Bolsonaro espera que Trump logre sacarlo del limbo legal en el que se encuentra

En entrevista con Bloomberg, el expresidente dijo que tiene la esperanza de que Trump y otros líderes como el mandatario argentino Javier Milei le ayuden a revertir su situación antes de las próximas elecciones presidenciales de Brasil.

Jair Bolsonaro está considerando otra petición para obtener la autorización del Tribunal Supremo para salir de Brasil y asistir a la CPAC en Washington en febrero.
Por Daniel Carvalho
29 de enero, 2025 | 08:41 PM

Bloomberg — La presencia de Donald Trump está por todas partes en la órbita del expresidente brasileño Jair Bolsonaro.

“Jair, eres GRANDE”, grita el autógrafo de Trump —que se asemeja más a la gráfica de un sismógrafo— en un libro que Bolsonaro muestra con orgullo en su oficina de Brasilia, señalando las fotografías en las que aparece junto al presidente de Estados Unidos. Una gorra verde con una frase grabada en letras doradas: “Hagamos que Estados Unidos y Brasil vuelvan a ser grandes”. Una videollamada con un partidario en Norteamérica termina con un “I love Trump”.

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Para Bolsonaro, el regreso de Trump a la Casa Blanca es una manifestación de la fe política que él depositó en su compañero de presidencia. Bolsonaro, apodado el “Trump del Trópico”, ve reivindicación dondequiera que mira, y considera al mandatario estadounidense como su posible camino hacia la redención política.

“Estoy muy contento”, dice Bolsonaro, de 69 años, en una inusual entrevista en la sede del partido en la capital brasileña el martes.

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Más concretamente, está entusiasmado con lo que está por venir del hombre al que se refiere como Trumpão —Gran Trump— y Cenourão, o Gran Zanahoria, en una cariñosa referencia al bronceado del presidente estadounidense. Considera que su compañero líder conservador tiene una línea de acción clara y realista que es similar a la que tuvo Brasil bajo su presidencia, incluyendo la perforación en reservas indígenas y el rechazo al petróleo de la Venezuela de Nicolás Maduro.

“No se puede sacar del fango a un país como este siendo amigo de todo el mundo”, afirma.

Eso incluye deportar a los inmigrantes indocumentados, entre los que se encuentran miles de brasileños, entre ellos sus partidarios, e incluso cuando perdió la presidencia frente a Luiz Inácio Lula da Silva en 2022, Bolsonaro obtuvo más votos entre la diáspora estadounidense. Su resolución a ese dilema es típicamente contundente: “Es su ley”, dijo del EE.UU. de Trump. “Si no quieres ser deportado, entra legalmente”.

Ahora ve a Trump como un medio para ayudar a desenredar sus propias dificultades legales y para devolverle la vida a sus ambiciones políticas.

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“Jair, eres GRANDE”, dice el autógrafo de Donald Trump en un libro que Bolsonaro muestra con orgullo.

Dos años después de que Trump llegara a la presidencia en 2016 con el lema “Estados Unidos primero”, Bolsonaro logró la misma hazaña en Brasil, lo que los hizo coincidir en el tiempo. El único mandato presidencial del exoficial del ejército dejó un legado de polarización política que aún persigue a la mayor economía de América Latina, y que se expresó en un asalto de sus partidarios a los tres poderes en Brasilia el 8 de enero de 2023, días después de la toma de posesión de Lula.

Bolsonaro está interesado en establecer paralelismos entre él y Trump. “Mucho de lo que ha pasado en EE.UU. también está ocurriendo aquí”, dijo en la entrevista de más de 90 minutos, en la que el vacío de una pared de la oficina solo se veía interrumpido por un retrato de Bolsonaro con la banda presidencial y un mapa gigante de Brasil en otra.

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“A mí me apuñalaron, a Trump le dispararon”, dijo. “Él fue el 6 de enero, yo el 8 de enero. Me alegré mucho de la amnistía que concedió a todos (los implicados en los disturbios de Estados Unidos). Espero que no tengamos que elegir a un conservador en 2026 para conseguir la misma amnistía aquí”.

Las similitudes terminan ahí. Mientras Trump convirtió con éxito el asalto al Capitolio del 6 de enero en un punto a favor de su reelección, Bolsonaro corre el riesgo de ir a la cárcel por la presunta insurrección de Brasil. “Duermo bien, pero ya estoy preparado para oír sonar el timbre a las 6 de la mañana: ¡Es la Policía Federal!”, dice.

Bolsonaro reafirmó que no quiere huir del país ni refugiarse en ninguna embajada para evitar ser arrestado. El expresidente dijo que está siendo perseguido y afirma que su antiguo ayudante personal, el teniente coronel Mauro Cid, lo acusó a él y a su familia “porque está siendo chantajeado” Descartó las acusaciones de Cid por considerarlas “absurdas”.

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Bolsonaro negó haber intentado dar un golpe de Estado, pero dijo que había discutido con sus aliados la posibilidad de decretar el estado de sitio, y que al final, se había echado atrás.

El expresidente ya se enfrenta a una prohibición de ocho años para ocupar cargos políticos después de que el tribunal electoral de Brasil le inhabilitara, alegando que había abusado de su poder al utilizar una reunión con embajadores extranjeros para sembrar dudas sobre el sistema electoral del país. Es una afirmación que sigue manteniendo, aunque dice que en Brasil si dudas de la “papeleta electrónica y la vacuna, eres un criminal”.

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Su esperanza es que Trump y otros líderes de la derecha nacionalista como el primer ministro húngaro, Viktor Orban, y el presidente argentino Javier Milei, le ayuden a revertir la situación antes de las próximas elecciones presidenciales de Brasil, previstas para octubre de 2026.

Bolsonaro confía en una movilización internacional de las fuerzas de derecha que presione a los funcionarios brasileños “para que reconozcan que las elecciones de Brasil no serán justas, ya que no hay oposición”, una estrategia no muy diferente a la adoptada por Lula cuando estaba a punto de ser detenido por corrupción. Lula acabó en la cárcel, pero el caso fue anulado más tarde, lo que le permitió presentarse con éxito a un tercer mandato.

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“No tiene sentido que Lula se presente en Brasil, o que un candidato designado por él, sin oposición”, dijo Bolsonaro. “Hoy soy la oposición a Lula. Cualquier otro nombre corre el riesgo muy serio de perder contra él”. Celebrar elecciones sin su nombre en la papeleta, dijo Bolsonaro, sería “negar la democracia”.

Uno de sus hijos, el legislador Eduardo Bolsonaro, ha estado trabajando en el frente internacional para dar visibilidad a su movimiento. La Conferencia de Acción Política Conservadora, aliada de Trump, es uno de los objetivos del clan Bolsonaro.

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Jair Bolsonaro está considerando otra petición para obtener la autorización del Tribunal Supremo para salir de Brasil y asistir a la CPAC en Washington en febrero. La última petición de Bolsonaro, para asistir a la toma de posesión de Trump, fue denegada.

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