En medio de una compleja crisis económica interna, miles de bolivianos han comenzado a cruzar silenciosamente las fronteras con países vecinos, cargando un producto tan cotidiano como inesperado: huevos.
El fenómeno se ha intensificado en lo que va de 2025, al punto de convertirse en una preocupación creciente para las autoridades fronterizas, sanitarias y agroindustriales de varios países sudamericanos. Cajones enteros de huevos salen por pasos clandestinos desde Bolivia rumbo a Chile, convirtiéndose en una mercancía de alto valor en el comercio informal.
Según detalla un artículo del sitio web Emol, en Bolivia, el viceministro de Lucha Contra el Contrabando, Luis Velásquez, reveló que los decomisos de mercancía ilegal alcanzaron los US$9,5 millones en el primer semestre del año. Lo que “llama la atención”, dijo, es que la mayoría de esos productos no estaban ingresando al país, sino saliendo de forma ilegal. “El huevo es uno de los productos que más se está sacando por la línea fronteriza. Se han comisado hasta la fecha 182.606 unidades”, agregó.
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Sin embargo, las cifras bolivianas parecen quedar cortas frente a lo que está ocurriendo en Chile. Solo entre enero y junio de este año, el Servicio Agrícola y Ganadero (SAG) chileno decomisó 1.017.928 unidades de huevos de contrabando, casi todos procedentes del país vecino. En comparación, en todo 2023 se habían incautado 864.554 huevos y en 2024 la cifra ascendió a 1.338.067. El aumento, según el SAG, ha sido sostenido y alarmante.
El ministro de Agricultura de Chile, Esteban Valenzuela, explicó en entrevista con EmolTV que “hemos aumentado mucho los decomisos porque hay mayor control”, aunque advirtió que “como estamos en un altiplano poroso, se requieren otros controles”. Valenzuela anunció operativos en mercados mayoristas del norte del país, así como coordinación con la policía y el Servicio de Impuestos Internos (SII). También adelantó una discusión interministerial para elevar las sanciones. “Lo barato a veces cuesta caro, no tiene la debida trazabilidad como corresponde”, advirtió el funcionario.
Desde el sector privado, la preocupación no es menor. En el mencionado artículo de Emol, Patricio Kurte, gerente general de ChileHuevos, informó que los huevos ingresan sin condiciones adecuadas de conservación ni identificación de origen o fecha de elaboración. “Presentan el potencial de contaminación cruzada con otros productos”, sostuvo.
Este tipo de contrabando también golpea a la Argentina. La Cámara Argentina de Productores Avícolas (Capia) denunció en junio que unas 550.000 unidades de huevos cruzan a diario desde Bolivia, Brasil y Paraguay, sin ningún tipo de control sanitario.
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Aunque el esfuerzo de fiscalización ha aumentado, las rutas ilegales siguen proliferando. Bolivia ha detectado 23 nuevos pasos clandestinos en sus fronteras con Perú, Chile y Argentina.