Bloomberg Línea — Evo Morales confirmó que participará en las elecciones del próximo 17 de agosto en Bolivia, una nueva aspiración presidencial que marcaría su ocaso y el del Movimiento al Socialismo (MAS), un partido político con fuertes raíces sindicales y campesinas que lideró durante 27 años, plantean expertos consultados por Bloomberg Línea.
Morales renunció al MAS meses después de que su dirección quedara en manos de Grover García, un aliado del presidente Luis Arce, tras un fallo del Tribunal Constitucional Plurinacional, que hizo efectivo el Tribunal Superior Electoral.
Pero también dio un paso al costado en medio de una división del partido político, entre simpatizantes de él y los seguidores de Arce, y que comenzó a ser evidente desde 2022, aunque los antecedentes de la disputa datan del exilio del expresidente en Argentina.
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Pese a que Morales buscará un nuevo mandato presidencial con el aval Frente para la Victoria (FPV), con la que llegó a un acuerdo para la candidatura, lo cierto es que su nueva aspiración presidencial, lejos de beneficiarlo, le abre la puerta a la oposición política tradicional y quizá a un político outsider de llegar al Poder Ejecutivo.
“Morales podría llegar a segunda vuelta, pero no ganaría”
El sociólogo boliviano y doctor en ciencia política, Fernando Mayorga, dice a Bloomberg Línea que, a falta de seis meses para las elecciones, “Evo Morales podría llegar a segunda vuelta, pero no tendría chance de ganar”. La razón: es el precandidato que mayor percepción negativa tiene en la opinión, especialmente en las ciudades de clase media.
Mayorga cuenta que, sin importar su retiro del MAS, Morales podría mantener un capital político equivalente al 20% o 25% de los votantes, suficiente para avanzar a segunda vuelta, pero que bien puede ser su “techo”, electoralmente hablando.
José Luis Exeni, politólogo y otrora vicepresidente del Tribunal Superior Electoral, plantea algo similar. “Sin restarle ningún ningún mérito al valor histórico de Evo, creo que en este momento, primero, no puede ser candidato, y segundo, en la hipótesis de que por ahí se le habilita, Evo ya no puede ganar una elección”, dijo a Bloomberg Línea.

Ambos expertos coinciden en que Morales tiene una base popular indígena rural sólida, sólo que sumando la facción partidaria de Arce, actual Presidente del país, el “antievismo es mayoritario en Bolivia”.
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Y hay algo más: aunque Evo Morales tiene los “argumentos políticos, jurídicos y constitucionales” para participar en los comicios, no se descarta que lo inhabiliten, según Exeni. Y Mayorga concuerda en ello, aludiendo a una “judicialización de la política”, es decir, una supuesta “alianza entre el Tribunal Constitucional y el Gobierno Arce”.
La autoridad electoral, por su parte, rechazó la renuncia de Evo Morales al MAS, puesto que no fue presentada personalmente, sino a través de un representante, conforme con la prensa local.
Y ello tiene una razón de ser, el líder cocalero permanece atrincherado en Cochabamba ante la posibilidad de ser aprehendido por orden la Fiscalía, que lo investiga por el delito de trata de personas, pues presuntamente abusó y embarazó a una menora de edad cuando todavía se desempeñaba como presidente.
Si no es Evo Morales, ¿entonces quién?
El actual presidente de Bolivia, Luis Arce, dejó entrever que buscará el aval del MAS para aspirar a la reelección presidencial después de la renuncia al partido presentada por Morales.
“Nosotros tenemos propuestas, proyectos y ofrecimientos para la población en estas elecciones 2025″, dijo Arce en entrevista con el medio local DTV el 26 de febrero. No obstante, los expertos no ven viable que avance a segunda vuelta y, mucho menos, que gane.
El economista y analista político boliviano Armando Ortuño sustenta que problemáticas como la falta de divisas y el “impulso inflacionario desde mediados del año pasado” juegan en contra de Arce, lo mismo que la percepción de falta de gobernabilidad.
“Además, hay otro reclamo, de carácter político, y yo diría que de autoridad, frente a un Gobierno que se le percibe muy débil y no muestra señales de que tiene el timón”, comenta a Bloomberg Línea.
Lo inusual es que, analizando los comicios presidenciales adelantados desde 2005, no se ve un candidato que se perfile como favorito, conforme con los tres expertos. Todos, además, convienen en que sin Evo Morales en el MAS, el partido político se ve reducido casi que a sus siglas.
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Una encuesta adelantada por Panterra Research y contratada por el empresario Marcelo Claure, otrora director de operaciones de la firma japonesa SoftBank y presidente del tradicional equipo de fútbol Bolívar, a la que hizo eco la prensa nacional, muestra que ningún candidato supera el 20% de intención de voto.
El sondeo, que fue publicado hace un mes y no tuvo en cuenta a Evo Morales, devela que el actual presidente del Senado, Andrónico Rodríguez, de 36 años, es quien mayor intención de voto tiene (16%). Lo paradójico es que no ha anunciado su candidatura.

