COP30 en Brasil corre el riesgo de ser un fiasco logístico aunque descartan plan de cambio

Cuando faltan menos de 100 días, Brasil está en el punto de mira de los países preocupados por la escasez de habitaciones de hotel y el aumento de los costes de alojamiento en Belém.

Alessandro Falco/Bloomberg
Por John Ainger - Gabriel Diniz Tavares - Daniel Carvalho
14 de agosto, 2025 | 04:30 AM

Bloomberg — La cumbre climática de las Naciones Unidas de este año, programada para noviembre en Brasil, ha sido diseñada para hacer historia al llevar a líderes mundiales, diplomáticos y unos 50.000 participantes más al corazón de la selva amazónica. Ahora, el evento corre cada vez más el riesgo de verse definido por un fiasco logístico que se avecina.

Cuando faltan menos de 100 días, Brasil está en el punto de mira de los países preocupados por la escasez de habitaciones de hotel y el aumento de los costes de alojamiento en Belém, la ciudad anfitriona seleccionada por su proximidad a la selva tropical más que por su infraestructura turística. La secretaría de la ONU que ayuda a organizar la COP30, como se conoce a la cumbre, dijo que se había pospuesto una reunión fijada para el jueves para tratar cuestiones de alojamiento; no se ha anunciado una nueva fecha.

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En una carta de 19 páginas revisada por Bloomberg News remitida por Brasil a varios países miembros de la ONU que participan en la COP30, los organizadores rechazan la idea de trasladar la cumbre. “No habrá una ubicación alternativa, ya que la COP30 no se trasladará de Belém”, afirmaba la carta, porque la ciudad anfitriona “ya dispone de un número suficiente de camas para alojar a todos los participantes previstos”.

La carta incluía respuestas a 48 preguntas de varias delegaciones nacionales participantes en la cumbre, y casi la mitad trataban de preocupaciones sobre el alto coste y la escasa disponibilidad de alojamiento. Un portavoz de la COP30 declinó confirmar la carta.

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Hasta el 8 de agosto, los organizadores decían haber localizado 53.000 camas en Belém y zonas cercanas: 14.547 en hoteles, 6.000 en un par de cruceros, 10.004 en alquileres vacacionales a través de empresas inmobiliarias y 22.452 a través de Airbnb. El gobierno afirma que se añadirán más opciones a las plataformas oficiales de reservas BNetwork y Qualitours.

Los precios del alojamiento se han disparado hasta superar a los de los hoteles de lujo de Río de Janeiro. Reservar el apartamento de una habitación “Doce Lar” (Dulce Hogar) en Belém, recientemente listado en Booking.com para los 11 días de la cumbre del clima, costaría la asombrosa cifra de 1,4 millones de reales (US$267.380). Una habitación con cama king-size y vistas al océano en el emblemático Copacabana Palace de Río costaría 96.223 reales.

Crece el temor de que estos precios dejen fuera a los países más pobres. Se han asegurado paquetes especiales con tarifas reducidas para las delegaciones de las naciones de las islas pequeñas y de los países más pobres, categorías que incluyen a más de un tercio de los miembros de la ONU. El gobierno brasileño ha dicho que esas delegaciones recibirán 15 habitaciones individuales a precios que oscilan entre los US$100 y los US$200 por noche. Al resto de países se les garantizan 10 habitaciones individuales por delegación, con precios que oscilan entre los US$200 y los US$600.

“Brasil es una democracia con una economía de mercado, lo que impone límites a las intervenciones en la red hotelera, la propiedad privada y los sitios web privados de intermediación de alquileres”, escribieron los organizadores en la carta.

El ministro de Turismo de Brasil, Celso Sabino, dijo el martes en las redes sociales que es más justo comparar los precios con los de otras ciudades en las épocas en que acogen grandes acontecimientos, como la Nochevieja en Río de Janeiro.

“Me entristece ver a la gente arengando contra Belém”, escribió. “Tenemos que hacer comparaciones con equidad y contexto”.

Hasta ahora, las respuestas de Brasil han servido de poco para tranquilizar a los participantes. Las preocupaciones logísticas han obstruido cada vez más el progreso en las negociaciones en curso sobre la agenda y amenazan con desbaratar la visión original que había detrás de la celebración del evento en Belém, una medida destinada a involucrar a un grupo más diverso de voces, incluidas las comunidades indígenas.

“Una crisis logística como ésta es la antítesis de una COP de los pueblos, una COP inclusiva”, afirmó Claudio Angelo, coordinador de política internacional del Observatorio do Clima, una coalición climática de la sociedad civil. “Esta COP corre el riesgo de ser la más excluyente de la historia de la convención climática de la ONU”.

Críticos como Angelo advierten de que los obstáculos logísticos podrían erosionar la legitimidad de cualquier acuerdo alcanzado en Belém, especialmente si impiden la participación de quienes carecen de recursos financieros. Los organizadores se toman en serio ese riesgo. “Empezamos a hablar de alojamiento precisamente porque se convirtió en una cuestión política”, declaró a los periodistas el presidente de la COP30, André Corrêa do Lago, a principios de agosto. “De hecho, tiene un impacto en las negociaciones. Estamos aquí discutiéndolo, es inevitable”.

Dos cruceros, el Costa Diadema y el MSC Seaview, se convertirán en hoteles flotantes atracados en el puerto de Outeiro, con capacidad para unos 3.000 huéspedes cada uno. Pero la dependencia de barcos situados a 20 kilómetros de la sede de la COP ha alimentado la preocupación de que los participantes alojados allí queden aislados por los desplazamientos. “El viaje no durará más de 30 minutos”, escribieron los organizadores en la carta.

El presidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva fue quien decidió celebrar la COP30 en una ciudad con infraestructuras precarias de la Amazonia en lugar de São Paulo y Río, que tradicionalmente han acogido eventos a gran escala. Ante la presión internacional para que cambie la ubicación de la cumbre, se niega a dar marcha atrás.

“Decidimos celebrar la COP en Belém para que la gente pueda ver lo que es realmente la Amazonia”, dijo Lula en un discurso pronunciado la semana pasada en Brasilia.

Enfrentado a problemas de infraestructura, Brasil decidió previamente dividir el calendario de la COP30. La cumbre de líderes de dos días que atrae a los jefes de Estado a las conversaciones anuales sobre el clima se celebrará antes de las conversaciones principales que comienzan el 5 de noviembre, lo que permitirá que las negociaciones oficiales comiencen el 11 de noviembre. Se espera que esto alivie la carga de alojamiento de los jefes de Estado y sus equipos.

La sección del estado de Pará de la Asociación Brasileña de la Industria Hotelera está dando prioridad a las delegaciones de la COP y denuncia lo que denomina una campaña “descarada” contra la celebración de la cumbre en Belém. El grupo ofrece 535 habitaciones en hoteles de cinco estrellas, a un precio de entre US$100 y US$300 la noche, y está instando a los miembros de las delegaciones a compartir alojamiento, según el presidente de la asociación, Tony Santiago.

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Santiago reconoció que los hoteles de Belém han subido las tarifas una media de tres a cuatro veces, aunque Corrêa do Lago mencionó una media de 10 a 15 veces. El representante de los hoteles dijo que las subidas extremas de precios ya se están revirtiendo a medida que se acumulan las habitaciones sin vender.

“Hay prejuicios contra Belém, contra la Amazonia”, dijo Santiago. “La gente cree que la COP debe estar en un hotel de lujo con todas las comodidades. Eso es hipócrita. Cuando se trata del clima, hay que venir a la Amazonia, ver la selva, sentir el clima”.

Con la colaboración de Vanessa Dezem.

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