Trump vuelve a apostar por Argentina con Milei al mando

En su reunión del martes con su homólogo Javier Milei, se espera que el presidente estadounidense anuncie formalmente un salvataje de US$20.000 millones

Donald Trump y Javier Milei en Mar-a-Lago, Florida, el 14 de noviembre de 2024
Por Patrick Gillespie - Manuela Tobías
14 de octubre, 2025 | 12:08 PM

En 2018, Donald Trump quiso ayudar a un viejo amigo. Conocía a Mauricio Macri desde sus días en el negocio inmobiliario, cuando jugaron al golf, sin imaginar que acabarían siendo presidentes de Estados Unidos y Argentina.

La primera administración de Trump impulsó al Fondo Monetario Internacional a aprobar un rescate récord de US$50.000 millones para frenar la corrida cambiaria en la volátil economía latinoamericana. Siete años después, Macri trabaja en la FIFA, el FMI aún no recupera su dinero y Trump vuelve a la Casa Blanca para recibir a otro presidente argentino en apuros por motivos similares, también necesitado de efectivo.

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Bloomberg

En su reunión del martes con su homólogo Javier Milei, se espera que el presidente estadounidense anuncie formalmente un salvataje de US$20.000 millones, diseñado para ayudar a su aliado a ganar las elecciones legislativas del 26 de octubre. La semana pasada, el Tesoro de Estados Unidos incluso comenzó a comprar el debilitado peso argentino, que ronda los 1.350 por dólar, una caída estratosférica desde los 25 por dólar de 2018.

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Esas cifras ilustran el riesgo de la segunda gran apuesta de Trump por Argentina, cuya economía colapsó poco después del rescate del FMI durante su primer mandato. A medida que la recesión se profundizó y la inflación se disparó, Macri sufrió una derrota aplastante en las presidenciales de 2019. Poco después, Argentina declaró el más reciente de sus repetidos defaults soberanos.

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“Camino al infierno”

Milei enfrenta ahora muchos de los mismos problemas que hundieron a Macri, incluido el temor de los inversores a que el poderoso movimiento peronista vuelva al poder y revierta sus políticas.

El presidente libertario ha logrado equilibrar el presupuesto y reducir la inflación a cerca de 30% desde un máximo de casi 300%. Pero también generó tensiones en el mercado al gastar miles de millones para sostener el peso, una moneda que la mayoría de los inversores considera sobrevaluada.

Si Milei necesita ahora un rescate de EE.UU., no es por falta previa de apoyo de Washington. En abril, el FMI —bajo presión del equipo de Trump— aprobó otro crédito de US$20.000 millones. Más bien, fueron los errores políticos del propio Milei y una oposición revitalizada los que lo dejaron acorralado antes de las elecciones legislativas.

Analistas sostienen que, aunque otro rescate estadounidense quizá no revierta la suerte de Milei, al menos podría frenar la pérdida de apoyo entre votantes cansados de la austeridad y que aún esperan una recuperación de empleo, salarios y crecimiento.

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“Si se quedan sin dólares, se les iba el dólar al carajo”, dijo Mariel Fornoni, directora de la consultora Management & Fit, en Buenos Aires. “Y se les iba a trasladar a precios, entonces el fuerte de él, que hasta ahora era bajar la inflación, desaparecía”.

Según Fornoni, “un rescate de EE.UU. no suena lindo para un argentino que ya vivió muchos endeudamientos y muchas consecuencias a partir de esos endeudamientos”, pero podría mantener la economía estable hasta el día de los comicios.

“Con la gorra en la mano”

Sin embargo, hay diferencias clave entre este nuevo rescate —financiado directamente con dinero público estadounidense— y el del FMI en 2018.

Entonces, una sequía histórica destruyó las exportaciones agrícolas, la principal fuente de dólares del país para acumular reservas y pagar deudas. Ahora, Milei tuvo una cosecha sólida. Lo que desató el pánico en los mercados fue su derrota por amplio margen en las elecciones provinciales de Buenos Aires el mes pasado.

Los rescatistas de Milei en EE.UU. tienen la mirada puesta más allá de las legislativas. El secretario del Tesoro, Scott Bessent, ve en el éxito argentino un modelo para otros países latinoamericanos —Bolivia, Colombia, Chile— con gobiernos de izquierda y elecciones presidenciales próximas, además de un contrapeso a la influencia china en la región.

“Argentina es un faro allí abajo, y hay una oportunidad para que muchos otros países la sigan”, dijo Bessent a CNBC en una entrevista.

Argentina también es un productor clave de metales industriales como litio y cobre, algo que, según Kezia McKeague, directora de McLarty Associates en Washington, influye en el pensamiento de Bessent y Trump.

“La diferencia con el momento en que Macri vino con la gorra en la mano al FMI es que ahora hay una comprensión mucho más profunda de la importancia de los minerales críticos para la seguridad nacional de EE.UU.”, explicó. En la visión estadounidense, “Argentina se considera un mercado fronterizo. Claro que hay un paralelismo clave: tanto Macri como Milei son vistos como amigos del presidente Trump”.

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“Cedió en la política”

También hay similitudes en el personal involucrado. Aunque el FMI renovó su equipo negociador tras el fiasco de 2018, Milei reincorporó a varias figuras del equipo económico de Macri.

El ministro de Economía, Luis Caputo, fue secretario de Finanzas y luego presidente del Banco Central de Macri. Años más tarde confesó que se oponía a que Argentina recurriera al FMI. El actual jefe del Banco Central, Santiago Bausili, y el secretario de Finanzas, Pablo Quirno, también ocuparon cargos altos bajo Macri, mientras que el zar de la desregulación, Federico Sturzenegger, fue titular del Banco Central en ese entonces.

Caputo y Bessent se conocen desde los primeros días del gobierno de Macri, en 2016, cuando Argentina negociaba con acreedores en mora para volver a los mercados de capitales.

Caputo recordó haber sido criticado por el FMI tras gastar miles de millones de dólares durante sus tres meses al frente del Banco Central en 2018, en un intento fallido por frenar la corrida cambiaria.

Siete años después, sigue comprometido con defender el peso, y aseguró en un pódcast el mes pasado que las autoridades “venderán hasta el último dólar” para mantener la moneda dentro de la banda de flotación. Sobre la política cambiaria después de las legislativas, cuando muchos analistas prevén un cambio, dijo: “no va a haber ningún cambio”.

Bessent declaró a Bloomberg en abril que ayudó a diseñar la reestructuración de deuda de Argentina en 2016. El secretario del Tesoro, que entonces era un inversor privado, dijo que apoyó a Macri en un principio, pero consideró que el exmandatario “cedió en la política cuando las cosas se pusieron difíciles. No creo que este gobierno vaya a ceder”.

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