolución del escándalo y que su gobierno sigue a disposición.
La semana pasada, medios locales publicaron grabaciones filtradas de Diego Spagnuolo, exdirector de la agencia nacional de discapacidad y asesor jurídico de Milei desde hace años, en las que supuestamente describía sobornos por entre US$500.000 y US$800.000 al mes en compras estatales de medicamentos. En las grabaciones, que no han sido verificadas, Spagnuolo señala a Karina —secretaria general de Milei— y a su principal colaborador, Eduardo “Lule” Menem, como los beneficiarios. El presidente despidió a Spagnuolo al día siguiente de que los mensajes se hicieran públicos. Menem ha negado cualquier irregularidad.
Milei se enfrenta a un reto electoral clave el 7 de septiembre en la provincia de Buenos Aires, bastión de la oposición peronista liderada por la expresidenta Cristina Fernández de Kirchner. Los inversores siguen de cerca esa elección como barómetro de lo que está por venir el 26 de octubre, cuando los argentinos renovarán una gran parte del Congreso. El líder libertario espera obtener suficientes escaños para consolidar sus reformas promercado.
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Sin embargo, la repentina irrupción de un escándalo de corrupción a pocas semanas de las elecciones ha debilitado parte de su impulso, dado que llegó al poder en 2023 con la promesa de terminar con la “decadencia” que ha marcado durante décadas a la clase política argentina.
“Todo lo que dice es mentira”, declaró Milei a los periodistas cuando le preguntaron por Spagnuolo durante una visita de campaña a Lomas de Zamora, un barrio suburbano al sur de la capital, el miércoles. Minutos después, se lanzaron piedras contra el presidente y su hermana, lo que puso fin abruptamente a la visita.
Una encuesta realizada esta semana por la consultora Management & Fit, con sede en Buenos Aires, reveló que la mayoría de los votantes consideraba graves las acusaciones de corrupción, pero más del 80% de los encuestados tenía previsto mantener su voto.
El miércoles, el diario La Nación informó que Spagnuolo había borrado todos los mensajes con los hermanos Milei antes de que su teléfono fuera confiscado por la justicia federal la semana pasada. Por su parte, el jefe de gabinete, Guillermo Francos, desestimó el escándalo como una “operación política” y una “difamación sin pruebas” durante su informe mensual ante la Cámara Baja del Congreso.
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Milei prometió en su discurso seguir adelante con su agenda tras lo que prevé que serán unas elecciones intermedias exitosas para su gobierno. Según él, seguirá una segunda ola de reformas que comenzará con recortes fiscales, continuará con una revisión de la legislación laboral y concluirá con la eliminación de más restricciones económicas.
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