Bolivia se estanca en recesión técnica en medio de crisis de divisas y disparada de inflación

En el primer semestre, la mayor variación negativa en la actividad económica se registró en la actividad extractiva (-12,98%).

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La Paz, Bolívia
14 de octubre, 2025 | 04:48 PM

Bloomberg Línea — La actividad económica boliviana se contrajo un 2,4% en el primer semestre del año, lo que el Gobierno asoció a la menor contribución al crecimiento del sector extractivo, junto a los bloqueos y conflictos sociales que afectaron a la cadena productiva en su conjunto.

Bolivia acumula ya cuatro trimestres consecutivos de contracción del PIB en términos interanuales, confirmando un proceso recesivo prolongado que comenzó en la segunda mitad de 2024.

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“Tras caídas de 1,45% en el tercer trimestre y 3,36% en el cuarto, el retroceso se profundizó en 2025, con contracciones de 1,97% en el primer trimestre y 2,79% en el segundo. La recesión ya no es una hipótesis. Es una trayectoria instalada”, dijo a Bloomberg Línea Jonathan Fortun, economista del Instituto de Finanzas Internacionales (IIF).

“El dato oficial confirma lo que los indicadores adelantados ya venían sugiriendo: la economía boliviana está en retroceso y lo que viene será aún más difícil”, apuntó. “El deterioro no es reciente ni marginal. La economía lleva un año completo en terreno negativo, sin motores claros de recuperación ni amortiguadores visibles”.

Para Fortun, “la recesión técnica confirmada por las cifras interanuales no marca el inicio de la crisis, sino simplemente su formalización estadística. El ajuste ya está en marcha, y lo más difícil aún no ha llegado”.

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Las actividades extractivas, que en años anteriores representaban más de una cuarta parte del valor exportado y sostenían buena parte del ingreso fiscal, se desplomaron un 12,98% en el primer semestre.

El comercio cayó un 5,18%; transporte y comunicaciones un 2,24%, y suministro de electricidad, agua y desechos un 2,45%.

Estas caídas reflejan una contracción generalizada, más allá de un solo sector.

Las pocas actividades con crecimiento positivo, como agricultura, ganadería, silvicultura y pesca (3,71%), y alojamiento y comidas (2,38%), tienen bajo peso relativo y poco efecto multiplicador, según Fortun.

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Para el economista del IIF, “salir de este agujero será complejo”.

Bolivia enfrenta una grave crisis económica: la caída de más del 70% en exportaciones de gas entre 2014 y 2025 redujo ingresos y agotó reservas, mientras el déficit fiscal alcanza cerca del 20% del PIB.

La deuda interna depende en gran parte de fondos públicos y el país carece de acceso a financiamiento externo.

Intentos de ajuste fiscal generarían contracción inmediata, con una inflación interanual superior al 25% y un tipo de cambio paralelo que se dispara, dejando escaso margen para recuperación en 2025-2026, advierte Fortun.

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El economista Luis Fernando Romero Torrejón advirtió, además, a Bloomberg Línea que la falta de información oportuna y real durante casi un año impidió que se adoptaran medidas correctivas adecuadas para contener la crisis.

“Hemos entrado en una recesión económica desde el tercer trimestre del 2024 y durante casi un año no hemos tenido información precisa que permita tomar buenas decisiones”, dijo.

Romero añadió que el nuevo gobierno enfrenta ahora una situación mucho más difícil de lo que se imaginaba, con desafíos inmediatos para resolver los problemas a corto plazo como inflación, dólares y falta de carburantes y evitar que la crisis derive en mayores niveles de desocupación, pérdida del poder adquisitivo y pobreza.

De acuerdo a las proyecciones del Banco Mundial, la economía boliviana se contraerá este año un -0,5% desde el 0,7% del año pasado.

Entre tanto, el Fondo Monetario Internacional (FMI) proyecta que la economía boliviana crezca este año apenas un 0,6%, mientras que para 2026 no publicó proyecciones.

En el IIF proyectan apenas un 0,4% de crecimiento en 2025 y una contracción de 0,5% en 2026. Incluso en escenarios con reforma parcial y controlada del tipo de cambio, no hay espacio para una recuperación visible, dice Fortun.

Las cifras oficiales de inflación ya reflejan este deterioro.

El IPC interanual supera el 23%, empujado por alimentos, transporte y bienes importados, con el tipo de cambio paralelo despegándose del oficial de forma creciente.

La brecha cambiaria se acerca al 100%.

“Quien gane el 19 de octubre (las elecciones a la Presidencia) no va a heredar un país, va a heredar una implosión. En esta coyuntura, el crecimiento en Bolivia ya no depende de un ciclo externo favorable ni de la política monetaria. Depende de sobrevivir al ajuste sin que la economía se hunda por completo”, señaló Fortun.

Ver más: De la inflación al bajo crecimiento: así está la economía de Bolivia antes del cambio de Gobierno

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