Andrónico Rodríguez es miembro del MAS, aunque tiene mayor afinidad con Evo Morales que con Arce, y, en teoría, solo aspiraría a la Presidencia de Bolivia si Morales es inhabilitado o desiste de su candidatura.
“Lo más probable es que Evo transfiera su capital político a Andrónico, que, por sus características, podría crecer todavía más”, expone Ortuño. Y Mayorga agrega: “Andrónico el único que no ha entrado en esta pugna entre Evo, Arce y el Estado equidistante hablando siempre de la unidad”.
Ahora bien, el tiempo que le tome a Evo Morales desistir de participar, si es que lo hace, podría jugar a favor o en contra a Andrónico Rodríguez en una eventual campaña.
El segundo lugar en la encuesta lo ocupó el alcalde de Cochabamba, Manfred Villa (15%), y el tercero, Chi Hyun Chung, un pastor evangélico al que al que la Defensoría del Pueblo ha condenado por sus discursos “machistas” y contra la población LGBTIQ, tercero en los pasados comicios presidenciales.
Entretanto, políticos tradicionales como el expresidente Jorge Tuto Quiroga y Samuel Doria Medina, así como el exgobernador de Santa Cruz, Luis Fernando Camacho, no superan el 10% en la intención de voto.
Con este panorama, para los expertos es posible que un candidato avance a segunda vuelta con el 20% de los votos.
Bloomberg Línea escribió al Ministerio de Presidencia de Bolivia para indagar en la posible candidatura del presidente Luis Arce y sus expectativas de cara a las elecciones, pero no recibió respuesta al cierre de la edición de este artículo. También consultó a un miembro del equipo de prensa del expresidente Evo Morales y sucedió lo mismo.
Bolivianos se debaten entre la incertidumbre, el miedo y la rabia
Por estos días en Bolivia todos es alegría, por cuenta de las festividades en el marco del Carnaval 2025, pero los sentimientos que denominan en la antesala electoral no son necesariamente positivos.
La fundación política Friedrich-Ebert-Stiftung en Bolivia (FES Bolivia) adelantó una encuesta nacional en que preguntó a los pobladores: “Considerando el contexto actual, ¿cuál es su principal sentimiento sobre el futuro del país en los próximos meses?”.
El 38% de ellos respondió que “incertidumbre”, mientras que el 30% expresó rabia y el 18% manifestó rabia.
“Eso es crítico, porque la incertidumbre todavía te da margen para decir: esto puede mejorar. Pero, cuando ya sientes miedo y rabia, has pasado a otro sentimiento que políticamente puede ser complicado”, opina Exeni.
El sinsabor de la población boliviana obedece a un cúmulo de cargas con las que lidian desde noviembre de 2019, cuando Evo Morales renunció a la Presidencia de Bolivia tras la pérdida de apoyo de las Fuerzas Armadas. La polarización a raíz de ese hecho, la implosión política del MAS, el presunto intento de golpe de Estado contra Arce en 2024 y la crisis institucional crearon una suerte de desconfianza, comentan los expertos.
“La gente siente que la política no está hablando de sus problemas. Está desconectada. Normalmente no suele ser así. Eso hace que estas elecciones sean tan sui generis y tan poco previsible. En este escenario social cualquier cosa puede pasar”, explica Ortuño.

La situación, sin embargo, es la crónica de una muerte anunciada por Mayorga a la dirigencia del MAS años atrás.
El experto dice que la candidatura presidencial de Luis Arce y vicepresidencial de David Choquehuanca en 2019, aprobada en Buenos Aires, donde Evo Morales permanecía bajo un asilo político, no fue avalada totalmente por las organizaciones sociales. Quizá ese fue el punto cero de una disputa que parece lejos de ser resuelta.
Al parecer, las organizaciones sociales no habían aprobado la inclusión de Luis Arce en el binomio del MAS para participar en los comicios.
Y un particularidad del MAS es que no es un partido convencional, es una coalición nacida de las organizaciones sindicales, campesinas, indígenas, para autorepresentarse en el poder. Es, en esencia, un “instrumento político” de sus bases, como se autodenomina en su estatuto orgánico.
Con Morales residiendo en Argentina, las decisiones dejaron de girar en torno a él, y la falta de un consejo de coordinación gubernamental, propuesto desde la academia, exacerbó la diferencias entre evismo y el naciente arcismo.
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Fernando Mayorga asegura a Bloomberg Línea que él, en persona, presentó a representantes de Morales, Arce y Choquehuanca un análisis de la situación, hoy consignado en su libro Resistir y retornar: Avatares del proceso decisional en el mas-ipsp (2019-2021), vaticinando lo que sucedería en estas elecciones si alguno se postulaba como candidato en medio de la creciente división.
“Les dije que ninguno de los tres ganaba en primera vuelta y cualquiera de los tres perdía en segunda vuelta. Y esto, antes de la crisis económica y de los problemas judiciales de Evo Morales”, relata.
Hoy, hay quienes ven en Morales un “salvador” que puede regresar al poder para sacar a Bolivia de la crisis, pero no serían mayoría. También hay otros esperando que, más allá de quién participe, los comicios de agosto sean razonables, plurales y transparentes, con resultados aceptados por todos y eviten un escenario de violencia poselectoral.