Buenos Aires — En medio de un conjunto de medidas tendientes a fortalecer las reservas del Banco Central (BCRA), el Gobierno argentino anunció la eliminación del plazo mínimo de 180 días para no residentes que inviertan tanto en colocaciones primarias del Tesoro como en el mercado secundario, siempre y cuando los instrumentos tengan un vencimiento superior a seis meses. Esta decisión llamó la atención a analistas del mercado, puesto que esta determinación macroprudencial había sido instaurada en abril de este año, hace menos de dos meses.
Según explicó el presidente del Banco Central, Santiago Bausili, la gestión Milei arrancó con una estructura de cepo “tan apretada” en términos de salida de capitales de inversores extranjeros, que dejó de ser una herramienta útil para retener fondos dentro del país. Según su óptica, el conjunto de restricciones “terminó funcionando como una barrera que impedía cualquier ingreso”.
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En esa línea, agregó que después de cuatro o cinco años de cepo, los inversores que estaban atrapados encontraron la forma de salirse. “No había nadie relevante atrapado en Argentina”. No obstante, advirtió que “las medidas con respecto a ese cepo hacían que nadie quisiera entrar”.
Bausili también señaló que hace unas semanas se empezaron a flexibilizar estas medidas, “siempre dentro de un marco en el que nos importa preservar el equilibrio desde un punto de vista macroprudencial”, aclaró. “No nos interesa el capital especulativo de corto plazo, porque eso nos da volatilidad”, indicó el banquero central.
Al referirse a los pasos iniciales de este proceso, explicó: “Pusimos una primera capa de liberación de estas restricciones: generamos incentivos para que los inversores vengan a través del Mercado Libre de Cambios, a través de los bancos, y les dijimos ‘si ustedes entran a Argentina con fondos frescos financieros y los dejan seis meses pueden salir tranquilamente’”.
Más adelante, indicó que “después empezó a aparecer demanda por instrumentos del Tesoro que eran de más largo plazo que estos 6 meses y, entonces, las dos restricciones hacían que una no sea vinculante”.
Respecto a uno de los casos más recientes, mencionó: “En el BONTE 2030 hubo una gran participación de inversores del exterior y lo que estuvimos viendo es que muchas de estas trabas, operativamente, son un incordio y traen un costo”. Añadió que el equipo económico estuvo evaluando riesgos macroprudenciales y que, en virtud de ello, “están dadas las condiciones para avanzar en esa liberación”.
Finalmente, Bausili anticipó: “Vamos a flexibilizar las condiciones para los inversores que quieran entrar y salir de la Argentina, siempre y cuando su participación sea en instrumentos que tienen seis meses de plazo. Con eso nos sentimos super cómodos”.
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Para el Gobierno, el superávit es la clave
Ante la consulta de Bloomberg Línea respecto de si estas medidas pueden incrementar el carry trade y generar riesgos, una persona del Gobierno argentino con conocimiento del asunto pero que no está autorizada a hablar públicamente del tema señaló que el superávit fiscal disipa los temores, ya que exime al Tesoro de la necesidad de endeudarse para cubrir el déficit.
La mirada del mercado
El director de Invcq Santiago Bulat reconoció, en diálogo con la emisora radial Urbana Play, sus dudas respecto de la decisión de levantar la norma macroprudencial, aunque marcó diferencias con respecto al momento en que Mauricio Macri salió del cepo: “Los flujos que andan dando vueltas por el mundo hoy están en países más seguros e, incluso, están saliendo de Estados Unidos, donde la tasa está en torno a 4,5%. En 2016 la tasa era de 1,8%. En su momento no era tan atractivo estar en bonos estadounidenses, hoy es más atractivo", explicó.
A partir de este escenario, el ejecutivo de Invecq resumió: “Hoy tenés que ir a pelear por esos flujos a países que son mucho más seguros que Argentina".
También, diferenció: “Cuando vos tenés mucho déficit fiscal, no solo salís a buscar plata para acumular reservas o refinanciar vencimientos de deuda, sino que también necesitás más deuda para financiar tu propia deuda. En el pico de Macri habían entrado, solo para comprar deuda en pesos, el equivalente a US$25.000 millones. Hoy ese número de tenencias de activos en pesos de no residentes es de US$2.500 millones".
Por su parte, Salvador Vitelli, economista de Romano Group, consideró que con este tipo de decisiones “el Gobierno está apostando a que salga todo bien, a que no haya traspiés”.
En tanto, desde el bróker Max Capital consideraron que la restricción era “inútil”, ya que “los extranjeros utilizaban el contado con liqui para operar bonos en pesos y así la eludían".
“Bajo el contado con liqui, que es arbitrado por individuos locales hacia el oficial, el efecto sobre el tipo de cambio de las compras de bonos en pesos por parte de extranjeros termina siendo idéntico, ya sea que el inversor haya usado el oficial o el CCL, dado que cualquier ingreso potencial por el mercado oficial es compensado por la acumulación de activos externos por parte de argentinos, que ocurre directamente cuando se utiliza el CCL”, explicaron.