Bloomberg — El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, desestimó la preocupación de que la administración Trump castigue a su país por estrechar lazos con China, tras una visita de Estado a Pekín en la que firmó más de 30 acuerdos.
En declaraciones a la prensa el miércoles, Lula dijo que Brasil no teme ninguna represalia, y añadió que siempre ha querido mejorar las relaciones con China, así como con otros países y bloques. No hay preocupación por parte de Brasil con la postura de EE.UU., dijo en Pekín.
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Lula puso el broche de oro a su viaje diciendo que China y Brasil están unidos en la defensa del multinacionalismo y en la lucha contra el proteccionismo. Lula ha tratado de ampliar aún más los lazos, apostando por la inversión china y el apoyo a una estrategia de desarrollo destinada a hacer ascender a su nación en la cadena de valor mundial.
La profundización de la relación quedó patente el martes, cuando el líder chino Xi Jinping y Lula firmaron acuerdos para inversiones chinas en minería, infraestructuras de transporte y puertos, así como la compra de aviones fabricados por Embraer SA. (EMBR3).
Los acuerdos firmados en Pekín marcaron el último paso en los esfuerzos de Lula por transformar la economía brasileña, pesada en materias primas, con ayuda china, al tiempo que enviaron una de las señales más fuertes hasta ahora de que las amenazas proteccionistas de Donald Trump han hecho poco para disuadir al líder de la mayor economía de América Latina de apostar aún más fuerte por Pekín.
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Brasil y China también decidieron cooperar en materia de inteligencia artificial y emprender acciones conjuntas sobre el clima, mientras que sus bancos centrales suscribieron un acuerdo de intercambio de divisas para proporcionar liquidez a los mercados del otro durante un periodo de cinco años.
Lula dijo el miércoles que más comercio es bueno para todos y cuestionó cómo una sola potencia puede amenazar al resto del mundo con aranceles, en un golpe velado a Trump.
Con la colaboración de Travis Waldron.