Buenos Aires — La renuncia de José Luis Espert como candidato a diputado nacional de La Libertad Avanza en la provincia de Buenos Aires trae aparejado un problema logístico: ya están impresas las boletas únicas de papel que llevan su imagen y su nombre. Reimprimir las boletas, a veinte días de la elección, generarían un costo fiscal y un desafío logístico.
El sucesor de Espert en la cabeza de la lista será el diputado del PRO Diego Santilli. La Justicia Electoral será quien defina si se avanza o no con la reimpresión de las boletas. Según informaron especialistas, ya están impresas el 70% de las boletas y el costo de la impresión de las nuevas boletas ascendería a US$10 millones. El que define es el magistrado Alejo Ramos Padilla.
Una persona del Gobierno que pidió no ser identificada aseguró que el monto es menor. Según esta fuente, sólo sería necesario reimprimir la mitad de las boletas y que eso implicaría un gasto de ARS$7.500 millones o US$5,2 millones al tipo de cambio oficial mayorista.
Para llegar a esa instancia el proceso no es sencillo. Primero debe oficializarse la renuncia de José Luis Espert, que además confirmó su salida de la presidencia de la comisión de Presupuesto y Hacienda de la Cámara de Diputados. Luego tramitar todas las solicitudes ante el Juzgado Federal y Junta Electoral Nacional La Plata.

¿Qué debe hacer el Gobierno Nacional?
Según Marcelo Bermolén, director del Observatorio de la Calidad Institucional de la Escuela de Gobierno de la Universidad Austral, “a esta altura del proceso electoral todo parece indicar que lo adecuado es mantener las boletas originales”.
Para el politólogo, y al estar impresas el 70% de la boletas únicas de la provincia de Provincia de Buenos Aires, imprimir el 30% restante con el nuevo cabeza de lista “significaría que hay dos modelos en un mismo territorio y podría generar confusión”.
“Mientras que reimprimir el total implicaría una inversión de más de US$10 millones y el descarte (desperdicio) de lo ya recibido, con costos adicionales de logística y el peligro latente de que se mezclen partidas de las viejas y las nuevas”, agregó.
Bermolen le quita relevancia al impacto que pueda tener la figura de Espert en la boleta. “Lo que el electorado debe identificar claramente a la hora de votar es el partido (o alianza electoral en competencia) y eso está claramente asegurado para LLA, a punto que el escándalo hace más fácil ubicarlo en la boleta”, dijo.
“Es importante destacar que lo que elegirá cada ciudadano el 26 de octubre es a la alianza o frente electoral de su preferencia, y no a un candidato individual. Cuando se vota a un partido, no se opta sólo por un candidato específico sino por el conjunto, y la situación ha variado respecto a uno solo de ellos, manteniéndose el resto sin modificación”, agregó.
El dilema del gasto
A falta de un número preciso respecto a cuánto saldría la reimpresión, las cifras que trascienden no parecen elevadas para un Estado Nacional, pero sí para un Gobierno que aplica el “no hay plata” como regla para sostener el equilibrio fiscal.
En el mes de agosto el Sector Público Nacional (SPN) registró un superávit primario de ARS$1.556.864 millones (US$1.087 millones) y un superávit financiero de ARS$390.301 millones (US$233 millones).
Por citar un ejemplo, en septiembre los Aportes del Tesoro Nacional (ATN) que el Gobierno gira discrecionalmente a las provincias ascendieron a ARS$14.000 (US$9,7 millones), según Ámbito Financiero, mientras que en lo que va del año ascienden a ARS$118.500 (US$82,7 millones).