Bloomberg — Puede que el fabricante de automóviles chino Great Wall Motor Co. acabe de abrir su primera fábrica en Brasil, pero ya está tanteando emplazamientos para una segunda planta a medida que aumenta sus ambiciones en la mayor economía de Sudamérica.
La planta de Iracemápolis, São Paulo, se inauguró el 15 de agosto, cuatro años después de que Great Wall la comprara a Daimler AG. Allí se producirán tres modelos: los utilitarios deportivos Haval H6 y H9, y la camioneta Power P30.
Aunque tiene capacidad para producir 50.000 vehículos al año, el CEO de GWM International, Parker Shi, dijo que la empresa aspira a vender finalmente entre 250.000 y 300.000 vehículos en el país, incluidos los de fabricación local y los importados.
Great Wall ha mantenido conversaciones y ya ha recibido propuestas de varios estados, entre ellos Santa Catarina, Paraná, São Paulo y Espírito Santo, dijo Ricardo Bastos, director de asuntos institucionales de GWM Brasil, en una entrevista en la inauguración de la fábrica.
“Podemos considerar eventualmente la opción de una fábrica más grande a través de la consolidación, pero también existe la oportunidad de construir una fábrica desde cero”, dijo Bastos. La decisión final sobre una segunda fábrica se tomaría a partir de mediados de 2026, añadió.
Una nueva planta podría utilizarse como centro de producción de una nueva familia de vehículos para tapar un agujero en la gama de GWM. Mientras que la mayoría de los vehículos en Brasil tienen un precio en torno a los 150.000 reales (US$27.700), la gama de GWM tiene un precio superior a los 200.000 reales.
“Necesitamos tener productos competitivos en este segmento, por debajo de los 200.000 reales”, dijo Bastos. Los nuevos vehículos podrían incluir un SUV más pequeño que el H6 y una camioneta compacta.
“Definitivamente estamos hablando de un proyecto que forma parte del futuro de GWM”, dijo, añadiendo que la línea no se limitará a uno o dos modelos y podría reproducirse en otros países donde GWM tiene instalaciones de fabricación.
“Brasil ha servido de laboratorio de buenas experiencias, tanto con la marca como en las relaciones con los concesionarios”, afirmó.
La planta de Iracemápolis forma parte de los 10.000 millones de reales que Great Wall se ha comprometido a invertir en Brasil, 4.000 millones de ellos hasta 2026 y los 6.000 millones restantes hasta 2032.
La segunda fase de inversiones podría dirigirse a varios frentes, como la cadena de suministro, otros negocios como el de vehículos pesados y el ensamblaje de paquetes de baterías, un movimiento que Bastos destacó como crítico para aumentar el nivel de localización de componentes. Esto, a su vez, permitiría a GWM alcanzar el umbral para exportar automóviles fabricados en Brasil a otros países del Mercosur, como Argentina y Uruguay.
A la ceremonia de inauguración asistieron el CEO de GWM, Mu Feng, que visitaba Brasil por primera vez, y el presidente Luiz Inácio Lula da Silva. Durante el acto, la empresa anunció la creación de su primer Centro de Investigación y Desarrollo en Sudamérica, que contará con más de 60 técnicos e ingenieros que trabajarán en productos locales, centrándose en la tecnología flex-fuel y en la adaptación de los vehículos globales a las condiciones de conducción brasileñas.
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“Hay mucho espacio para lo que nos proponemos hacer en Brasil: cuidar bien del consumidor, tener una política de precio único y una política en la que podamos atender a los clientes con nuestra red de forma saludable”, dijo Bastos.
GWM espera vender 36.000 vehículos en Brasil en 2025, un aumento del 23% respecto a 2024 y superior a la previsión de 31.000 unidades anunciada a principios de este año.
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